domingo, 8 de abril de 2012

Cemento y concreto más resistentes, con cenizas volantes de carboeléctricas

 Expertos del Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico en Electroquímica (Cideteq) buscan alternativas para aprovechar las cenizas volantes producidas en la generación de electricidad a partir de carbón mineral.

De acuerdo con el doctor José de Jesús Pérez Bueno, titular de la investigación, este material podría añadirse a cementos y concretos para dotarlos de mayor resistencia y un menor peso.

Las cenizas volantes, explicó este investigador, son los residuos que se obtienen por la captación de polvos que acompañan a los gases de combustión en las chimeneas de las centrales carboeléctricas, los cuales ya no contienen carbón, en la medida en que todo se quema durante la producción de electricidad.

Indicó el doctor José de Jesús Pérez que si estos residuos no fueran retenidos su inhalación representaría un problema para la salud humana. Incluso a nivel internacional hay una creciente preocupación por el medio ambiente, tanto por un gran volumen de generación de este material como el riesgo de una posible presencia de metales como mercurio, arsénico y plomo que podrían ser diluidos por la lluvia ácida y filtrarse en los mantos freáticos.

No obstante, este científico del Cideteq, tras realizar varios análisis de composición química, llegó a la conclusión de que no son tóxicos los residuos que se producen en las plantas carboeléctricas mexicanas.

Este desecho de la producción de electricidad se caracteriza por estar constituido por esferas con un centro hueco o de baja densidad, lo cual las hace muy ligeras y fáciles de incorporar a otros materiales. “El hecho de que el cemento pese menos es muy útil en la industria de la construcción”, consideró el doctor José de Jesús Pérez.

Las cenizas volantes tienen la ventaja de no requerir un tratamiento adicional y pueden usarse directamente en los cementos y concretos. Sin embargo, el investigador de este Centro Público de Investigación Conacyt destacó que la proporción del residuo irá en función de la aplicación que éste tenga.

Pérez Bueno citó el ejemplo del concreto, al cual debe agregársele una porción de 20 o 25 por ciento de ceniza de carbón, lo cual incrementará su resistencia, además que abaratará su costo si se le usa en cantidades industriales.

Empero, señaló este académico del Cideteq que la principal dificultad que enfrentan aquellos que deseen explotar este recurso es la distancia que deben recorrer las cenizas desde el punto de incineración hasta el lugar donde se les desea emplear, pues los trayectos largos encarecen el costo del material.

Además de estas aplicaciones, el equipo de trabajo dirigido por el doctor Pérez Bueno ha buscado nuevos usos para este desecho, la mayoría de ellos en la industria de la construcción. Entre ellos, destacan formulaciones para hacer recubrimientos con este material que aíslen del calor y repelan agua.

En la realización de este proyecto, el Centro Público de Investigación Conacyt contó con la colaboración de dos plantas carboeléctricas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ubicadas en Río Escondido, Coahuila, y Petacalco, Guerrero.

Cabe señalar que esta línea de investigación inició en 2006 como respuesta a una convocatoria del Fondo Sectorial de Investigación y Desarrollo Tecnológico en Energía CFE-Conacyt. El Cideteq colaboró en este proyecto con las universidades Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y Autónoma de Querétaro, el Centro de Investigación en Química Aplicada (CIQA) y el Instituto Tecnológico de Querétaro.

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