viernes, 13 de abril de 2012

Hurgan las entrañas de Ciudad de México para evitar inundaciones

Miles de hombres y mujeres trabajan día y noche en las entrañas de la megalópolis de Ciudad de México para reparar su drenaje profundo que, con más de cuatro décadas y el crecimiento desmedido de la población, es incapaz de evitar inundaciones de aguas negras.





Desde 2007 a la fecha se ha trabajado a lo largo de casi 24 kilómetros en tareas de reforzamiento, reparación de oquedades y sellado de filtraciones del drenaje profundo de la capital mexicana.
Para 2013 deberán estar rehabilitados 47,6 kilómetros, de un total de 166 kilómetros de que consta el Sistema de Drenaje Profundo, para lo cual se invertirán 1.643 millones de pesos (unos 125 millones de dólares).
"Esperamos terminar a más tardar el mes entrante para que en la próxima temporada de lluvias las nuevas obras ayuden al desahogo de las aguas residuales y pluviales de la Cuenca" del Valle de México, dijo a Efe, 50 metros bajo tierra, Fernando Martínez, un joven albañil que en 2011 se sumó al equipo de reparación de la Lumbrera L13 del Emisor Central del Sistema.
El Emisor Central es la parte medular de la red, pues se encarga de conducir fuera del Valle de México las aguas del drenaje profundo de la capital.
El Valle de México es una cuenca natural donde en el pasado existía un gran lago en cuyas márgenes se asentaron diversos grupos indígenas y, en un islote, los aztecas, que fundaron la ciudad de Tenochtitlan alrededor de 1325.
No obstante que el lago en la actualidad está casi seco, las condiciones naturales han propiciado inundaciones a lo largo de los siglos.
De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua, en 1975 la población de la zona metropolitana del Valle de México era de casi 10 millones y la capacidad de desalojo del Sistema de Drenaje Profundo era de 280 metros cúbicos por segundo, pero actualmente se ha reducido a 195, con casi el doble de habitantes.
Según el alcalde de la urbe, Marcelo Ebrard, los trabajos de la rehabilitación se traducirán en "un riesgo mínimo" de inundaciones en la ciudad para los siguientes 20 a 30 años.
"Vamos a terminar en tiempo, antes de la temporada de lluvias, para que el Emisor Central y los túneles interceptores estén funcionando y tengan el mantenimiento que deben tener", dijo durante un recorrido por las instalaciones.
Actualmente, la Ciudad de México cuenta con un sistema de drenaje de gran magnitud y complejidad, que capta las aguas residuales domésticas e industriales, además de los escurrimientos generados por las lluvias.
Su estructura comprende 10.240 kilómetros de tubería de redes secundarias y 2.087 kilómetros de redes primarias, 144 kilómetros de colectores marginales, 178 plantas de bombeo, canales a cielo abierto, ríos entubados, presas de almacenamiento y lagunas de regulación.
La red continúa en el sistema general de desagüe y en el Drenaje Profundo, actualmente columna vertebral del sistema, hasta desembocar en la parte alta de la Cuenca del Río Pánuco y finalmente en el Golfo de México.
En 2009, las autoridades federales y las de los centrales estados de México, Hidalgo y la capital iniciaron de forma paralela la construcción del Túnel Emisor Oriente, una "carretera" subterránea de unos 62 kilómetros de longitud y siete metros de diámetro.
Este megatúnel, que se espera funcione a partir de este año en su totalidad, cuenta con 24 respiradores con profundidades de 50 a 200 metros y su capacidad de desalojo será de 150 metros cúbicos por segundo, con lo que se espera ayude a evitar inundaciones en la zona, mejorando así las condiciones ambientales y de salud de los ciudadanos.

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