martes, 3 de abril de 2012

"Mi madre consigue a menudo botellas del hospital universitario nacional u otros centros de salud donde tenemos amigos", dijo Aicha a IPS.
ECOticias.
La quinceañera Aicha es una de las muchas vendedoras de condimentos del mercado de Dantokpa, en la capital económica de Benín, Cotonou. Pero al mirar con más detenimiento su prolijo puesto, se percibe un detalle perturbador: las especias están empacadas en frascos de medicinas reciclados.
"Mi madre consigue a menudo botellas del hospital universitario nacional u otros centros de salud donde tenemos amigos", dijo Aicha a IPS.

"Las lavamos y luego las rellenamos con condimentos como camarones en polvo, pimientos rojos, jengibre…", agregó.

Pero estos frascos y botellas pequeñas son residuos médicos que deberían eliminarse adecuadamente. Raymond Da Silva, inspector general del hospital universitario nacional, señaló: "Hacemos lo que podemos para incinerar nuestros desechos. Pero la cuestión de los frascos de suero es complicada para todos los centros de salud de Benin".

Da Silva advirtió que, aunque estos contenedores se vacíen y se limpien, volver a usarlos no es una práctica segura. "Nunca acepten refrigerios o condimentos empacados en ellos", aconsejó.

Los residuos biomédicos pueden ser sólidos o líquidos, de laboratorio, de origen biológico o generados por la actividad médica o paramédica. Deben manejarse adecuadamente para proteger al público.

La directora de servicios de desechos biomédicos en la organización no gubernamental Bethesda, Amina Sylla, critica la falta de interés de los centros de salud en el manejo adecuado de sus residuos.

"Ellos no reconocen la necesidad de gastar dinero en la eliminación de residuos, pero nosotros manejamos los desechos de unos 40 hospitales" en Cotonou y sus alrededores, dijo.

El Centro Médico Regional de Parakou, en el nororiente del país, es una feliz excepción a esta regla. El centro tiene su propio incinerador, dijo a IPS el director de la institución, Issa Mama Djibril.

"Intentamos manejar nuestros desechos lo mejor que podemos, y nuestras instalaciones también son muy usadas por los hospitales de la zona. El gran problema es cómo garantizar que nuestro personal haga el trabajo cumpliendo los estándares requeridos", explicó.

Pero esta actitud consciente es inusual. El ambientalista Nikita Topanou, presidente de Flambeau du Progrès, una organización no gubernamental local que recolecta residuos domésticos en la sureña región de Abomey-Calavi, dijo que la entidad encuentra grandes cantidades de desechos biomédicos mezclados entre la basura con la que trabajan.

"Es una actitud irresponsable que intentamos desalentar. Trabajamos para crear conciencia, a fin de que todos los centros de salud manejen adecuadamente sus desechos", expresó Topanou.

Bethesda compró un gran terreno en Hêvié, un área suburbana cercana a Cotonou, para cumplir con las regulaciones que requieren que los puntos de incineración estén a por lo menos 200 metros de las casas más cercanas.

"Yo quemo ocho contenedores de 50 kilogramos cuando el incinerador funciona bien. Pero cuando funciona mal, solo puedo quemar tres", dijo Célestin Houndjo, administrador del sitio.

Bethesda tiene otro sitio de incineración en Pahou, a unos 26 kilómetros de Cotonou, pero ahora este está rodeado por áreas residenciales que florecieron desde que se construyó.

"Trabajamos de noche. Durante el día, la gente se queja del humo y de los gases que emite el incinerador", dijo a IPS el administrador del sitio de Pahou, Yaovi Koffi.

Estos gases pueden ser muy tóxicos, según Eustache Houéto, director del laboratorio Précis Plus. "Cuando la combustión es incompleta, puede producir monóxido de carbono. Y cuando el ambiente es rico en ese gas, es muy pobre en oxígeno", explicó.

Las personas que viven en esas áreas pueden desarrollar problemas respiratorios, dijo. "Incluso se puede decir que el mal manejo de los desechos biomédicos puede reducir la expectativa de vida", añadió.

Según el otorrinolaringólogo Agossou Sènami, la inadecuada incineración y eliminación de los residuos puede dañar las mucosas que recubren nariz y garganta.

"Los individuos expuestos de esta manera pueden desarrollar rinitis, sinusitis e incluso cáncer. El manejo descuidado de los líquidos puede conducir rápidamente a infecciones hospitalarias, muy peligrosas y que se contraen en contextos hospitalarios", explicó.

Consciente de los muchos desafíos que enfrenta este sector, el Ministerio de Salud intenta asumir su rol en esta materia a través de su Departamento de Higiene y Sanidad.

"Básicamente realizamos sesiones de capacitación, creamos conciencia y llevamos a cabo controles en los 34 distritos sanitarios, en más de 1.000 centros de salud públicos y privados", dijo Pie Djivo, uno de los dos responsables del manejo de desechos biomédicos en el Ministerio.

Una guía nacional para el sano manejo de los desechos biomédicos en Cotonou, producida en cooperación con el gobierno canadiense en diciembre de 2008, recomienda aclarar los roles y responsabilidades de los actores involucrados para garantizar un sistema seguro de eliminación de estos peligrosos residuos.

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