El zoo de Madrid, un centro pionero en Europa en estudios
nutricionales para los animales más "emblemáticos", reparte alrededor de
mil toneladas anuales de alimentos entre sus 7.000 ejemplares, muchos
de ellos auténticos "sibaritas" como el koala o el oso panda.
Son animales "caprichosos" asegura Sáez, en cada ingesta hay
que ofrecerles al menos tres especies diferentes de ramas de eucalipto
para que vayan eligiendo los brotes que ese día les parezcan más
suculentos.
En cuanto a los osos panda su alimentación herbívora,
se basa en engullir grandes cantidades de bambú ya que un macho con un
peso cercano a los 150 kilos, necesita una media diaria de 50 kilos de
bambú de especies diferentes.
Unas veces sólo comen las hojas
tiernas y otras las cañas dependiendo de su estado fisiológico o
simplemente de la estación en la que estén, por eso cada quince días se
reciben entre 1.500 y 2.000 kilos de bambú, subraya el veterinario.
Ornitorrinco
En
este sentido, Sáez lamenta la ausencia en el Zoo de otro animal
emblemático, el ornitorrinco, animal muy difícil de mantener en
cautividad debido a su fisiología complicada y al desconocimiento que se
tiene sobre su alimentación.
El Zoológico de Madrid, con un
presupuesto anual de 500.000 euros en este capítulo, consume 33
toneladas al año de carne repartidas entre venado, ternera, caballo y
pollo que, con 18 toneladas al año, es la carne favorita.
Para la
alimentación de los carnívoros, un león necesita cinco kilogramos
diarios de carne, se tiene en cuenta la relación magro-grasa pero no se
busca la pieza más exquisita, asegura el veterinario.
"No tiene
sentido, ya que los animales no distinguen entre falda y solomillo y
además un solomillo no es la pieza más nutritiva del animal".
En
cuanto al pescado y marisco, con un gasto 48 toneladas al año, requiere
un nivel de calidad muy exigente similares a los de Japón, ya que cuando
el pescado no es muy fresco se dispara el nivel de histamina (tóxicos
que se generan en la descomposición de los peces), por eso el que se usa
es sometido a diversas analíticas bacteriológicas.
Los pescados
más habituales que conforman la dieta, arenque, espadín y capelín,
congelado en alta mar y proveniente de diferentes caladeros del Mar del
Norte, son analizados para averiguar el tiempo de almacenado con la
consiguiente pérdida de calidad que conlleva.
La fruta y verdura,
269 toneladas al año, se compra 2 ó 3 veces por semana a proveedores
nacionales, en un intento por obtener las mejores partidas de género
dentro de una rentabilidad económica, aunque nunca se supedita el dinero
a la salubridad del alimento, matiza Sáez.
Cabe destacar las 90
toneladas al año de manzanas y zanahorias, las 50 toneladas de acelgas y
puerros ,las 16 toneladas de lechugas o las 45 toneladas de pienso
destinadas a los rumiantes
Como dato curioso figuran los 6.000
kilos de pollitos congelados, los 250 kilos de pipas de girasol, las 900
docenas de huevos y los 2.000 litros de leche.
Las serpientes,
tortugas y arañas comen grillos, cucarachas, pollitos de un día o
ratones muertos porque aunque en la naturaleza son predadores en el
recinto se intenta modificar la pauta de comportamiento de caza de cara
al público.
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