domingo, 15 de abril de 2012

Sin atención, daños ecológicos por narcolaboratorios en Jalisco


El tema, pese a los daños ambientales que presenta, sólo ha sido tratado como asunto de seguridad pública. Nunca en Jalisco la detección de un narcolaboratorio ha estado seguida por la intervención de alguna autoridad ambiental como la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), del Gobierno federal, o la Secretaría de Medio Ambiente para el Desarrollo Sustentable del Estado (Semades), para hacer un diagnóstico y remediación del sitio donde se producían las drogas sintéticas.

Es importante mencionar que Jalisco está sólo detrás de Sinaloa en lo que respecta a la desactivación de narcolaboratorios.

Por el tipo de sustancias que están involucradas en los narcolaboratorios y al estar consideradas como residuos peligrosos, el asunto cae en el ámbito de competencia de la Profepa, advierte la connotada especialista en legislación ambiental, la doctora Raquel Gutiérrez Nájera.

Sin embargo, luego de consultársele a la Profepa si estaba participando en la valoración y reparación del daño ecológico de los narcolaboratorios, la dependencia federal en Jalisco confirmó que nunca lo ha hecho. La Semades, por su parte, respondió precisamente que la problemática la reconoce como de competencia federal, de la Profepa pues, y por eso tampoco ha intervenido.

Quizá si alguien se lo hubiera solicitado, dijo la dependencia estatal, pero tampoco ha sucedido hasta ahora. Al menos en 53 de los 125 municipios de Jalisco se ha detectado alguna o varias veces la existencia de infraestructura clandestina para la producción química de metanfetaminas.

Esto es, en 42% de los municipios de Jalisco se ha desarrollado esta actividad riesgosa para el ambiente y la salud, según los registros de decomisos en esta materia específica en más de una década por las autoridades federales y estatales.

El 5 de abril de 2011 se registró un incendio en el área natural protegida del Bosque La Primavera. Durante las labores para extinguirlo se descubrió un narcolaboratorio en su interior, ni siquiera ahí intervino la Profepa para valorar el impacto ambiental de la producción química que se llevaba a cabo clandestinamente en medio del pulmón natural.  

La Profepa y la Semades tampoco han acompañado los procesos de destrucción de las drogas sintéticas que se decomisan y que lleva a cabo la Delegación Jalisco de la Procuraduría General de la República (PGR).

El pasado 17 de febrero la PGR quemó a cielo abierto en el municipio de Tonalá las 15 toneladas de metanfetaminas que se decomisaron el 7 de febrero en un narcolaboratorio de Tlajomulco. Prendió fuego a estas sustancias contenidas aún en el interior de los mismos tambos azules donde se halló originalmente la droga y como se había expuesto aquel día a la opinión pública, pero sin ningún tipo de medida para evitar que los gases de la descomposición que originarían las llamas se dispersaran en el aire, sin recurrir tampoco a incineradores equipados con filtros, como debería hacerse, afirma la especialista Gutiérrez Nájera. Fue a cielo abierto.   

El boletín que emitió la PGR sobre esa quema de sustancias químicas en el territorio de Jalisco concluye: “Con esta acción se manifiesta la coordinación interinstitucional entre las autoridades federales, estatales y municipales en materia de seguridad y procuración de justicia”, nadie habla de una materia medioambiental.

La presencia de narcolaboratorios en Jalisco fue reconocida formalmente por las autoridades apenas en el año 2007. En el análisis de los registros de las Sedena, la Marina y la Secretaría de Seguridad Pública, Prevención y Readaptación Social del Estado (SSP) desde el año 2000, antes del 2007 no hay nada. El fenómeno, por lo tanto, sigue siendo muy reciente para las autoridades; la manera de atajarlo lo proyecta.

Si estas autoridades ambientales como la Profepa y la Semades no están interviniendo, quiere decir que se está dejando por su cuenta a los ayuntamientos de los municipios donde se han dado este tipo de detecciones y que, como se mencionó, son en su gran mayoría del interior del Estado: Gobiernos municipales, por tanto, con una capacidad institucional y presupuestal muy limitada, pero donde se ha dado el funcionamiento de 73% de los centros de esta industria química ilegal.

Cuando se dice, no obstante, que no se reconoce ningún narcolaboratorio en Jalisco antes de 2007, se trata, por supuesto, de la estadística oficial, pues hay otros reportes de instancias externas que apuntan más bien a la existencia de una infraestructura clandestina cuya presencia y operación estaba pasando inadvertida para las autoridades mexicanas y, en este caso, las jaliscienses.

Desde el año 2008, el Informe Global de Estimulantes de Tipo Anfetamínico de la Oficina de las Naciones contra la Droga y el Delito (UNODC), advertía que no correspondía el volumen de metanfetaminas que se estaba decomisando proveniente de México hacia los Estados Unidos, con la reducida cantidad de narcolaboratorios que eran reportados por las autoridades mexicanas.

Necesario, incorporar el componente ambiental


La especialista en legislación ambiental, Raquel Gutiérrez Nájera, brinda su percepción sobre el impacto ecológico de los narcolaboratorios, sobre las alternativas para atenderlo, pero sobre todo, apunta la necesidad de que la estrategia contra el crimen organizado comience a integrar un componente medioambiental, para dejar de obviar las “externalidades” y consecuencias de la producción de drogas químicas que se está dando en el país y, especialmente, en Jalisco.

— La ONU advierte que por cada kilogramo de metanfetaminas que se produce, se generan otros cinco de desechos químicos. ¿El Estado debería contar con una política para atender estos efectos?

— Sí, precisamente el tema de los residuos generados desde la producción y fabricación de drogas en México, todo lo relativo a sus impactos en aire, agua y suelo no están contabilizados dentro de lo que es la estrategia contra el crimen organizado, y esto es importante porque sin lugar a dudas estos efectos no son menores, puesto que generan toda una serie de problemas de contaminación, inclusive a la salud, independientemente ya del problema de salud que en sí mismo es la adicción a las drogas (…) De los laboratorios se sustraen las sustancias, se clausuran, pero todos los impactos que ello conlleva quedan ahí y siguen impactando y obviamente con el tiempo se vuelven contaminaciones a los acuíferos, al aire, al suelo, muy fuertes, que pueden tener efectos acumulativos en su tiempo de persistencia”

— La Semades refiere que por el tipo de sustancia que se utiliza es de competencia de la Profepa, sin embargo, Jalisco es uno de los principales productores de esta droga, ¿debería tener una política de remediación propia?

— Ciertamente no queda dentro de lo que sería el ámbito de sus atribuciones (de Semades), pero me parece que como Estado que recibe todos estos impactos negativos sí debería de promover ante la Federación que estos sitios entren al listado que tiene la Semarnat (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales) de sitios contaminados, para efecto de que haya fondos dentro de la lucha contra el crimen organizado. ¿Cuántos millones de pesos se lleva del erario público esta lucha?, pues una parte de ello debería de ser usado para precisamente la mitigación y la restauración de todos estos sitios contaminados.

— Uno de los laboratorios detectados en 2011 se encontraba justo en el Bosque La Primavera, ¿amerita ello una intervención para evaluar los daños en el lugar?

— Claro, y más que es un área natural protegida federal, con mayor razón debería de estarse viendo y haciendo un diagnóstico de los impactos que se causó al bosque y pidiendo fondos extra al Presidente (Felipe) Calderón para su remediación.

— Recientemente la PGR quemó a cielo abierto las 15 toneladas de metanfetaminas que decomisó en Tlajomulco, ¿es necesario mejorar la disposición final que hacen de estas sustancias químicas las autoridades para no dañar al ambiente?

— Yo creo que ése es un punto bien importante, coincido con esa percepción, lo que hacen es quemarlas en lugar de darles una disposición adecuada en un confinamiento para residuos peligrosos (al estar compuestas por químicos), y me parece que esto no se está haciendo para nada. Me he dicho —¿a dónde van a dar todas esas sustancias químicas?— debe ser a un incinerador o regresar a su país de origen, volvemos al ámbito de competencia de la Profepa, que debería de tener documentado todo eso en sus expedientes.


PARA SABER

La PGR reconoce contaminación


La dependencia federal reconoció el impacto ecológico y a la salud que están ocasionando los narcolaboratorios de las organizaciones criminales.

Advirtió que la producción de metanfetaminas en México lejos de disminuir, se está volviendo una industria más compleja. El 20 de febrero comenzó el Programa Intersecretarial de Capacitación para Aseguramiento y Procesamiento de Laboratorios Clandestinos, con el que los elementos de las Fuerzas Armadas y, en general, del Gobierno federal, serán capacitados para que en la detección de los narcolaboratorios se sigan protocolos específicos.


La DEA brinda capacitación

Al menos desde el año 2007 la DEA ha brindado entrenamiento y capacitación a elementos de las fuerzas de seguridad mexicanas, con el fin de crear equipos especiales de respuesta a los laboratorios clandestinos, dedicados a la investigación y persecución de las organizaciones criminales que están detrás de estos centros de producción.

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