La captura y almacenamiento de CO2 se perfila como la única fórmula que garantiza un carbón limpio y que puede dar viabilidad a un sector amenazado por los recortes, ha señalado el investigador del CSIC Carlos Abanades, quien, no obstante, ha advertido de que para ello "hacen falta incentivos".
En una entrevista con Efe, este investigador del Instituto
Nacional del Carbón (INCAR) se ha mostrado convencido de que el carbón
limpio "puede existir" siempre y cuando existan incentivos que lo
permitan.
"La idea de capturar CO2 y almacenarlo bajo tierra no es
una locura, se hace en EE. UU. desde los años 70 y en Noruega desde los
90, aunque, evidentemente, es más barato no hacerlo que hacerlo", ha
subrayado Abanades.
Estas técnicas buscan neutralizar las
emisiones que se originan durante la combustión de centrales térmicas,
refinerías de petróleo, cementeras o siderúrgicas y que son las
principales causantes del efecto invernadero.
En España, el
proyecto Compostilla, que se desarrolla a través de la Fundación Ciudad
de la Energía ha logrado ser una de las seis iniciativas respaldadas por
la Unión Europea para la investigación y desarrollo de estos
procedimientos.
La primera fase de Compostilla es la planta de
captura de CO2 de Cubillos del Sil, en la comarca leonesa del Bierzo,
junto a una antigua planta de carbón. Su objetivo es que el 90 por
ciento del CO2 producido en una caldera de carbón adyacente no vaya a la
atmósfera mediante su captura por el procedimiento de la oxicombustión
(combustión de carbón con oxigeno).
Una segunda instalación
estudia cómo transportar el CO2 capturado en las condiciones más
óptimas; y una tercera, situada en Hontomín (Burgos) investiga cómo
inyectarlo a 1.600 metros de profundidad de la superficie, donde se
almacenará por un tiempo indefinido y sometido a una monitorización
constante.
"El sector del carbón sólo tiene dos opciones:
desaparecer o apostar por la vía de la captura y almacenamiento de CO2,
no hay otra", ha sentenciado Abanades.
Este experto del CSIC
sostiene que "no se puede seguir quemando carbón sin captura durante
muchos años más" y apuesta por dar un plazo de 4 ó 5 años para hacer una
transición hacia centrales térmicas que neutralicen las emisiones.
En
España -ha explicado- el carbón es la única fuente de energía autóctona
y tiene los costes "más competitivos del mundo" para generar energía.
"Ahora hay que decidir si se quiere cambiar esta realidad a otra sin
emisiones y las opciones son o abandonar el carbón o apostar por las
plantas de almacenamiento".
Abanades ha subrayado, no obstante,
que el problema del carbón español no es tanto medioambiental, sino
económico, debido a la competencia con el exterior. "En muchas centrales
térmicas desde hace varias décadas en España, sin ayudas públicas,
resulta más barato traer el carbón de fuera", ha señalado.
Así
que, si se resolvieran todos los problemas medioambientales del carbón,
"todavía tendríamos un problema con el carbón español, que es su
competencia con el exterior". EFE
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