De esta forma,
durante el periodo 1993-2012, Marineland ha registrado en las costas
del archipiélago un total de 666 varamientos de tortugas marinas, la
mayoría de la especie Tortuga Boba Caretta Caretta
ECOticias.
Un total de 16 tortugas varadas han sido halladas este año en
Baleares, de las cuales nueve han podido ser recuperadas por la
Fundación Marineland, con el fin de poder liberarlas en aguas de
Cabrera, una vez curadas de sus heridas, causadas la mayoría de ellas,
por palangres de pesca o por quedar enredadas en plásticos, redes o
restos de sedales.
De esta forma, durante el periodo 1993-2012, Marineland ha
registrado en las costas del archipiélago un total de 666 varamientos de
tortugas marinas, la mayoría de la especie Tortuga Boba Caretta
Caretta. Además, en el centro de recuperación de Mallorca existe una
base de datos con 334 historiales clínicos.
Así lo ha informado a Europa Press la bióloga y responsable del
Programa de Conservación de Tortugas Marinas de la Fundación Marineland
en Baleares, Gloria Fernández, quien ha detallado que las 16 tortugas
fueron encontradas en Port Addaia (Menorca); Aucanada; Puerto Pollença;
Son Serra Marina; Colonia de Sant Jordi; Portixol; Ibiza; Illetas; Cala
Ratjada; Puerto de Valldemossa; Cala Vinyes; Cala Gamba; Porto Cristo;
Menorca; Cala Mandia y Magalluf.
Concretamente, seis fueron halladas muertas en avanzado estado de
descomposición, mientras que otra falleció al día siguiente de haber
sido encontrada en el Portixol el pasado 7 de abril, después de que
hubiera sufrido un traumatismo en la espalda o en el cráneo, tras
colisionar contra una embarcación. Por su parte, nueve sobrevivieron y,
de ellas, una fue liberada la semana pasada, mientras que el resto están
en recuperación, de las cuales cuatro están a punto de ser soltadas en
Cabrera.
La mayoría de las tortugas halladas habían resultado heridas tras
chocar contra embarcaciones (cuatro casos) y por enmallamiento (tres),
después de que quedaran atrapadas en residuos plásticos. Asimismo, hubo
dos casos de ejemplares heridos por palangre y uno por pneumonía.
UNA TORTUGA LLEGÓ DESDE TURQUÍA
Fernández ha destacado que, gracias al chip que se colocan a las
tortugas, se pudo saber que una de ellas, que había resultado herida
tras enredarse en unas sogas y restos de redes de pesca, procedía de
Turquía.
La bióloga ha recordado que la Conselleria de Medio
Ambiente delega en la Fundación Marineland la recuperación de las
tortugas marinas, en el marco del Programa de Conservación de estos
animales, financiado por el departamento dirigido por Gabriel Company,
Marineland y la Fundación Aspro Natura.
A través del citado programa con el Govern, la Fundación
Marineland recoge durante todo el año ejemplares de tortugas heridas de
la especie 'Caretta caretta', algunas de las cuales son encontradas
muertas, mientras que otras fallecen en el centro por la gravedad de las
heridas.
De este modo, los ejemplares que sobreviven son atendidos por los
biólogos de Marineland, quienes se encargan de recuperar a las tortugas
afectadas por desnutrición y deshidratación, neumonías y, en algunos
casos, presentan graves lesiones internas tras haber tragado plásticos o
anzuelos de palangre.
En ocasiones, los biólogos se ven obligados a amputar algunas de
las aletas, después de que éstas quedaran estranguladas por restos de
redes y plásticos. Por otro lado, también llevan a cabo intervenciones
quirúrgicas, con el fin de extraer a las tortugas los anzuelos de
palangre que suelen quedarse clavados en su cuello o paladar.
No obstante, tal como recuerda Fernández, estas especies de
tortugas, que están protegidas por la legislación nacional e
internacional, están dotadas de una extraordinaria resistencia, por lo
que el 80 por ciento de ellas llega a sobrevivir a graves enfermedades,
traumatismos y mutilaciones, siempre y cuando se les preste una atención
médica adecuada. En este sentido, la Fundación Marineland acude desde
1993 a los rescates de los ejemplares varados, con el fin de
rehabilitarlos y liberarlos en aguas del Parque Nacional de Cabrera.
La principal causa de varamiento fue la captura accidental con
palangre de superficie (39 por ciento), si bien han ido disminuyendo los
casos en los últimos años, debido a que se ha reducido el número de
embarcaciones pesqueras en Baleares, a consecuencia de la crisis
económica y del incremento del coste del gasoil.
La segunda causa es que las tortugas quedan enredadas en
plásticos, redes o restos de sedales (10 por ciento), lo que les genera
traumatismos en las extremidades, mientras que, por otro lado, el 35 por
ciento de estos animales varados es hallado muerto en la costa y su
estado de conservación no permitió investigar la causa que provocó el
varamiento.
Los últimos hallazgos de tortugas varadas se produjeron los
pasados días 4 de agosto en Cala Mandia y Magalluf, cuando fueron
hallados dos ejemplares, uno de ellos muerto en avanzado estado de
descomposición y el otro herido por enmallamiento.
Durante los últimos años, alguna de las tortugas recuperadas y
liberadas en su medio natural ha sido equipada con un transmisor vía
satélite, que emite una señal cada vez que la tortuga sube a la
superficie a respirar, lo que permite un seguimiento detallado, preciso y
en tiempo real de la posición y rumbo de las tortugas, con el fin de
que los biólogos de Marineland conozcan su distribución espacial y
temporal en el Mediterráneo a lo largo del año.
NADANDO DESDE FLORIDA A BALEARES
Gracias a estos transmisores, Marineland ha detectado que algunas
tortugas liberadas en Cabrera durante los últimos años han llegado
nadando hasta el Norte de África, concretamente, a la costa argelina,
donde encuentran alimento suficiente para alcanzar la talla de adulto y
madurar sexualmente para iniciar la migración a las playas, con el fin
de anidar.
Pese a que no está previsto que se instalen estos transmisores,
debido a su elevado coste, Marineland sí coloca en las tortugas
liberadas unas placas mecánicas con un número, con el objetivo de
identificarlas en el caso de que sean vistas o rescatadas de nuevo.
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