"Sabemos que
están ahí pero todavía no tenemos la foto", ha indicado en una
entrevista con Europa Press el director de Servicios de Biodiversidad y
Protección de los Animales de la Generalitat
ECOticias.
El oso pardo ha protagonizado al menos dos nuevos partos durante
este año en los Pirineos, uno en la Vall d'Aran y otro en el Pallars
Sobirà, si bien todavía se desconoce el número de crías nacidas, que
oscila normalmente entre uno y tres oseznos.
"Sabemos que están ahí pero todavía no tenemos la foto", ha
indicado en una entrevista con Europa Press el director de Servicios de
Biodiversidad y Protección de los Animales de la Generalitat, Jordi
Ruiz, quien ha precisado que es a partir de julio cuando es posible
observar a las madres con sus crías en el entorno.
Los expertos calculan que actualmente habitan en el Pirineo unos
30 osos, todos ellos descendientes de los ocho plantígrados eslovenos
--seis hembras y dos machos-- que fueron liberados en 1996, 1997 y 2006,
y tras la muerte de los últimos autóctonos ya solo queda un oso híbrido
de las dos poblaciones.
En el núcleo entre Navarra y Huesca sobreviven dos machos
aislados, mientras que es en la zona que va de Aragón a la Cerdanya
--con la vertiente francesa-- donde se concentra el grueso de la
población, en un sector que ocupa 180 kilómetros de longitud por 30
kilómetros de latitud.
De hecho, desde el inicio del programa de reintroducción hace 15
años, han nacido más de una veintena de osos, y se tiene la certeza de
que al menos el 75% son hijos de Pyros, el macho que llegó en 1997, que
se ha apareado sucesivamente con tres hembras.
"El 25% restante no lo sabemos. Podría ser que también", ha
explicado Ruiz, ya que los osos nacidos en este tiempo todavía no se han
reproducido, uno de los machos liberados no ha logrado aparearse, una
hembra tampoco, y dos hembras más murieron, elementos que ha potenciado
el dominio de Pyros sobre el terreno.
"En estos momentos no tenemos un problema genético", ha indicado
Ruiz, si bien sí ha reconocido que puede existir un cierto riesgo en el
futuro en caso de que la tendencia se mantenga como hasta ahora.
CONFLICTO CON LOS GANADEROS
El experto de la Generalitat se ha felicitado por el programa
desarrollado en Cataluña para evitar conflictos entre la conservación
del oso y los ganaderos de la zona, pese a reconocer que no es perfecto,
porque medidas como la agrupación de rebaños, la contratación de
pastores y la instalación de vallas protectoras en las colmenas ha
reducido la conflictividad.
De hecho, a pesar de la expansión del oso, Ruiz ha cifrado en unos
5.600 euros al año el dinero que cuesta compensar los ataques y muertes
de ovejas que se producen cada año --una media de 16 cabezas de
ganado--, en una tendencia a la baja que, paralelamente, es mucho menos
dinero del que puede generar el oso en sectores como el turismo.
Preguntado sobre la posibilidad de que se produzcan nuevas
liberaciones de osos y reforzar así la variabilidad genética de la
especie, Ruiz ha precisado que la prioridad de la Generalitat es contar
con la complicidad del territorio y su participación.
"El retorno de los osos con beneficios y sin perjuicios está bien
visto", ha resumido, si bien después de haber mejorado mucho en la
coexistencia con los ganadores ahora es preciso empezar a generar
puestos de trabajo y economía relacionada con el oso, ha apuntado.
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