lunes, 13 de agosto de 2012

El oso pardo protagoniza dos nuevos partos este invierno en Pirineos

"Sabemos que están ahí pero todavía no tenemos la foto", ha indicado en una entrevista con Europa Press el director de Servicios de Biodiversidad y Protección de los Animales de la Generalitat
 ECOticias.
El oso pardo ha protagonizado al menos dos nuevos partos durante este año en los Pirineos, uno en la Vall d'Aran y otro en el Pallars Sobirà, si bien todavía se desconoce el número de crías nacidas, que oscila normalmente entre uno y tres oseznos.
   "Sabemos que están ahí pero todavía no tenemos la foto", ha indicado en una entrevista con Europa Press el director de Servicios de Biodiversidad y Protección de los Animales de la Generalitat, Jordi Ruiz, quien ha precisado que es a partir de julio cuando es posible observar a las madres con sus crías en el entorno.
   Los expertos calculan que actualmente habitan en el Pirineo unos 30 osos, todos ellos descendientes de los ocho plantígrados eslovenos --seis hembras y dos machos-- que fueron liberados en 1996, 1997 y 2006, y tras la muerte de los últimos autóctonos ya solo queda un oso híbrido de las dos poblaciones.
   En el núcleo entre Navarra y Huesca sobreviven dos machos aislados, mientras que es en la zona que va de Aragón a la Cerdanya --con la vertiente francesa-- donde se concentra el grueso de la población, en un sector que ocupa 180 kilómetros de longitud por 30 kilómetros de latitud.
   De hecho, desde el inicio del programa de reintroducción hace 15 años, han nacido más de una veintena de osos, y se tiene la certeza de que al menos el 75% son hijos de Pyros, el macho que llegó en 1997, que se ha apareado sucesivamente con tres hembras.
   "El 25% restante no lo sabemos. Podría ser que también", ha explicado Ruiz, ya que los osos nacidos en este tiempo todavía no se han reproducido, uno de los machos liberados no ha logrado aparearse, una hembra tampoco, y dos hembras más murieron, elementos que ha potenciado el dominio de Pyros sobre el terreno.
   "En estos momentos no tenemos un problema genético", ha indicado Ruiz, si bien sí ha reconocido que puede existir un cierto riesgo en el futuro en caso de que la tendencia se mantenga como hasta ahora.

CONFLICTO CON LOS GANADEROS

   El experto de la Generalitat se ha felicitado por el programa desarrollado en Cataluña para evitar conflictos entre la conservación del oso y los ganaderos de la zona, pese a reconocer que no es perfecto, porque medidas como la agrupación de rebaños, la contratación de pastores y la instalación de vallas protectoras en las colmenas ha reducido la conflictividad.
   De hecho, a pesar de la expansión del oso, Ruiz ha cifrado en unos 5.600 euros al año el dinero que cuesta compensar los ataques y muertes de ovejas que se producen cada año --una media de 16 cabezas de ganado--, en una tendencia a la baja que, paralelamente, es mucho menos dinero del que puede generar el oso en sectores como el turismo.
   Preguntado sobre la posibilidad de que se produzcan nuevas liberaciones de osos y reforzar así la variabilidad genética de la especie, Ruiz ha precisado que la prioridad de la Generalitat es contar con la complicidad del territorio y su participación.
   "El retorno de los osos con beneficios y sin perjuicios está bien visto", ha resumido, si bien después de haber mejorado mucho en la coexistencia con los ganadores ahora es preciso empezar a generar puestos de trabajo y economía relacionada con el oso, ha apuntado.

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