Alexandra Cousteau, la nieta del legendario oceanógrafo
Jacques Cousteau, alertó hoy en Nueva York de los peligros que corre el
agua del planeta por la industria de teñido de tejido de algodón y
apostó por nuevas tecnologías como la única alternativa para que ese
proceso sea ecológico y sostenible.
"En nuestras aguas se han encontrado hasta 72 sustancias químicas
tóxicas procedentes del tinte de los tejidos, algunas inflamables y
explosivas, y 30 de ellas no se pueden eliminar una vez que se han
vertido. Es aterrador", aseguró Cousteau durante un acto en el que se
presentó ColorZen, una nueva técnica para teñir el algodón.
La técnica consiste en un tratamiento de las fibras de este tejido
para que el proceso de tinte sea luego más eficiente y sostenible,
reduciendo la cantidad de agua, las sustancias químicas y el tiempo que
se necesitan para completarlo.
Así, según apuntó el director de la empresa neoyorquina ColorZen,
Michael Harari, esta novedosa técnica permite reducir en un 90 % la
cantidad de agua implicada en el proceso, usar un 95 % menos de
sustancias químicas y un 75 % menos de energía.
Alexandra Cousteau, que ha seguido la estela de su abuelo, Jacques
Cousteau (1910- 1997), promoviendo la preservación de los océanos
mediante su labor como documentalista, recalcó la importancia de adoptar
tecnologías como esta para paliar "el daño que se está infligiendo a la
calidad y la cantidad del agua, de la que dependemos, y que no sobra
para un planeta de 7.000 millones de habitantes".
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), unos 1.100 millones de personas no tienen acceso al agua potable.
Sin embargo, teñir 400 gramos de algodón precisa del uso de 49 litros
de agua, es decir, lo que beben una madre y su hijo durante dos
semanas, según estimaciones de la Clínica Mayo.
Anualmente, se producen 30 millones de toneladas de fibra de algodón,
cuyo teñido requiere una cantidad de agua equivalente a la que beberían
todos los habitantes del planeta durante 141 días.
Además, las sustancias químicas tóxicas empleadas para tintar el
algodón se vierten luego a los ríos y, según el Banco Mundial, el 20 %
del agua corriente contaminada a causa de los procesos industriales se
debe al tratamiento y teñido de textiles.
Esta situación es especialmente crítica en China, donde el 70 % de
los ríos se hallan contaminados y cuya industria textil genera al año
3.000 toneladas de aguas residuales, el 80 % proveniente de los procesos
de teñido e impresión.
Cousteau apuntó que "cada vez que se pierde un arroyo, un riachuelo,
no sólo se está perdiendo eso, sino la oportunidad de que los disfruten
las generaciones venideras".
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