sábado, 11 de agosto de 2012

Torre Santander, una apuesta por la inteligencia verde en el corazón de Sao Paulo

Rodeado grandes vías de comunicación y un intenso tráfico, la Torre Santander, sede administrativa del grupo bancario en Sao Paulo, alberga a 4.000 empleados en un rascacielos de 28 plantas ideado como una ciudad vertical sostenible, que busca la armonía con el medio ambiente.




"SHOWROOM" SOSTENIBLE
Inaugurado en 2009, tras dos años de cuidadosa construcción, el edificio tiene el objetivo de plantear soluciones sostenibles y crear un "showroom" para los propios clientes de la entidad financiera, dijo a Efe la superintendente de Soluciones para Sostenibilidad, Linda Murasawa.
El edificio, ubicado en una frenética zona de negocios de la ciudad, tiene la certificación de sostenibilidad "LEED Gold", otorgada por el "Green Building Council" de Estados Unidos.
El rascacielos dispone de diez sistemas de captación de recursos hídricos, equipamientos eléctricos de bajo consumo y hasta ascensores inteligentes que cuando descienden generan su propia energía para volver a subir.
Los cristales que recubren la fachada funcionan como una suerte de película protectora que permite regular mejor la temperatura interna y optimizar el uso del aire acondicionado.
Para la gestión de basuras en el edificio, los responsables de sostenibilidad incluyeron equipamiento para transformar en fertilizantes hasta el 80 por ciento de los residuos orgánicos.
"La ecoeficiencia está en todas nuestras actitudes", declaró Murosawa, quien agregó que la concienciación es un elemento clave para el éxito de las políticas de sostenibilidad y que implica tanto a los proveedores de la institución como a los empleados.
TRANSPORTE EFICIENTE, MENOS CO2
En tres años, la institución ha registrado una reducción del 10 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2), si se comparara con el volumen que se hubiera generado en los lugares de trabajo anteriores.
El rascacielos se encuentra en la bulliciosa confluencia de las avenidas Juscelino Kubitschek y Naciones Unidas, dos importantes arterias que atraviesan una de las zona de negocios más activas de Sao Paulo, corazón financiero de Brasil.
En esa zona de la ciudad más grande del país, donde viven más de 11 millones de personas y cuya área metropolitana alcanza los 20 millones, el tráfico nunca descansa.
"Sao Paulo es una ciudad que tiene esa cuestión del tráfico. Nuestra preocupación estaba en cómo nuestros empleados iban a conseguir llegar al edificio sin causar un impacto en su vida ni en el entorno", señaló Murosawa.
Para resolverlo, el primer grupo bancario español diseñó un sistema de microbuses que comunica diferentes barrios de la ciudad con la sede del banco y con otros centros administrativos del Santander en Sao Paulo, una medida con la que, según los datos ofrecidos por Murosawa, se retiraron 1.000 coches de las calles.
Otra de las iniciativas puestas en marcha recibe el nombre de "Carona Amiga", algo así como "carrera amiga", y consiste en que los propios empleados registran su vehículo en el sistema informático, avisando las plazas disponibles que tienen y el barrio hacia donde van.
De este modo, otros compañeros que compartan ruta y horario viajan juntos en un único automóvil y se hacen cargo de los gastos entre todos.
Una de las empleadas de la entidad que sigue esta medida, Andyara Santis, reconoció a Efe que la iniciativa tiene varias ventajas, como compartir gastos, tener preferencia en la obtención de una plaza de estacionamiento e incentivar las relaciones entre empleados.
AL BANCO EN BICICLETA
El Santander, tercer banco privado de Brasil por volumen de activos, también creó un estacionamiento para bicicletas utilizado por 200 empleados, quienes pueden darse una ducha y cambiarse de ropa si lo consideran necesario tras el recorrido a pedales.
El economista jefe de la división de "Asset Manegement", Hugo Penteado, recorre en bicicleta todos los días los 16 kilómetros que separan su domicilio del trabajo.
"Voy y vuelvo mucho más rápido", dijo a Efe Penteado, consciente de los beneficios que aporta esa práctica a su salud y al medio ambiente.
"La ecoeficiencia no es sólo una estrategia ambiental es una estrategia de sostenibilidad, tiene que haber equilibrio en términos de personas, en términos ambientales y en términos económicos porque si no, no vale la pena", agregó Murosawa.
El edificio, por el que cada día pasa una media de 7.000 personas, si además de los trabajadores de la entidad se suma a los empleados de las empresas subcontratadas, clientes y visitantes, dispone además de gimnasio, biblioteca, papelería, servicio de lavandería y costura, salón de belleza, centro médico, una agencia de viajes, una unidad de cuidados intensivos móvil y hasta zapatero.
"El banco toma una decisión muy estratégica al decir: 'sabemos que es relevante para la sociedad, para las personas y para el negocio'", concluyó la experta. EFEverde

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