Afortunadamente
hoy día las razones económicas en favor de la incorporación de
perspectivas ecológicas en la formación continua y los empleos son cada
vez más convincentes.
ECOticias.
Una economía verde se
describe como una economía que tiene como resultado mejorar el bienestar
humano y la equidad social, reduciendo significativamente los riesgos
ambientales y la escasez ecológica. En otras palabras, podemos pensar en
una economía verde como un entorno económico que alcanza bajas
emisiones de carbono, la eficiencia de los recursos y, al mismo tiempo
que sea socialmente inclusiva.
Afortunadamente hoy día las razones
económicas en favor de la incorporación de perspectivas ecológicas en la
formación continua y los empleos son cada vez más convincentes. Los
precios de la energía y de los productos básicos están aumentando y los
clientes y las autoridades públicas ejercen cada vez mayor presión sobre
las empresas para que adopten prácticas y métodos de producción verdes a
fin de evitar el peligroso cambio climático. Ello ofrece una gran
oportunidad de iniciar nuevas empresas, establecer nuevos mercados y
reducir el costo de la energía. Finalmente, aunque no por orden de
importancia, las empresas pueden tener más libertad para funcionar en
ese contexto, lo que generaría actitudes positivas hacia las actividades
y la inversión de las empresas entre los clientes, las comunidades
locales y la opinión pública.
Las tendencias observadas en los
mercados e inversiones confirman esta evaluación. El mercado mundial de
productos y servicios ambientales se duplicará, según las proyecciones, y
pasará de 1,37 billones de dólares al año en la actualidad a 2,74
billones para el año 2020, según Roland-Berger Strategy Consultants. Sin
embargo las diferencias y deficiencias en materia de capacitación se
han convertido en un obstáculo decisivo para las economías verdes y para
el desempeño de nuevos nichos de empleo “verde” en los países
industriales y en desarrollo. Mientras que la atención se ha centrado
generalmente en la tecnología, la experiencia demuestra que sin
empresarios cualificados ni trabajadores especializados, la tecnología y
los recursos disponibles para la inversión no pueden utilizarse o no
pueden conseguir los beneficios ambientales ni los rendimientos
económicos previstos.
Empleo verde
Entran en escena pues nuevas
oportunidades de “empleo verde” entendidos según el PNUMA como los
puestos en la agricultura, la industria manufacturera, construcción,
instalación y mantenimiento, así como actividades científicas y
técnicas, administrativas y relacionadas con los servicios que
contribuyen sustancialmente a preservar o restaurar la calidad
ambiental. En concreto, pero no exclusivamente, esto incluye empleos que
ayuden a proteger y restaurar los ecosistemas y la biodiversidad,
reducir la energía, los materiales y el consumo de agua a través de
estrategias de alta eficiencia y prevención; descarbonizar la economía, y
reducir al mínimo o evitar por completo la generación de todas las
formas de los residuos y la contaminación.
En Abril de 2012 un grupo de trabajo de
la comisión europea publicó un informe en el que se añade una definición
más amplia que cubre todos los puestos de trabajo que dependen del
medio ambiente o se crean, se sustituyen o se redefinen (en términos de
conjuntos de habilidades, métodos de trabajo, perfiles verdes, etc) en
el proceso de transición hacia una economía más verde.
Existen ya millones de empleos verdes que requieren capacidades, habilidades y competencias verdes específicas, y en esferas como la energía renovable su número está creciendo con rapidez.
Según un reciente estudio publicado por CEDEFOP (European Centre for the Development of Vocational Training), “Skills for green jobs”, no existe una definición clara de competencias para empleos verdes, pues la distinción entre el sector ecológico y los sectores más convencionales es artificial. En el futuro, todo empleo será un empleo verde, lo que llevado al campo de las competencias implica que todos/as los trabajadores/as independientemente del sector en que se encuentren ubicados/as van a necesitar competencias verdes.
Existen ya millones de empleos verdes que requieren capacidades, habilidades y competencias verdes específicas, y en esferas como la energía renovable su número está creciendo con rapidez.
Según un reciente estudio publicado por CEDEFOP (European Centre for the Development of Vocational Training), “Skills for green jobs”, no existe una definición clara de competencias para empleos verdes, pues la distinción entre el sector ecológico y los sectores más convencionales es artificial. En el futuro, todo empleo será un empleo verde, lo que llevado al campo de las competencias implica que todos/as los trabajadores/as independientemente del sector en que se encuentren ubicados/as van a necesitar competencias verdes.
Las competencias y habilidades de los
trabajadores se centran, según este estudio en potenciar la aplicación
de los conocimientos “culturales”, como conocimiento de materiales
sostenibles, recuperación de técnicas tradicionales, habilidades de ‘la
huella de carbono’, habilidades ambientales de evaluación de impacto
(flora, fauna) y buen entendimiento de las ciencias, y al mismo tiempo,
tomarían más importancia, de manera general, las competencias
transversales como las de estrategia, liderazgo, adaptabilidad,
transferencia, análisis de sistemas (primacía de diseño), enfoque
integral, análisis de riesgos, habilidades de coordinación, espíritu
emprendedor y trabajo en equipos multidisciplinares.
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