Veinticinco años después de la firma del Protocolo de
Montreal sobre protección de la capa de ozono, esencial para la vida
terrestre, la sociedad, que fue clave en su redacción, "está menos
concienciada" por los efectos dañino
s que puede provocar al considerarlo
un problema resuelto hoy en día.
El interés por la capa de ozono es cada vez menor, hace años fue
centro de atención mediática y política pero ya no es noticia, explica a
EFEverde el investigador de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet),
Alberto Redondas, en víspera de la conmemoración mañana del Día
Internacional de la protección de la capa de ozono.
Para Redondas, el Protocolo de Montreal funcionó en su momento y las
emisiones de gases se redujeron, pero el problema sigue estando presente
y uno de los ejemplos más llamativos es el agujero en la capa de ozono
que afecta actualmente a la Antártida.
"Se tiene constancia de este agujero -reducción de grosor- desde la
década de los años 80 y, aunque en cuanto a tamaño se encuentra dentro
de la media de los últimos años, lamentablemente ya no es noticia".
Otro dato, explica Redonda, es el agujero en la capa de ozono que se
descubrió en el Ártico la primavera pasada -hacía más de 10 años que no
aparecía- y afectó a zonas de Europa y Norteamérica.
El investigador recuerda que una de las causas de la destrucción de
la capa de ozono es la concentración de los compuestos
clorofluorocarbonados (CFCs), productos químicos utilizados durante casi
medio siglo como componentes de aerosoles y refrigerantes empleados en
maquinarias de distinta naturaleza.
"Los CFCs tienen una vida muy larga, no se puede empezar a hablar de su recuperación hasta dentro de 20 ó 30 años".
Sin embargo, ha matizado este experto en ozono, los investigadores se
encuentran con otro problema añadido: el cambio climático relacionado
con la dinámica atmosférica.
"Los modelos de investigación prevén que como consecuencia del cambio
climático haya mucho más ozono del que había antes en latitudes medias y
menos ozono en latitudes tropicales".
Por eso en España, que se encuentra dentro de latitudes medias, se
espera que para los próximos años haya más ozono del que había de forma
natural antes de los años 80.
La capa de ozono sirve de escudo para proteger a la Tierra contra las
dañinas radiaciones ultravioleta B provenientes del Sol actuando como
un filtro, y un exceso de las mismas o una exposición incontrolada puede
producir entre la población enfermedades de diversa tipología como
cataratas en los ojos o cáncer.
No obstante, ha detallado Redondas, la radiación ultravioleta es
necesario para la producción de vitamina D, importante para el hombre.
La mayoría del ozono se encuentra en la zona superior de la
atmósfera, entre 10 y 40 kilómetros sobre la superficie terrestre, en la
estratosfera y contiene aproximadamente el 90 % de todo el ozono en la
atmósfera
El 16 de septiembre de 1987, se firmó el Protocolo de Montreal y en
1998, en reconocimiento de los logros extraordinarios del Protocolo, la
Asamblea General de las naciones Unidas proclamó dicha fecha como el Día
Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono.
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