Una compañía española pondrá la próxima semana a la venta detectores de radiactividad de uso personal para medir la posible contaminación del entorno y de los alimentos, algo en lo que -aseguran sus responsables- son pioneros en España.
La idea surgió debido al interés suscitado entre el público
después de la catástrofe de Fukushima, el pasado 11 de marzo de 2011,
han explicado a Efe responsables de La Tienda del Espía, con cinco
establecimientos en Valencia, Bilbao, Barcelona y Madrid.
El
aparato, importado de Japón, tiene el tamaño aproximado de un teléfono
móvil o grabadora digital y saldrá a la venta por 650 euros. Igual que
los dosímetros que utilizan los empleados de una central nuclear o
profesionales de la medicina que trabajan con radiactividad, el
dosímetro va midiendo y registrando los niveles de radiactividad y lanza
una alerta sonora si los umbrales sobrepasan lo permitido.
La
importación de alimentos, no sólo de Japón sino de cualquier otro lugar,
están sujetos en España a unos fuertes controles, que se reforzaron a
raíz del accidente de la central de Fukushima.
Según los
responsables del mencionado establecimiento, los ciudadanos tienen una
especial prevención hacia los alimentos y su posible contaminación, por
lo que "es normal que deseen testar si están o no libres" de
radiactividad; además "dentro del mercado interno también puede haber
alimentos de dudosa procedencia".
La Tienda del Espía tiene los
dosímetros desde finales de agosto pero no los pondrá a la venta hasta
la próxima semana, una vez traducidos sus manuales de uso.
La
demanda de dosímetros domésticos de radiación se dispararon en países
como Rusia, pese a las declaraciones de sus autoridades de que las fugas
en la nuclear japonesa no suponían amenaza para su territorio nacional,
y en Japón se repartieron miles de estos aparatos para controlar la
exposición a la radiactividad, sobre todo entre la población escolar de
la prefectura de Fukushima. EFEverde
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