Esos efectos
se reflejan, en concreto, en su composición química: los cambios en la
circulación atmosférica han aumentado la llegada de polvo del Sáhara
ECOticias.
Investigadores del CSIC y del CREAF demuestran que
ha aumentado la proporción de fosforo en los lagos, a causa de cambios
en la circulación atmosfèrica. Los
lagos de alta montaña en el Pirineo, entre 2.000 y 3.000 metros de
altitud, también están resultando afectados por el impacto humano y el
cambio global, tal como muestran Lluís Camarero y Jordi Catalan,
investigadores del Observatorio Limnológico de los Pirineos del CSIC en un trabajo que se publica en Nature Communications.
Esos efectos se reflejan, en concreto, en su composición química: los
cambios en la circulación atmosférica han aumentado la llegada de polvo
del Sáhara, lo cual ha incrementado la cantidad de fósforo atmosférico
que se deposita en los lagos. Ese incremento ha comportado a su vez un
crecimiento de fitoplancton, que consume el nitrógeno excedente en los
lagos y lo lleva a unos niveles inesperadamente bajos.
Todo el proceso, dicen los científicos, está llevando a cambios en el
fitoplancton y en el equilibrio biogeoquímico de los lagos, y en última
instancia a una eutrofización del sistema. Es, además, un ejemplo claro
de cómo el impacto humano llega a lugares remotos y demuestra “la
necesidad de considerar el impacto del cambio global sobre los
ecosistemas desde una perspectiva integrada”.
El delicado equilibrio nitrógeno-fósforo
Para llevar a cabo el trabajo, los investigadores han recogido
muestras de lagos de alta montaña de los Pirineos centrales y
orientales, a una altitud media de 2.300 metros. En esta zona, en
Vielha, está el Observatorio de Limnología de los Pirineos, unidad que
pertenece al Centro de Estudios Avanzados de Blanes del CSIC pero que se encuentra físicamente en el Centre de Recerca de Alta Muntanya, de la Universidad de Barcelona.
Parte del hallazgo del trabajo ha sido encontrar en los lagos unos
niveles inesperadamente bajos de nitrógeno. Tal como explica Lluís
Camarero, “el estado ‘natural’ de los lagos es una limitación del
crecimiento del fitoplancton por nitrógeno”. Sin embargo, sigue
explicando el experto, “desde los años 80 la comunidad científica está
observando cómo el impacto humano ha aumentado la deposición de
nitrógeno en los lagos y en la lluvia, lo que se traduce en fenómenos
como la lluvia acida y, en los lagos, en la ruptura del equilibrio
biogeoquímico”.
Por eso, los científicos esperaban hallar en los lagos del Pirineo
altos niveles de nitrógeno. Sorprendentemente, lo que han hallado son
niveles bajos. Eso es lo que ha conducido a los científicos a descubrir
que la clave está en el aumento de fósforo, que conlleva el crecimiento
del fitoplancton y las algas, las cuales absorben el nitrógeno
excedente.
La proporción fósforo/nitrógeno es similar a los valores naturales,
apunta Camarero, pero hay un aumento considerable de ambos elementos, lo
que está conduciendo a un aumento de la productividad de los lagos y a
su eutrofización, un proceso que puede llevar a cambios drásticos en la
red trófica de estos ecosistemas tan frágiles.
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