martes, 2 de octubre de 2012

Un grupo de microorganismos marinos usa la urea para crecer en condiciones extremas

Un grupo de investigadores ha constatado que las arqueas, un grupo de microorganismos marinos, utiliza la urea -compuesto presente en la orina y los restos fecales de vertebrados- para crecer en condiciones climáticas extremas.


Se trata de un trabajo en el que han participado investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y las conclusiones se publican en la revista PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences).
En concreto, el estudio confirma que estos microorganismos unicelulares, que intervienen en los ciclos del nitrógeno y el carbono del planeta, utilizan tanto el amonio como el carbono de la urea para crecer durante los meses más fríos y oscuros del invierno ártico, ha informado el CSIC en una nota de prensa.
Durante el invierno ártico, cuando escasea la luz, la temperatura media del aire es de -39 grados y los microorganismos marinos tienen que subsistir bajo una capa de hielo de casi dos metros de grosor.
Los investigadores comprobaron que un grupo de arqueas, no solo podía subsistir en estas duras condiciones, sino que además crecía hasta triplicar su población, y constataron que estas arqueas no incorporaban CO2 como las algas y las plantas ni tampoco materia orgánica, como la mayoría de los animales para crecer.

Mayor parte de la diversidad de la vida

A pesar de ser microscópicos, los microorganismos albergan la mayor parte de la diversidad de la vida, pero las arqueas se encuentran entre los grupos menos conocidos, según el CSIC.
Uno de los enigmas que los científicos siempre se habían planteado era su capacidad para crecer durante el invierno polar.
Tras analizar miles de datos obtenidos durante el invierno ártico en el mar de Beaufort, al norte de Canadá, los investigadores descubrieron que las arqueas de la rama Thaumarchaeota utilizan un atajo metabólico.
"Hemos descubierto que obtienen tanto el carbono como el amonio de la urea, una vía más corta que hasta ahora no se había considerado" para crecer, ha detallado el investigador del Instituto de Ciencias del Mar Carlos Pedrós-Alió, quien ha añadido que el CO2 es incorporado en el material celular mientras que el amonio es oxidado a nitrito para obtener energía.
Este trabajo sugiere la importancia de preservar los ambientes marinos de las regiones polares, más sensibles a las consecuencias del cambio climático.
"Los microorganismos marinos son abundantes, diversos y desconocidos, son responsables de la mayor parte de la respiración y de la mitad de la producción primaria del planeta", según Pedrós-Alió, quien ha subrayado: "En los planes de conservación de las regiones polares habría que considerar a los microorganimos además de a los osos y las focas". EFEverde

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