Los residuos
que genera la industria papelera se une al material cerámico que se usa
en la construcción. El resultado son unos ladrillos con una baja
conductividad térmica, que actúan como buenos aislantes.
ECOticias.
Investigadores de la Universidad de Jaén han unido residuos de
celulosa a la arcilla que se emplea en la construcción para crear unos
ladrillos fuertes y aislantes.
Los residuos que genera la industria papelera se une al material
cerámico que se usa en la construcción. El resultado son unos ladrillos
con una baja conductividad térmica, que actúan como buenos aislantes.
La investigación aparece publicada en la revista Fuel Processing
Technology.
Investigadores de la Universidad de Jaén
consideran que el uso de los residuos de la industria del papel puede
suponer un beneficio económico y medioambiental, ya que permite
reutilizar como materia prima un material considerado como desecho.
Los científicos han recogido los residuos de celulosa que produce
una fábrica de papel –reciclado, en este caso–, así como los lodos
procedentes de la depuración de sus aguas residuales.
Después, han unido este material a la arcilla que se emplea en la
construcción, le han dado forma mediante presión y extrusión en
máquinas, y así han obtenido unos ladrillos en el laboratorio.
El producto final presenta una conductividad térmica baja, por lo
que actúa como un buen aislante. Otra de las ventajas de añadir
residuos a los prototipos de ladrillos es que les aportan energía
debido a la presencia de materia orgánica. Esto puede ayudar a reducir
el consumo de combustible y el tiempo de cocción que se requiere en su
producción.
De momento los prototipos son de pequeñas dimensiones (3 x 1 x 6
cm), aunque el equipo ya ha hecho pruebas con tamaños mayores y los
resultados son similares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario