Benedicto XVI, el 265º papa de Roma, que anunció hoy su renuncia, introdujo en su discurso mensajes como la preocupación por el deterioro ambiental y la necesidad de proteger el planeta, pensamientos que le ganaron el calificativo de papa "verde", el pontífice mas ecológico.
Desde que comenzó su pontificado, en abril de 2005, y durante los ocho
años de su ministerio, Benedicto XVI abogó por una mayor atención hacia
los movimientos ecologistas y hacia las "energías limpias inocuas para
el ser humano".
Tras la crisis nuclear de Fukushima, en Japón, el papa recordó que "el hombre no puede estar dominado por la tecnología y convertirse en un objeto, y esa conciencia debe llevar a los estados a reflexionar juntos sobre el futuro a corto plazo del planeta".
Tras la crisis nuclear de Fukushima, en Japón, el papa recordó que "el hombre no puede estar dominado por la tecnología y convertirse en un objeto, y esa conciencia debe llevar a los estados a reflexionar juntos sobre el futuro a corto plazo del planeta".
La
problemática de la falta de acceso al agua potable de todos los seres
humanos o la necesidad de un uso responsable de los recursos naturales
para beneficio de las generaciones futuras, también ocuparon sus
discursos.
Su preocupación por el medio ambiente se vio reflejada
en su mensaje con motivo de la 43ª Jornada de la Paz, el 1 de enero de
2010, que tituló "Si quieres promover la paz, protege la creación", en
el que advirtió de "los peligros causados por el descuido, e incluso por
el abuso que se hace de la tierra y de los bienes naturales que Dios
nos ha dado".
Benedicto XVI defendió entonces que el deterioro ambiental "cuestiona
los comportamientos de cada uno de nosotros, los estilos de vida y los
modelos de consumo y producción actualmente dominantes".
"Ha llegado el momento en que resulta indispensable un cambio de mentalidad efectivo, que lleve a todos a adoptar nuevos estilos de vida", subrayó el pontífice.
"Ha llegado el momento en que resulta indispensable un cambio de mentalidad efectivo, que lleve a todos a adoptar nuevos estilos de vida", subrayó el pontífice.
El papa "verde" tomó el testigo de su predecesor, Juan Pablo II, quien
ya se preocupó por el medio ambiente y en 1990 identificó la existencia
de una "crisis ecológica" que atribuyó a "un problema moral".
Como Benedicto XVI, Juan Pablo II también alertó sobre las amenazas de la paz mundial "por la falta del debido respeto a la naturaleza" y "la explotación desordenada de sus recursos."
Como Benedicto XVI, Juan Pablo II también alertó sobre las amenazas de la paz mundial "por la falta del debido respeto a la naturaleza" y "la explotación desordenada de sus recursos."
El discurso ambiental de Benedicto XVI incluyó referencias morales, como
el mensaje enviado a los prelados brasileños en 2011, en el que
defendió la "ecología humana".
"Sin una clara defensa de la vida humana, sin una defensa de la familia basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer (...) nunca se podrá hablar de una auténtica defensa del medio ambiente", afirmó el pontífice.
"Sin una clara defensa de la vida humana, sin una defensa de la familia basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer (...) nunca se podrá hablar de una auténtica defensa del medio ambiente", afirmó el pontífice.
Según el papa, el hombre ocupa una posición superior en la naturaleza,
como "guardián y administrador responsable de la creación", un papel del
que "no debe abusar", pero "tampoco puede abdicar".
Cuando abandone su puesto como obispo de Roma, el próximo 28 de febrero, a los 85 años de edad, tendrá más tiempo para disfrutar de "la obra de la creación" y pasear por la naturaleza, una de sus grandes pasiones, según desvela su secretario personal, Georg Gänswein, en el libro "El misterio de un pequeño estanque", que publicó en 2012.
Cuando abandone su puesto como obispo de Roma, el próximo 28 de febrero, a los 85 años de edad, tendrá más tiempo para disfrutar de "la obra de la creación" y pasear por la naturaleza, una de sus grandes pasiones, según desvela su secretario personal, Georg Gänswein, en el libro "El misterio de un pequeño estanque", que publicó en 2012.
En el anuncio de su renuncia, Benedicto XVI destacó que "el mundo de
hoy" esta sujeto a "rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones
de gran relieve para la vida de la fe" y que para anunciar el Evangelio,
hace falta un vigor, "tanto del cuerpo como del espíritu", que él ya no
tiene. EFE
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