miércoles, 13 de febrero de 2013

Científicos de las universidades de Barcelona y Kansas (EEUU) y del Museo de Historia Natural de Londres han descrito una nueva especie de araña, que han denominado "Spinomegops aragonensis", y que fue descubierta en un yacimiento de Utrillas (Teruel), donde llevaba atrapada en ámbar más de 100 millones de años. TERUEL, 12/02/2013.- Científicos de las universidades de Barcelona y Kansas (EEUU) y del Museo de Historia Natural de Londres han descrito una nueva especie de araña, que han denominado "Spinomegops aragonensis", y que fue descubierta en un yacimiento de Utrillas (Teruel), donde llevaba atrapada en ámbar más de 100 millones de años. En la imagen, facilitada por la Universidad de Barcelona, detalle de una de las patas de la araña, mostrando un abanico de espinas característico de la nueva especie. Esta araña ha sido descrita en un artículo publicado en la revista científica "Journal of Systematic Palaeontology", junto a otras nuevas especies de arácnidos de un peculiar grupo extinto llamado "Lagonomegopidae" en el ámbar de España, ha informado hoy la Fundación Conjunto Paleontológico Dinópolis de Teruel. Para el artículo se han estudiado fósiles descubiertos en los yacimientos cretácicos de ámbar situados en El Soplao (Cantabria), Peñacerrada I (Burgos) y San Just (Teruel). En este último afloramiento es donde se ha hallado la nueva especie de araña, bautizada con el nombre "Spinomegops aragonensis". Según los expertos, existen ejemplares similares a los ahora descubiertos en dichos yacimientos españoles en otros puntos del planeta, aunque la diversidad es menor. Estos nuevos hallazgos, ha resaltado la Fundación de Dinópolis, convierten al ámbar español en el más diverso en este "enigmático" grupo de arañas y permiten incrementar el conocimiento acerca de su ecología y de sus posibles relaciones evolutivas. Dos ojos de gran tamaño Los "lagonomegópidos" se caracterizaban por presentar dos ojos de gran tamaño en posición lateral, hecho desconocido en las arañas actuales. Además, la nueva especie del ámbar de San Just (Teruel), presentaba abanicos de espinas (que habrían aumentado la capacidad prensil de la araña a la hora de capturar a sus presas) en los dos primeros pares de patas. Los autores de este trabajo de investigación son Ricardo Pérez de la Fuente, del Departamento de Estratigrafía, Paleontología y Geociencias Marinas de la Facultad de Geología de la Universidad de Barcelona y Erin Elizabeth Saupe, del Instituto Paleontológico y Departamento de Geología de la Universidad de Kansas (Estados Unidos). Además de Paul A. Selden, también de la Universidad de Kansas y del Departamento de Ciencias de la Tierra del Museo de Historia Natural de Londres. Proyecto "Ambares" El trabajo se enmarca dentro de las investigaciones llevadas a cabo por el proyecto Ambares del Ministerio de Economía y Competitividad, en el que también participan otras instituciones como el Instituto Geológico y Minero de España. El estudio ha contado con el apoyo, entre otros, de la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, del Gobierno de Cantabria, del Ayuntamiento de Utrillas, de Caja Rural de Teruel y de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis (Museo Aragonés de Paleontología). EFEverde


El abandono de la técnica tradicional de cultivo del café a la sombra de árboles diversos, en favor del "cultivo al sol", podría haber agravado el brote actual de roya que afecta a las plantaciones de América Central y México, según indicó hoy un experto.

El actual brote de roya del café es el peor que se ha visto en América Central y en México desde que la enfermedad fangal llegó a la región hace más de 40 años, explicó el ecólogo John Vandermeer, de la Universidad de Michigan (UM).

Guatemala, donde se calcula que la roya podría reducir en un 40% la producción de café en la zafra 2013-2014, se sumó recientemente a Honduras y Costa Rica en la declaración de una emergencia nacional debido a la enfermedad.

Y dado que América Central provee el 14 % del café mundial, el brote podría aumentar el precio que los consumidores pagan por su taza de café.

La roya del café es la enfermedad más importante de ese cultivo en todo el mundo. Se descubrió inicialmente en la vecindad del Lago Victoria, en el este de África, en 1861, y luego se la identificó y estudió en Sri Lanka en 1867, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.

La enfermedad pronto se propagó a gran parte del sureste de Asia y, finalmente, a través de las regiones de cultivo del café en el centro y oeste África.

La roya del café no se conocía en el Hemisferio Occidental hasta 1970 cuando se la encontró en Bahía, Brasil. Desde entonces, la enfermedad se ha propagado a todos los países que cultivan café, según el Instituto de Investigación del Café.

Vandermeer ha cultivado parcelas de investigación en una plantación de café orgánica en el sur de Chiapas, México, por unos 15 años.

Junto con su colega Ivette Perfecto, de la Escuela de Recursos Naturales y Ambiente (SNRE por su sigla en inglés) de la UM, Vandermeer estudia la compleja trama de interacciones entre los organismos que allí residen, incluidos varios insectos, hongos, aves y murciélagos.

Vandermeer dijo que más del 60 % de los árboles en sus parcelas de estudio ahora han perdido por lo menos el 80 % de su follaje debido a la roya del café, un hongo que ataca las hojas e interfiere con su capacidad para llevar a cabo la fotosíntesis. El 30 % de los árboles no tiene hojas, y casi el 10 % ha muerto.

"Tengo informes personales de amigos que cultivan café en Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Nicaragua y México. Todos dicen que es el peor brote que han visto de esta enfermedad", dijo Vandermeer.

En los últimos 20 a 25 años muchos cultivadores de café latinoamericanos han abandonado las técnicas tradicionales de cultivo a la sombra, en la cual las plantas crecen bajo un dosel o bóveda de diversos árboles.

En un esfuerzo por aumentar la producción, gran parte de las áreas de cultivo se han convertido al método de "café al sol", que conlleva la disminución o eliminación de ese dosel vegetal y una mayor dependencia de los pesticidas y fungicidas que mantienen las pestes a raya.

Vandermeer sospecha que el cambio al "café al sol" puede haber contribuido a la gravedad de este brote de roya del café.

El paso al cultivo al sol resulta en una descomposición gradual de la compleja red ecológica que se encuentra en las plantaciones a la sombra. Un elemento de esa red es el hongo de halo blanco, que ataca a los insectos y también mantiene controlada la roya.

El uso generalizado de pesticidas y fungicidas y el bajo nivel de biodiversidad que se encuentra en las plantaciones "al sol" probablemente han contribuido a la decadencia del hongo de halo blanco en años recientes, señaló Vandermeer.

Sin el hongo de halo blanco que la restrinja, la roya del café ha podido devastar las plantaciones de café desde Colombia a México, agregó.

"Es posible que esta enfermedad se agote este año y retorne a los niveles previos", dijo.

"O puede ser que se convierta en una característica relativamente permanente en la región. El rumbo que tome esta enfermedad tendrá implicaciones enormes para los productores de café de esta región", advirtió.

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