El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, abordará hoy en el discurso del Estado de la Unión una de las grandes asignaturas pendientes del país, el cambio climático, un asunto que el mandatario ya mencionó en su investidura y sobre el que, de comprometerse, le queda mucho por hacer.
Los medios estadounidenses coinciden en que será uno de sus
temas a tratar, junto con la recuperación económica, la reforma
migratoria y el control de armas, materias todas ellas que ya están en
su agenda política, mientras que el cambio climático ha quedado relegado
a un segundo plano.
Las dificultades para pasar su agenda
política por las manos del Congreso estadounidense son un problema
también para ejecutar sus avances en políticas limpias, por lo que
algunos expertos abogan por que asuma el liderazgo y lleve a cabo
decretos presidenciales que no necesiten el beneplácito de las cámaras.
"El
cambio climático y la economía deberían ser sus principales
prioridades. (...) Él debería asumir el liderazgo y con el apoyo popular
fomentar esas políticas. No tiene nada que perder si emite órdenes
ejecutivas", explicó este lunes Alan Lichtman, profesor de Historia de
la American University, en un foro con la prensa extranjera en
Washington.
Según apuntó esta semana el diario The Wall Street
Journal, Obama prevé hacer presión para ejecutar políticas que permitan
lograr metas específicas de reducción de gases de efecto invernadero.
Esa
estrategia requerirá de su autoridad ejecutiva, como en el resto de
áreas en las que el Congreso está poniendo obstáculos a su agenda.
Oposición de los republicanos
El diario también presume que el presidente estadounidense se planteará ir más allá de las normas propuestas la Agencia de Protección Ambiental (EPA, en inglés) en las emisiones de las centrales eléctricas y que hará frente a la situación de las actuales plantas de carbón.
La
EPA ha elaborado normas para que las instalaciones existentes reduzcan
al mínimo la contaminación por partículas, mercurio y otras toxinas.
Pero
esta sería la primera vez que la agencia regulase a las instalaciones
ya existentes -las de nueva creación sí tienen límite de emisiones desde
la pasada primavera- para reducir sus emisiones de los gases de efecto
invernadero, algo a lo que los congresistas republicanos y el sector
empresarial se han opuesto abiertamente.
Las energías
Aunque el carbón ha cedido terreno al gas natural, sigue siendo el combustible favorito para la generación de electricidad.
Según
datos de la EPA publicados la semana pasada, las plantas de energía
representan alrededor de un tercio del total de los gases de efecto
invernadero que emite Estados Unidos.
La Casa Blanca también tiene
que decidir este año si da luz verde a la construcción del polémico
oleoducto Keystone XL para transportar petróleo desde Canadá a Estados
Unidos, un proyecto que Obama rechazó, pero que Nebraska aprobó a través
de ruta revisada evitando las zonas ambientalmente sensibles.
El
cambio climático estuvo prácticamente ausente de la larga campaña
electoral de 2012 y el país, que no firmó el Protocolo de Kioto,
continúa sin hacer compromisos firmes a nivel internacional al respecto.
"Sandy"
Sin
embargo la realidad irrumpió en el escenario político de Estados Unidos
una semana antes de la elección presidencial cuando el ciclón "Sandy"
anegó varios estados de la Costa Este, desde Nueva York a Delaware, y
dejó a millones de hogares y negocios sin electricidad y a millones de
personas sin casa y empleo.
Debido a la crisis económica que ahora
sobre todo afecta a Europa, las principales potencias del mundo han
aparcado el asunto para tomar medidas para solucionar sus carteras.
Sin
embargo, los expertos como Litchman creen que en el caso de Estados
Unidos combatir el cambio climático y mejorar la economía no son dos
temas excluyentes.
Cuando llegó a la Casa Blanca en 2009, Obama
prometió que Estados Unidos reduciría para 2020 en un 17 % respecto a
2005 los niveles de emisiones de los gases que causan el "efecto
invernadero" y calientan la atmósfera.
Para el resto del mundo fue
una propuesta débil, pero aún ésa fracasó en el Congreso en 2010,
cuando la mayoría republicana -entre la cual se cuentan muchos
escépticos sobre el calentamiento global- actuó para restringir las
atribuciones de la Agencia de Protección Ambiental. EFEverde
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