“A esto no se acostumbra una nunca, un día sí y otro también. No
paran los estruendos”. Carmen Díaz, de 63 años, muestra las grietas de
la fachada de su vivienda, en pleno centro de Torreperogil (Jaén),
provocadas por la inusual sucesión de pequeños terremotos desde mediados del pasado mes de octubre.
Unos temblores, que los científicos llaman enjambre sísmico, que han
alterado la vida cotidiana en los municipios de la comarca jiennense de
La Loma y que tienen sobresaltados a los vecinos.
Desde el pasado 20 de octubre se han registrado en el entorno de las poblaciones de Torreperogil
y Sabiote más de 1.800 seísmos, que llegan casi a 2.000 si se tienen en
cuentan los localizados en otros municipios de la provincia. Es verdad
que muchos de ellos apenas han sido sentidos por los vecinos y que el
mayor de todos fue de una magnitud de 3,6 en la escala Richter el pasado
5 de febrero, pero su persistencia en el tiempo y el hecho de que,
cuatro meses después de iniciada la serie, no haya aún una respuesta
científica clara es algo que tiene intrigados a los expertos y con los
nervios a flor de piel a los vecinos.
“Es imposible dormir por la noche, cuando menos te lo esperas te
despierta un fuerte zumbido”, asegura Ildefonso Peña en pleno paseo de
Torreperogil, donde los ciudadanos se agolpan a diario para compartir sus sensaciones,
y también sus miedos. Cuanto mayor es la frecuencia de seísmos, más
gente prefiere dormir fuera de sus casas. Algunos optan por refugiarse
en sus coches lejos de las viviendas, o en casas de familiares en otros
pueblos cercanos.
Los Ayuntamientos se muestran impotentes para responder a la
inquietud de sus vecinos. “Se está haciendo lo que hay que hacer, que es
pedir toda la información y adoptar todas las medidas preventivas”,
decía el pasado jueves la alcaldesa de Torreperogil, Josefa Caballero,
en uno de los muchos actos públicos con sus vecinos. De momento, este
municipio y el de Sabiote están acelerando sus planes municipales de
emergencia y también preparan simulacros con los escolares y otros
colectivos.
Claro que, por más mensajes a la tranquilidad que se dan, mayores
muestras de zozobra y temeridad dan los vecinos. Los consultorios
médicos han disparado el número de atenciones por crisis de ansiedad,
cefaleas, náuseas o trastornos del sueño y del apetito. “Los estados de
ansiedad son ya casi permanentes”, reconoce el director del centro de
salud de Torreperogil, Francisco Cabanillas. De hecho, esta última
semana, el Servicio Andaluz de Salud (SAS) desplazó a la localidad un
equipo de psicólogos para dar a los vecinos pautas contra el estrés y la
ansiedad derivada de los terremotos.
La presión de los alcaldes para que el Gobierno se involucre en este
tema ha dado como resultado la constitución esta última semana de un
grupo de expertos al más alto nivel sobre la actividad sísmica en La
Loma. El grupo, que está coordinado por el director de la Red Sísmica
Nacional del Instituto Geográfico Nacional, Emilio Carreño, está además integrado por expertos del Instituto Geológico y Minero de España, el Instituto Andaluz de Geofísica,
el Colegio Oficial de Geólogos y el Consejo Superior de Investigaciones
Científicas, además de profesores especialistas de las Universidades de
Jaén y Navarra.
El objetivo final de este grupo es elaborar unas conclusiones fiables
sobre el origen de los seísmos, algo que se antoja ahora muy complicado
a tenor de la disparidad de hipótesis. Una de ellas, la del geólogo
navarro Antonio Aretxabala apunta como causa probable a la
hidrosismicidad, o un incremento de la presión de los acuíferos
subterráneos por las intensas e históricas precipitaciones de los
últimos meses en esta zona de la cuenca del Guadalquivir. “Eso ha hecho
que aumenten las tensiones y se provoquen fracturas enormes en las
fallas, dando lugar a pequeños seísmos, constantes y que se sienten
tanto porque no son muy profundos”, asevera Aretxabala. Su teoría se ha
reforzado esta semana tras localizarse varios seísmos con epicentro
cercano al pantano del Giribaile.
Pero el Grupo de Riesgo Sísmico y Tectónica Activa de la Universidad de Jaén
(UJA) concede poca credibilidad a esa hipótesis. Los técnicos
argumentan que cuando comenzó la serie sísmica, el embalse no registraba
tanta cantidad de agua. Su llenado se produjo dos semanas después de
los temblores. Para el geólogo Mario Sánchez, que realiza a diario
trabajos de campo para medir las posibles fracturas en el subsuelo, los
terremotos se producen claramente en el basamento. Y valora que el
Instituto Geográfico Nacional (IGN), que tiene desplazada a Torreperogil
una unidad móvil sísmica, haya localizado el llamado mecanismo focal,
que ha permitido establecer por primera vez las características de una
falla generadora de uno de los eventos de la serie sísmica.
El director de la Red Sísmica Nacional, Emilio Carreño, se abona a la
tesis de que la presión de los sedimentos sobre la corteza terrestre
estaría originando pequeñas fracturas sobre las rocas de basamentos a
cuatro kilómetros de profundidad.
Lo que expertos y alcaldes niegan es que los terremotos están provocados por el llamado fracking,
o fractura hidráulica realizada por la empresa Oil & Gas Company
que tiene la concesión de la Junta de Andalucía para la localización de
hidrocarburos y gas natural en la provincia de Jaén. “Eso hay que
negarlo rotundamente porque no tienen permiso para eso y no se ha visto
ningún movimiento de máquinas”, zanja el alcalde de Sabiote, Luis Miguel
López. En todo caso, la denuncia presentada por una plataforma
ciudadana por la posible comisión de un delito contra los recursos
naturales y el medio ambiente ha sido admitida a trámite por un Juzgado
de Úbeda.
Sea como fuere lo que es seguro es que la comarca de La Loma no es
una zona de alto riesgo sísmico. Eso sí, los archivos históricos han
constatado la existencia de documentos por los que, en el siglo XVIII,
los alcaldes ya mostraban su inquietud al rey Fernando VI por los
temblores de tierra. Además, en el siglo pasado, en la provincia de
Jaén, el seísmo más importante fue el 10 de marzo de 1951, con una
duración de 17 segundos que provocó daños en la catedral jiennense y en
otros templos de la provincia. En 1964 se registró otro que se sintió en
varios municipios jiennenses.
Un enjambre sísmico
Los Ayuntamientos aceleran sus planes de emergencia y preparan
simulacros de evacuación entre los escolares. Mientras, en los
consultorios médicos se desbordan los casos de ansiedad y estrés, y los
psicólogos ofrecen pautas de comportamiento. Una comisión de expertos
impulsada por el Gobierno intenta aclarar las causas del llamado
enjambre sísmico, atípico por su frecuencia y por producirse en una zona
que no es de especial riesgo.
La alcaldesa de Torreperogil, Josefa Caballero, dice: “Estamos
ayudando a la población a convivir con los terremotos, pero es
importante que la situación no nos controle a nosotros”. Su colega de
Sabiote, Luis Miguel López, abunda al respecto: “Es comprensible la
preocupación que hay entre los vecinos, pero hay que tener tranquilidad y
dejar trabajar a los expertos”. A pesar de la grieta detectada, no hay
riesgo para visitar el castillo renacentista de Sabiote, apunta el
regidor local. Los edificios más vulnerables son los antiguos con muros
de adobe, pero hasta ahora solo han aparecido pequeñas grietas. También
el colegio se cerró unos días por precaución.
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