Más de cien primates de veinticinco especies, procedentes del tráfico ilegal, de zoológicos, circos o incautaciones, habitan en un enclave de la zona norte de Madrid, considerado el último recinto de paz para monos cuya existencia ha estado marcada por un maltrato físico y psicológico.
Este santuario de primates, el más importante de España y el
segundo de Europa, es el Centro de Conservación de Primates Rainfer y lo
dirige el biólogo, Guillermo Bustelo, acostumbrado desde hace 20 años a
lidiar con orangutanes y lemures cuyas pautas de conducta han sido
pervertidas por años de cautiverio.
"Muchos de ellos, adquiridos
de manera ilegal para ser utilizados como mascotas, llegan en un estado
lamentable con taras psicológicas, deprimidos o con movimientos
rutinarios, por lo que necesitan un periodo de rehabilitación y
adaptación antes de integrarlos en el resto de los grupos sociales", ha
explicado Bustelo.
Unos 140 primates entre chimpancés, lemures,
gibones, orangutanes y capuchinos forman el bullicioso grupo de monos
del recinto; su subvención depende de aportaciones privadas, aunque el
Ministerio de Medio Ambiente y diferentes universidades contribuyen con
pequeñas cantidades.
Bustelo, que mantiene una estrecha amistad
con la primatóloga y asidua visitante de Rainfer, Jane Goodall, ha
criticado el uso de macacos en experimentación e investigación en
laboratorios, por ser sometidos a unos "experimentos atroces", como
abrasivos en la piel, el uso de electrodos o ingesta de detergentes que
"no sirven para nada".
Al final de estos experimentos el animal
muere con una gran agonía y sufrimiento, ya que según está comprobado
que el nivel de sufrimiento está relacionado con el nivel de
inteligencia y estos monos son muy listos, ha detallado.
"Es un
tema muy grave que suele pasar desapercibido para la opinión pública por
el secretismo con el que trabajan los laboratorios".
En cuanto a
los grandes simios, Bustelo ha explicado que no son objetivo de estos
estudios ya que tienen un tamaño "muy grande y son difíciles de
manejar".
Por eso solo se le utiliza en el mundo de la publicidad o
en algunas películas en las que previamente son drogados o maltratados
para que hagan determinados gestos: un ejemplo, "la sonrisa de los
chimpancés no es sonrisa como tal sino la cara de pánico del propio
mono"·
Sin embargo, han desaparecido de los espectáculos circenses, ha apostillado el primatólogo.
Entre
los "habitantes" de Rainfer una de las grandes estrellas es Boris, un
orangután puro de Borneo, nacido en cautividad en 1981 en un zoo de
Rhenen (Holanda) y cuyos padres, Bongo y Sjaan, fueron capturados en
libertad.
Cuando era un "bebé" fue comprado por unos particulares
que le utilizaron durante años en el mundo del espectáculo para pasar
después por diferentes zoológicos, hasta que en 2008 llegó a Rainfer
tras la clausura del antiguo zoo de Valencia.
Debido a que es una
especie protegida en alto riesgo de extinción, Boris se encuentra
incluido en el EEP (Programa de Especie en Extinción).
El Centro
realiza estudios etológicos en colaboración con varias universidades y
participa en programas de cría en cautividad de especies amenazadas y en
trabajos para la divulgación, enseñanza y educación. EFEverde
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