La historia se repite tres años después.
Emed Tartessus, que pretende reabrir la instalación minera de Riotinto
(Huelva), tuvo que desaguar ayer a la cuenca del río Odiel desde las
viejas balsas de residuos. Según señaló la compañía, “la fuerte
pluviometría registrada en los últimos días ha desencadenando la puesta
en marcha del protocolo de seguridad”. Ese “protocolo” pasa por
“desalojar de manera controlada” agua desde las balsas a un canal
perimetral, que está conectado con uno de los afluentes del Odiel. El
problema es que esas balsas contienen residuos tóxicos que pueden dañar
el dominio público. Una portavoz de la empresa sostuvo ayer que fue “una
descarga mínima”, aunque no precisó la cantidad.
Emed afirmó
que la actuación fue comunicada a las Administraciones. Fuentes de la
Junta en Huelva, corroboraron esta versión. Y detallaron que técnicos
medioambientales estuvieron ayer “tomando muestras”, cuyo resultado se
analizará para averiguar si se ha producido algún daño al dominio
público.
A principios de 2010, Emed también realizó vertidos por las fuertes
lluvias. Aquella actuación derivó en una sanción administrativa, que la
Junta cerró a finales de 2012. Se impuso una sanción de 450.000 euros y
una indemnización de 1,4 millones a las tres empresas que entonces
tenían la propiedad de las balsas. Emed es ahora la propietaria de todos
los terrenos. Pero el problema sigue ahí cuando las lluvias son
fuertes. La empresa sostiene que se solucionaría si se reabriera la mina
y se reutilizara el agua acumulada. Otros creen que la solución podría
ser sellar esas balsas, que guardan los desechos de años de minería en
la zona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario