Los
principales órganos judiciales de China, el Tribunal Supremo y la
Fiscalía Popular, publicaron hoy un documento conjunto que impone penas
más duras sobre los culpables de contaminar el medio ambiente y que
simplifica la investigación y el procesamiento de estos casos.
El
nuevo documento legal, que entra en vigor hoy, enumera hasta 14
actividades que se consideran como "delitos de menoscabo de la
protección del medio ambiente y de los recursos" y que, a diferencia de
la ley anterior, se definen claramente como "cargos criminales".
Así,
el vertido o tratamiento de residuos que contengan patógenos de
enfermedades infecciosas o radiactivas en fuentes de agua potable o en
reservas naturales será un delito, con una pena máxima de prisión de 7
años y multas "severas".
Las actividades que ocasionen problemas
medioambientales que obliguen a evacuar a más de 5.000 personas o que
hayan provocado el envenenamiento a más de 30 también se definirán como
delitos, además de la contaminación cerca de hospitales, escuelas o
grandes áreas residenciales.
El documento pretende establecer
criterios más precisos para las condenas y sentencias con el objetivo de
"facilitar el trabajo de los jueces y endurecer los castigos a los que
contaminan", reza el comunicado de los organismos judiciales.
Condenas personales
De
acuerdo con la nueva normativa, una persona puede ser condenada si es
responsable de un "daño grave" a otra persona por la contaminación,
mientras que antes solamente se podía sentenciar al acusado si la
víctima fallecía.
El Ministerio de Seguridad Pública también
anunció ayer la detención de 118 sospechosos en lo que va de año por
casos de contaminación medioambiental, la mayoría de ellos relacionados
con el sector minero y petroquímico.
El presidente chino, Xi
Jinping, aseguró a finales de mayo que "el país no va a sacrificar el
medio ambiente para el crecimiento económico temporal".
En este
sentido, el Consejo de Estado anunció la semana pasada un conjunto de
medidas para combatir la contaminación del aire, entre ellas frenar el
crecimiento de industrias que requieren un alto consumo energético o
fortalecer la aplicación y cobro de impuestos y sanciones a las empresas
según sus emisiones.
Mercado de derechos de emisiones en Shenzhen
El
martes, la ciudad sureña de Shenzhen puso en marcha un mercado de
derechos de emisiones de dióxido de carbono en el que aquellas compañías
que emiten por debajo de sus cuotas pueden vender su exceso a otras que
las sobrepasan o hasta a inversores externos con fines de lucro.
Esta
es la primera iniciativa de este tipo que se celebra en el gigante
asiático, primer país emisor de dióxido de carbono del mundo, y las
autoridades pretenden ampliarlo a otras seis ciudades: Pekín, Tianjin,
Shanghái, Chonqing, Hubei y Cantón.
Estos planes suponen la
primera piedra para construir, en un futuro, un hipotético mercado de
comercio de derechos de emisiones de contaminantes que englobe todo el
país, algo que contribuiría a cumplir con los planes de reducir entre un
40 y 45 por ciento tales emisiones por unidad del PIB en 2020 en
comparación con 2005. EFEverde
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