jueves, 20 de junio de 2013

El verano astronómico marca el día más largo del año y más horas de luz

Un grupo de ciclistas este mediodía en el madrileño Parque del Retiro en el primer día del verano, que ha comenzado hoy a las 7.04. EFETímido en temperaturas, pero determinante, el verano ha llegado con la irrefutable colocación de la Tierra con respecto al Sol, que alcanza hoy el punto más norte sobre el horizonte estelar imaginario, marca el día más largo del año y una mayor exposición de luz.
Este 21 de junio de 2013, entre la salida y la puesta del Sol, transcurrirán 15 horas y 3 minutos, y el astro rey se coloca casi estático en su altura máxima del mediodía, lo que se conoce como solsticio o "sol quieto".
El verano astronómico es la estación más larga desde hace ya algunos siglos y durará este año 93 días y 15 horas en los que se prevé una intensa actividad magnética solar y fenómenos como las tradicionales lluvias meteóricas perseidas, según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional.
La directora del Planetario de Madrid, Asunción Sánchez, explicó a EFEverde que es la mayor distancia entre la Tierra y el Sol lo que marca la duración de esta estación, porque el desplazamiento terrestre a lo largo de su órbita es más lento.
Este fenómeno propio del verano, el máximo alejamiento entre la Tierra y el Sol, conocido como "afelio", no tiene que ver con las estaciones, sino con el mismo movimiento de traslación terrestre sobre su órbita elíptica, y este año se registrará el próximo 5 de julio, a algo más de 152 millones de kilómetros.
Sobre el pico de actividad solar previsto (mayor radiación y mayor emisión de energía), Sánchez precisó que no se espera hasta octubre, "aunque es muy difícil de predecir y la evolución del Sol se mide a diario".
El Observatorio, en cambio, pronostica una actividad del Sol máxima durante los meses de más calor y cita estimaciones de la NOAA y el "Space Weather Prediction Center", de Estados Unidos, que ya marcaron máximos en mayo de este año.
El "máximo solar", como se conoce el fenómeno, son los picos en la actividad de la superficie solar, que se manifiestan con manchas, fulguraciones y protuberancias, y se aprecia en la Tierra con alteraciones en la propagación de las ondas de radio y en una mayor presencia de auroras polares.
Se mide en periodos de aproximadamente 11 años y se asocia con el ciclo magnético del Sol.
No habrá eclipses de Sol ni de Luna y los cielos matutinos del verano de 2013 estarán dominados por la presencia de Marte y Júpiter, planetas que se irán acercando en el cielo hasta alcanzar el 22 de julio una distancia mínima de aproximadamente 1 grado.
El Observatorio destaca, además, el comportamiento de Venus y Saturno, que dominarán la primera parte de la noche y alcanzarán el 20 de septiembre una distancia mínima relativa de unos 4 grados.
La primera luna llena del verano podrá observarse el 23 de junio, y coincide con el mayor acercamiento del satélite a la Tierra, por lo que se percibirá como una "superluna", aparentemente más grande y brillante, que afectará directamente en las mareas.
El Planetario de Madrid ofrece desde la próxima semana una programación para "aprender a reconocer el cielo del verano", con recomendaciones para entender el comportamiento de las estrellas.
Entre las constelaciones mas visibles, Casiopea, Cefeo, el Cisne, el Dragón y las dos Osas, alrededor de la estrella Polar; Pegaso, el Águila, la Corona Boreal y la Cabellera de Berenice, de este a sur a oeste, y cerca del horizonte, las constelaciones zodiacales de la Virgen a Acuario.
Las estrellas más brillantes del estío se conocen como el "triángulo del verano": Altair (en el Águila), Deneb (en el Cisne) y Vega (en la Lira).
El espectáculo más esperado, sin embargo, es la lluvia de estrellas, el paso de meteoros por el firmamento con "cartel" propio: las delta Acuáridas, alrededor del 30 de julio, y Las Perseidas, las más "famosas" del verano, a mediados de agosto, con aforo completo en el hemisferio norte, donde son sinónimo de vacaciones y fiestas.

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