La Comisión
Europea (CE) quiere endurecer el control sobre las centrales nucleares
del continente y empujar a los países a que tomen medidas para
garantizar su seguridad, con una propuesta que establece revisiones
obligatorias cada seis años y nuevas exigencias.
El Ejecutivo europeo podrá imponer multas a los países en el
caso de que se concluya que, de manera reiterada, incumplen las
recomendaciones que los expertos europeos a cargo de las revisiones
establezcan para sus centrales nucleares, según la propuesta a la que
tuvo hoy acceso Efe.
Esto supone un salto cualitativo para
Bruselas, que avisa de que éste es "paso amplio" que trata de
"europeizar la seguridad" de los 132 reactores que actualmente operan en
la Unión Europea (UE) y los que se construyan, en palabras del
comisario europeo de Energía, Günter Oettinger.
Esto se
materializa en medidas como revisiones obligatorias de las centrales
cada seis años que serán llevadas a cabo por expertos de otros países
europeos y se centrarán en una o varias cuestiones concretas que
decidirán los Estados miembros o, si no logran un consenso, la propia
CE.
En caso de que se detecten aspectos a reforzar, la misión
elaborará unas recomendaciones, tras lo cual el país en cuestión tendrá
que elaborar un plan para repararlos y aplicarlo, señalaron fuentes
europeas.
Misión de Revisión
Sin embargo, si la Comisión Europea detecta que hay una "desviación o retraso significativo", podrá mandar una "misión de revisión" al país, ante la que éste podrá explicar por qué no ha puesto en práctica las recomendaciones y proponer alternativas.
Sin embargo, si la Comisión Europea detecta que hay una "desviación o retraso significativo", podrá mandar una "misión de revisión" al país, ante la que éste podrá explicar por qué no ha puesto en práctica las recomendaciones y proponer alternativas.
Si la misión determina que no existe voluntad por parte del
país, Bruselas podría abrir un procedimiento de infracción por incumplir
"una legislación europea que es obligatoria, como las otras", que
podría culminar en una multa.
En el caso de que haya un incidente
"independientemente de su importancia, la CE tiene derecho de
supervisión", de manera que en seis meses habrá que realizar un "control
especial" de la central.
Además, los países tendrán que efectuar
también ellos mismos revisiones cada diez años y actualizar los
estándares de seguridad para adaptarlos a los últimos avances, así como
llevar a cabo un control adicional en el caso de que deseen prorrogar la
vida de una central, una decisión que deberá ser "consultada" con los
ciudadanos afectados.
Estos también deberán ser consultados en el
caso de la apertura de plantas nucleares, un proceso en el que también
habrá de "involucrarse" la Comisión "para asegurar que se cumplen las
normativas europeas".
Decisiones técnicas y no políticas
Otro de los puntos clave de la propuesta es reforzar la independencia de los reguladores nacionales, con el objetivo de que las decisiones que tomen "se basen en razones técnicas, no políticas o económicas", según el texto de la propuesta.
Otro de los puntos clave de la propuesta es reforzar la independencia de los reguladores nacionales, con el objetivo de que las decisiones que tomen "se basen en razones técnicas, no políticas o económicas", según el texto de la propuesta.
La CE también quiere que se establezca una
serie de "directrices" de seguridad a nivel europeo y unos objetivos que
deberán cumplir los países, que persiguen en última instancia que en
caso de accidente no se libere radiactividad al medioambiente y, por
tanto, que no afecte a los ciudadanos.
La propuesta ha recibido las críticas de algunas organizaciones
ecologistas que la consideran insuficiente como Greenpeace, que
considera que no evitaría que se produjera "un nuevo Fukushima", en
referencia a la catástrofe nuclear sufrida por esa planta japonesa en
2011.
"La propuesta demuestra que la seguridad nuclear es una utopía", indicó.
"La propuesta demuestra que la seguridad nuclear es una utopía", indicó.
El Foro Atómico Europeo
(Foratom) considera, por el contrario, que la directiva es demasiado
pormenorizada y que debería "fijar objetivos generales sin describir
detalladamente su puesta en marcha".
Reacción de los Estados
Queda por ver la reacción de los Estados miembros, que tendrán que dar su visto bueno a la propuesta para su entrada en vigor, mientras que el Parlamento Europeo (PE) solo tendrá un rol consultivo en el proceso.
Queda por ver la reacción de los Estados miembros, que tendrán que dar su visto bueno a la propuesta para su entrada en vigor, mientras que el Parlamento Europeo (PE) solo tendrá un rol consultivo en el proceso.
Fuentes europeas señalaron
que, aunque el proceso de negociaciones que se inicia ahora con los
veintisiete socios comunitarios está "completamente abierto" a cualquier
resultado, para que se introduzcan cambios o se rechace es necesaria
una decisión por unanimidad.
Esto "hace bastante difícil que los
Estados miembros rechacen la propuesta", aunque sí podría crearse una
minoría de países que bloqueen su aprobación.
Por su parte,
Oettinger defendió que la propuesta presentada podía ir más allá, pero
que ha optado por un texto "realista" para que sea aceptado por los
Estados miembros, aunque advirtió de que considera que éste "no es el
último paso a dar" en materia nuclear. EFEverde
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