La cantidad de
sustancias químicas producidas por el ser humano ha crecido desde el
millón de toneladas en 1930 a más de 400 millones en 2001, con el
consiguiente deterioro medioambiental y de la salud humana
ECOticias.
La OMS estima que cerca
de un 24% de la carga global de enfermedades se debe a factores
ambientales, y que cada año se podrían evitar hasta 13 millones de
defunciones en todo el mundo si el medio ambiente fuese más saludable.
Unos 4,9 millones de muertes se deben a la exposición ambiental a
determinadas sustancias químicas.
La cantidad de sustancias químicas
producidas por el ser humano ha crecido desde el millón de toneladas en
1930 a más de 400 millones en 2001, con el consiguiente deterioro
medioambiental y de la salud humana. La contaminación química de nuestro
entorno cotidiano está relacionada con el actual aumento de alergias,
asma, enfermedades autoinmunes, párkinson, problemas reproductivos y
varios tipos de cáncer.
El medio ambiente es mucho más que la
selva amazónica o el lince ibérico. Nuestro medio ambiente más
inmediato, aquél en el que se desarrolla la vida diaria de gran parte de
la población española, tiene un alto grado de toxicidad. Vivimos en
hogares y lugares de trabajo donde reina una auténtica epidemia química
tóxica procedente de los alimentos, los productos de limpieza, los
productos de aseo, perfumes y ambientadores, cosméticos, pinturas y
barnices, etc. La cantidad de sustancias químicas producidas por el ser
humano ha crecido desde el millón de toneladas en 1930 a más de 400
millones en 2001, con el consiguiente deterioro medioambiental y de
nuestra salud. Por ello, y con motivo de la celebración del Día Mundial
del Medio Ambiente este miércoles 5 de junio, la Fundación Vivo Sano
denuncia la pasividad de la Administración y de los poderes públicos
frente a una situación que se relaciona con el incremento de
enfermedades tales como alergias, asma, enfermedades autoinmunes,
párkinson, problemas reproductivos e incluso cáncer, y reclama medidas
concretas y urgentes para abordar este problema de salud pública.
MEDIO Y SALUDMedio ambiente y salud humana son inseparables, y así lo reconoce la Organización Mundial de la Salud (OMS) cuando estima que cerca de un 24% de la carga global de enfermedad se debe a factores ambientales, y que cada año se podrían evitar hasta 13 millones de defunciones en todo el mundo si el medio ambiente fuese más saludable. También la OMS alertaba, en febrero de este mismo año, de la amenaza global que suponen más de 800 sustancias químicas de uso diario que causan o son sospechosas de producir alteraciones en la regulación hormonal, los llamados disruptores endocrinos. La Fundación Vivo Sano, que tiene en marcha la campaña de concienciación Hogar sin tóxicos, trabaja activamente para reducir este tipo de riesgos sanitarios y ha desarrollado contactos con diferentes grupos políticos que ya se han traducido en la presentación de varias iniciativas parlamentarias, entre ellas dos proposiciones no de ley, presentadas por el PSOE, encaminadas a prevenir la incidencia de las enfermedades ambientales, singularmente las debidas a los contaminantes químicos a los que estamos expuestos a diario.
GRAN IMPORTANCIAEl director de la Fundación Vivo Sano, Alfredo Suárez, explica que “las intervenciones sanitarias ambientales, en palabras de la propia OMS, tienen gran importancia, son costoeficaces y aportan beneficios que contribuyen también al bienestar de las comunidades; sin embargo, los poderes públicos están demostrando una absoluta pasividad a la hora de tomar medidas efectivas que protejan el medio ambiente y por ende nuestra salud”. Unos 4,9 millones de muertes anuales en el mundo se deben a la exposición ambiental a determinadas sustancias químicas.Para el responsable de Hogar sin tóxicos, Carlos de Prada, “se subestima la importancia de la presencia de contaminantes en el hogar. Vivimos expuestos a una enorme cantidad de tóxicos químicos que ponen en peligro nuestra salud y nuestro sistema hormonal. El más conocido de estos contaminantes es el bisfenol A, una sustancia que todos tenemos en nuestros cuerpos por liberarse desde cosas tan comunes como el interior de muchas latas de comida. Centenares de estudios científicos asocian la exposición a esta sustancia, a veces a concentraciones bajísimas, con diferentes problemas de salud, como enfermedades del aparato reproductor, enfermedades cardiovasculares, diabetes o cánceres hormonodependientes. Pero son muchas más las sustancias que pueden tener efectos negativos en nuestra salud y sobre las que tampoco se está actuando debidamente”. De Prada insiste en que “no es posible una persona sana en un entorno enfermo, pero los poderes públicos apenas están haciendo nada ante este serio problema de salud pública. Una debida atención a estos aspectos ambientales puede incidir en un muy importante y descuidado ámbito de la política sanitaria: la prevención. Y ahora que se habla tanto de recortar el gasto sanitario, ésta es la mejor forma de hacerlo. Eliminando una serie de sustancias tóxicas de nuestro entorno, reduciríamos la cantidad de enfermos, ahorrando dinero y, lo que es más importante, sufrimiento humano”. Por eso, la Fundación Vivo Sano insta al Gobierno para que actúe de forma rápida y decidida frente al incremento de la toxicidad química ambiental y pone como ejemplo la medida, tomada recientemente en Francia, de prohibir el bisfenol A en todos los materiales en contacto con alimentos. Hogar sin tóxicos impulsa la primera iniciativa que se lleva a cabo en España en este sentido.
MEDIO Y SALUDMedio ambiente y salud humana son inseparables, y así lo reconoce la Organización Mundial de la Salud (OMS) cuando estima que cerca de un 24% de la carga global de enfermedad se debe a factores ambientales, y que cada año se podrían evitar hasta 13 millones de defunciones en todo el mundo si el medio ambiente fuese más saludable. También la OMS alertaba, en febrero de este mismo año, de la amenaza global que suponen más de 800 sustancias químicas de uso diario que causan o son sospechosas de producir alteraciones en la regulación hormonal, los llamados disruptores endocrinos. La Fundación Vivo Sano, que tiene en marcha la campaña de concienciación Hogar sin tóxicos, trabaja activamente para reducir este tipo de riesgos sanitarios y ha desarrollado contactos con diferentes grupos políticos que ya se han traducido en la presentación de varias iniciativas parlamentarias, entre ellas dos proposiciones no de ley, presentadas por el PSOE, encaminadas a prevenir la incidencia de las enfermedades ambientales, singularmente las debidas a los contaminantes químicos a los que estamos expuestos a diario.
GRAN IMPORTANCIAEl director de la Fundación Vivo Sano, Alfredo Suárez, explica que “las intervenciones sanitarias ambientales, en palabras de la propia OMS, tienen gran importancia, son costoeficaces y aportan beneficios que contribuyen también al bienestar de las comunidades; sin embargo, los poderes públicos están demostrando una absoluta pasividad a la hora de tomar medidas efectivas que protejan el medio ambiente y por ende nuestra salud”. Unos 4,9 millones de muertes anuales en el mundo se deben a la exposición ambiental a determinadas sustancias químicas.Para el responsable de Hogar sin tóxicos, Carlos de Prada, “se subestima la importancia de la presencia de contaminantes en el hogar. Vivimos expuestos a una enorme cantidad de tóxicos químicos que ponen en peligro nuestra salud y nuestro sistema hormonal. El más conocido de estos contaminantes es el bisfenol A, una sustancia que todos tenemos en nuestros cuerpos por liberarse desde cosas tan comunes como el interior de muchas latas de comida. Centenares de estudios científicos asocian la exposición a esta sustancia, a veces a concentraciones bajísimas, con diferentes problemas de salud, como enfermedades del aparato reproductor, enfermedades cardiovasculares, diabetes o cánceres hormonodependientes. Pero son muchas más las sustancias que pueden tener efectos negativos en nuestra salud y sobre las que tampoco se está actuando debidamente”. De Prada insiste en que “no es posible una persona sana en un entorno enfermo, pero los poderes públicos apenas están haciendo nada ante este serio problema de salud pública. Una debida atención a estos aspectos ambientales puede incidir en un muy importante y descuidado ámbito de la política sanitaria: la prevención. Y ahora que se habla tanto de recortar el gasto sanitario, ésta es la mejor forma de hacerlo. Eliminando una serie de sustancias tóxicas de nuestro entorno, reduciríamos la cantidad de enfermos, ahorrando dinero y, lo que es más importante, sufrimiento humano”. Por eso, la Fundación Vivo Sano insta al Gobierno para que actúe de forma rápida y decidida frente al incremento de la toxicidad química ambiental y pone como ejemplo la medida, tomada recientemente en Francia, de prohibir el bisfenol A en todos los materiales en contacto con alimentos. Hogar sin tóxicos impulsa la primera iniciativa que se lleva a cabo en España en este sentido.
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