Jane Goodall ha hecho estas manifestaciones en una rueda de prensa en Bioparc Valencia,
parque de animales que hoy ha programado diversas actividades para dar a
conocer las investigaciones de la primatóloga británica.
Goodall, de 78 años, recibió en 2003 el Premio Príncipe de Asturias de investigación
por su aportación científica sobre las raíces del comportamiento y la
cultura humanas a través de sus estudios con chimpancés. Es además
Embajadora por la Paz de las Naciones Unidas.
La científica ha recorrido las instalaciones de Bioparc y se ha
quedado sorprendida al ver a los elefantes jugando en el agua, algo que
según ha dicho es "muy difícil de ver" y ha confesado estar
"impresionada" por el diseño de las instalaciones, a las que ha dado la
"máxima calificación".
Durante su visita al zoológico valenciano se ha detenido en las áreas
habilitadas para los chimpancés y los gorilas, especies a las que ha
dedicado gran parte de su vida, y ha podido saludar a un grupo de
escolares que le han dado las gracias "por cuidar a los monos".
La primatóloga ha alertado de los problemas de deforestación,
polución, contaminación, desertización y disminución de los recursos
hídricos que hay actualmente en el mundo, a los que se suman los venenos
y tóxicos que la producción industrial vierte en los ríos y arroyos.
"Vemos un cambio climático en el mundo que confunde a muchas especies
de fauna y flora y, mientras en un lado tenemos pobreza y hambre, en el
otro, un exceso de consumo", ha afirmado.
Jane Goodall ha asegurado que existen "razones para la esperanza",
entre ellas el "cerebro humano y la resistencia de la naturaleza, que
incluso ante la destrucción de su entorno vuelve a resurgir y muchas
especies al borde de la extinción pueden tener otra oportunidad".
Ha destacado que otra de estas razones es la "fuerza y el entusiasmo"
de la juventud cuando conoce los problemas que sufre el planeta y
"pueden tomar decisiones. Si los jóvenes pierden la esperanza más vale
que nos demos por vencidos".
Goodall, que trabajó en Africa con algunos de los antropólogos y
primatólogos mas prestigiosos, lideró en 1960 un proyecto para estudiar
los chimpancés de Gombe, en Tanzania.
Su descubrimiento de que estos animales eran capaces de fabricar
instrumentos y servirse de ellos para conseguir alimento revolucionó la
idea que se tenía de que solo los humanos eran capaces de
comportamientos tan evolucionados.
Hoy ha relatado que uno de sus "momentos más tiernos" de su
experiencia lo vivió cuando una chimpancé hembra desconfiada dejó a su
cría de cinco meses que se le acercara "tambaleándose" e incluso que le
tocara la nariz, y el momento "más cruel" fue cuando un grupo de
chimpancés machos golpearon a otro de un grupo rival hasta matarlo por
una cuestión de territorialidad.
Sobre la caza de elefantes en África ha señalado que son animales
"más simpáticos que los chimpancés y tal vez más que los humanos" y ha
afirmado que no puede "imaginar a nadie que pueda matar a estos seres
fantásticos".
También ha señalado que a pesar de los conflictos bélicos y de los
"distintos niveles de corrupción" que hay en África, "nunca hemos cedido
ni pagado sobornos" y han seguido adelante con los proyectos del
Instituto Jane Goodall (IJG).
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