La
contaminación visual tiene un componente netamente psicológico. Tiene que ver
con el alejamiento de la naturaleza de la vida de las personas y una creciente
totalización de productos artificiales. Este fenómeno afecta a las personas de
manera tal que puede llegar a ser perjudicial para la salud. Por ejemplo, se
han detectado casos de depresión y trastornos mentales, los cuales han derivado
en graves complicaciones.
Se trata
del exceso de elementos tales como cables, carteleras publicitarias, industrias
y demás producciones del hombre. Además, incluye la falta de espacios verdes y
lugares en donde la naturaleza se pueda expresar. El abuso de objetos
invasivos, que alteran la estética de los lugares, es con frecuencia más
evidente en las grandes ciudades del mundo. Es allí donde este fenómeno se
presenta en su mayor extensión. La aparición de la contaminación ambiental
responde a una sociedad sin conciencia ecológica y sin respeto por el medio
ambiente, una sociedad que solo privilegia lo artificial y no se preocupa sobre
los efectos que todo esto puede traer en las personas.
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