Solo unos
pocos países --entre ellos, Francia, Guatemala y Reino Unido-- han
aprobado nuevos planes nacionales para hacer frente a problemas como la
contaminación
ECOticias.
La mayoría de los países del mundo carecen de planes nacionales
adecuados para frenar la extinción de animales y plantas, según han
afirmado varios expertos de la ONU, que han pedido que se pongan en
marcha programas que permitan cumplir unos objetivos fijados para 2020.
Solo unos pocos países --entre ellos, Francia, Guatemala y Reino
Unido-- han aprobado nuevos planes nacionales para hacer frente a
problemas como la contaminación o el cambio climático en línea con el
acuerdo internacional que se alcanzó en Nagoya (Japón) en 2010 durante
la Convención sobre Diversidad Biológica, que estableció 20 objetivos
que se debían alcanzar durante la década siguiente.
David Cooper, jefe del departamento científico, técnico y
tecnológico de la Secretaría de la Convención sobre Diversidad Biológica
de la ONU en Montreal (Canadá), ha declarado a la agencia Reuters que
"aún queda mucho por hacer".
Representantes de unos 200 países se reunirán en Hyderabad (India)
entre el 8 y el 19 de octubre para analizar los avances que se han
hecho en la protección de la biodiversidad. Según la ONU, estamos
experimentando el mayor ritmo de extinción de especies animales y
vegetales desde que desaparecieron los dinosaurios, hace 65 millones de
años.
AVANCES INSUFICIENTES
Algunos de los 20 objetivos que se fijaron en 2010 son reducir
gradualmente las subvenciones perjudiciales y ampliar las áreas
protegidas para, por ejemplo, salvar arrecifes de coral donde viven
numerosas especies de peces o ralentizar la deforestación.
"¿Se han hecho avances significativos lo suficientemente rápido
como para alcanzar los objetivos en 2020? Probablemente, no en todos los
casos", ha admitido Cooper. La biodiversidad se verá amenazada si se
cumple la previsión de que la población mundial aumentará de 7.000 a
9.000 millones de personas de aquí a 2050.
Hay muchos países, como Australia, Brasil o China, que están
haciendo progresos. China, por ejemplo, ha avanzado mucho en las labores
de reforestación, según Cooper. Estados Unidos no forma parte de la
Convención sobre Diversidad Biológica.
Los países también han actuado con lentitud a la hora de ratificar
un protocolo que establece una serie de normas sobre el acceso a
recursos genéticos y sobre cómo pueden las empresas, los pueblos
indígenas y los gobiernos compartir beneficios.
RATIFICACIÓN
Hasta ahora, 92 países han firmado el Protocolo de Nagoya pero
solo seis lo han ratificado, pese a que se necesita la ratificación de
50 países para que tenga fuerza legal. El objetivo es que esté en
funcionamiento antes de 2015.
Valérie Normand, que ocupa un alto cargo en la Convención sobre
Diversidad Biológica, ha reconocido que la Secretaría ha sido "un poco
demasiado optimista" porque realmente esperaba que entrase en vigor este
mismo año.
AHORRO
Cooper ha destacado que muchas de las metas fijadas para 2020
permitirían ahorrar miles de millones de dólares al año, al garantizar
que la agricultura, la tala de árboles y la pesca se podrán realizar de
forma sostenible.
En la conferencia de Nagoya, los expertos estimaron que el dinero
que hay que aportar anualmente para preservar la biodiversidad es de
unos 3.000 millones de dólares (más de 2.300 millones de euros), pero
algunos países en vías de desarrollo pidieron que se elevase a unos
300.000 millones de dólares (más de 233.000 millones de euros).
"Son cifras grandes, pero son insignificantes si se comparan con
los beneficios que obtenemos de la biodiversidad. Si no actuamos, los
costes serán mucho mayores", ha advertido.
Según la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO)
de la ONU, el 32 por ciento de las especies de ganado están en riesgo de
extinguirse en los próximos 20 años. Además, desde 1900 se ha perdido
el 75 por ciento de la diversidad genética de los cultivos agrícolas.
Cooper ha señalado que el ritmo al que se van extinguiendo
especies en nuestro planeta --donde actualmente hay unos nueve
millones-- es, posiblemente, cien veces mayor que la tasa de extinción
de fondo (la que se produce de forma normal en el curso de la evolución)
que revelan los fósiles.
En 2010 se marcó el objetivo de ampliar las áreas protegidas para
la vida salvaje para que en 2020 representen un 17 por ciento del
territorio del mundo y también el de ampliar las áreas protegidas en el
mar al 10 por ciento de las aguas de jurisdicción nacional. Ese año, los
porcentajes eran el 12,7 y el 4, respectivamente.
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