El Centro Meteorológico chino elevó este sábado la alerta de amarillo
a naranja en la costa oriental del país, como en Jiangsu, Zhejiang,
Anhui o la metrópolis de Shanghái; y en el centro, como en Henan.
A pesar de la alerta, el centro anunció que la situación mejorará a
partir de este fin de semana, gracias a la llegada de un frente frío hoy
que vendrá acompañado de fuertes vientos, lo que ayudará a limpiar el
aire, si bien conllevará una bajada de temperaturas.
Las regiones de Jiangsu, Zhejiang y Henan llevan seis días sufriendo
altos niveles de polución del aire, mientras que Shanghái, la capital
económica china, alcanzó el viernes niveles de extrema gravedad y obligó
a retirar vehículos oficiales de las calles, detener las obras de
construcción y mantener a los niños en el interior de los edificios.
La concentración de partículas PM 2,5, aquellas inferiores a las 2,5
micras y las más peligrosas para la salud por su capacidad de
infiltrarse en los pulmones, superó los 600 microgramos por metro
cuadrado, el nivel más alto desde que la ciudad comenzó estas mediciones
el pasado diciembre.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una concentración no superior a los 25 microgramos por metro cuadrado.
Las autoridades de la ciudad, la más poblada de China, recomendaron a
los niños, los ancianos y quienes padezcan problemas respiratorios o
cardiacos que se mantengan en el interior de los edificios, mientras el
distrito financiero de la metrópolis se pudo ver envuelto en una neblina
amarillenta.
Asimismo, quedaron suspendidas las actividades deportivas en el
exterior, y se retiraron de la circulación el 30 por ciento de los
vehículos oficiales, mientras que las obras de construcción, una
constante en la pujante capital financiera china, quedaron suspendidas.
Como consecuencia de la contaminación, las autoridades chinas
declararon ya el jueves una alerta amarilla, el segundo indicador más
grave en una escala de cuatro niveles cromáticos, para Shanghái y varias
provincias del este.
En ciudades como Nankín, la capital de Jiangsu, unos 300 kilómetros
al norte, las guarderías y escuelas primarias y secundarias suspendieron
el jueves sus clases por la contaminación, después que sus autoridades
locales emitiesen una alerta roja medioambiental.
La habitual contaminación que provocan las superpobladas grandes
urbes del desarrollado este de China se ve agravada estos días por un
clima estático, sin fuertes vientos ni lluvias, y la escasa actividad
del aire frío que envuelve la región durante esta época del año, lo que
ha favorecido la condensación de los contaminantes.
La contaminación es una de las mayores preocupaciones de la población
china. En la capital, Pekín, los índices de contaminación del aire
llegan habitualmente a niveles peligrosos para la salud, como hoy, por
ejemplo, que alcanzan los 400 microgramos, según ela cálculo diario que
realiza la embajada de Estados Unidos y que se suele considerar más
fiable que las mediciones oficiales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario