Durante las
últimas décadas, los esfuerzos realizados en agricultura para
incrementar la producción de alimentos con el fin de paliar las
necesidades de la sociedad,
ECOticias.
Un tercio de la superficie de suelo situado en zonas semiáridas
tiende hacia la desertificación, especialmente en la vertiente
mediterránea. Los esfuerzos en agricultura para incrementar la
producción de alimentos han supuesto una excesiva presión sobre el
suelo, provocando su degradación y pérdida de calidad y fertilidad. Se
revela básico preservar la biodiversidad de los suelos. Los científicos
señalan que es necesario eliminar racionalmente los residuos orgánicos
que generamos mediante el reciclado de los mismos, fijando carbono a
dichos suelos.
Investigadores del CEBAS-CSIC, dirigidos por el científico Carlos
García Izquierdo, han desarrollado diversos estudios donde se pone de
manifiesto que la calidad y fertilidad de suelos degradados del sureste
español, pueden ser recuperados si se les incorpora soluciones orgánicas
basadas en residuos orgánicos de diverso origen (animal, agrícola o
urbano). Como estrategia para evitar la desertificación, el equipo del
Dr. García Izquierdo propone aumentar los niveles de materia orgánica de
los suelos mediante la incorporación a los mismos de residuos orgánicos
previamente tratados, con objeto de incorporar materia orgánica
estabilizada y así fijar carbono en dichos suelos, consiguiendo hacer de
ellos verdaderos sumideros de carbono y mitigando así las pérdidas de
CO2 a la atmósfera y el temido efecto invernadero.
Durante las últimas décadas, los esfuerzos realizados en agricultura
para incrementar la producción de alimentos con el fin de paliar las
necesidades de la sociedad, han supuesto una desproporcionada presión
sobre los recursos naturales, fundamentalmente sobre el agua y el suelo.
Por ello, el suelo de diversas zonas españolas está sufriendo un
importante proceso de degradación que influye en una pérdida de calidad y
productividad, lo que está llevando a que un tercio de la superficie
tienda a la desertificación.
Los científicos del CSIC han anunciado que si no se corrigen estos
comportamientos, el futuro podría ser desolador ya que los suelos
perderán su fertilidad y calidad, y en un futuro no muy lejano no podrán
realizar funciones vitales como permitir el crecimiento de las plantas,
regular el flujo de agua en el medio ambiente y tener cierta capacidad
para atenuar los efectos nocivos de los contaminantes que llegan a dicho
suelo, mediante procesos físicos, químicos y biológicos.
Con la medida propuesta, se consigue eliminar residuos orgánicos de
manera racional y ambientalmente consecuente (conversión de un residuo
en un recurso), reciclándolos en los suelos como estrategia contra su
desertificación. Dentro de este campo de investigación, la labor de las
poblaciones microbianas del suelo es clave, y de ahí que el conocimiento
y manejo de su biodiversidad se ha revelado fundamental.
Los estudios realizados por el grupo del CEBAS en el contexto del
Proyecto Consolider Ingenio y aplicando tecnología punta de
secuenciación masiva ha revelado que en los suelos enmendados se
establecen nuevos microorganismos que favorecen la fertilidad de dichos
suelos por medio de la estimulación de los ciclos biogénicos. Esta
investigación se ha corroborado a nivel de metaproteómica (un área nueva
que persigue establecer las proteínas de un hábitat en su conjunto). La
investigación llevada cabo en el proyecto CONSOLIDER se encuadra dentro
de la continuación de proyectos SENECA de la Comunidad Autónoma de
Murcia, junto a diversos proyectos europeos.
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