Los tradicionales autobuses rojos de Londres de dos pisos, sin puerta y de los que se podía subir y bajar en movimiento, vuelven hoy a las calles de la capital británica en una versión más aerodinámica y ecológica.
Coincidiendo con el año en que se celebran los Juegos Olímpicos
y el jubileo de diamantes de la reina Isabel II, Londres recupera uno
de sus símbolos que, junto con los espaciosos taxis negros, las cabinas
telefónicas, el Big Ben o los "bobbies", son los principales objetivos
de las cámaras de los turistas.
Desde que fueron retirados de la circulación en diciembre de 2005 por
problemas de seguridad y accesibilidad, los clásicos "Routemasters", que
desde 1954 permitían subir y bajar a los viajeros del autobús en
cualquier momento por su puerta trasera, solo se dejaban ver como
reclamo turístico en el centro de Londres.
La ruta 38
Ocho
nuevos autobuses circulan desde hoy por la ruta 38 que une el barrio de
Hackney (este de Londres) con la estación de tren de Victoria,
acompañados de sus correspondientes revisores, puerta trasera abierta y
dos escaleras para acceder a la parte superior.
En los próximos
años irán reemplazando a los vehículos de dos plantas pero cerrados que
en 2005 sustituyeron a los clásicos "Routemasters".
Unen tradición y eficiencia energética
Promesa
electoral del alcalde conservador de Londres, Boris Johnson, durante la
campaña de 2008, el retorno de los clásicos autobuses sintetiza la
simbiosis entre modernidad y nostalgia tan característica de la capital
británica.
El nuevo diseño, creado en exclusividad para Londres
por la empresa norirlandesa Wrightbus, mezcla los elementos
tradicionales de sus antecesores -el color rojo, las dos plantas y la
puerta trasera abierta- con tecnología punta para asegurar bajos niveles
de contaminación y un bajo consumo energético.
"Su principal ventaja es su eficiencia energética y sus bajos
niveles de emisiones, los mejores en los vehículos de su clase. Además, a
la gente le gusta. Hasta los niños, que odian los autobuses, se quedan
mirándolo y dicen: '¡Este bus mola!'", aseguró a Efe David
Hampson-Ghani, director de proyectos de la empresa Transporte de
Londres.
Tecnología verde
Rojo por fuera,
la tecnología verde es la que domina en su maquinaria: lleva motor
híbrido, un sistema de frenado que recicla el 90% de la energía empleada
y algunos materiales ligeros utilizados en los monoplazas de Fórmula
Uno.
Además de la puerta trasera, los nuevos modelos disponen de
otras dos entradas en la parte delantera y central del vehículo y de dos
escaleras en cada extremo para agilizar las entradas y salidas del
autobús y reducir el tiempo de las paradas.
Impacientes como pocos
con el transporte público, los londinenses podrán recuperar la
costumbre de subir y bajar del vehículo público sin esperar a la parada
pese al riesgo para su seguridad.
Los posibles atropellos se han
intentado solucionar con una gran pantalla de cristal en la parte de
atrás del autobús que permite ver el tráfico. A partir de aquí, "cada
uno ha de ser responsable de su vida", dice Hampson-Ghani.
Nuevo empleo: revisor de billetes
Este
sistema, además, volverá a crear los empleos de revisor de billetes,
perdidos cuando se retiraron los antiguos "Routemasters". Un pequeño
soplo de aire fresco para el maltrecho mercado laboral británico, con el
nivel más alto de parados en quince años.
Cuando faltan poco más
de dos meses para los comicios a la alcaldía de Londres, Johnson cumple
una de sus principales promesas electorales, por la que se enfrentó
duramente con su predecesor y rival durante la campaña, Ken Livingstone.
Aunque
Hampson-Ghani lo ve como una "pura coincidencia", este atractivo
turístico de Londres se recupera cuando faltan solo unos meses para que
la capital británica acapare la atención mundial con el jubileo de la
Reina y los Juegos Olímpicos. EFEverde
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