Según un grupo de investigadores liderados por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) español, que publicaron un artículo la última edición de la revista Nature Climate Change,
el Ártico muestra los primeros signos de un cambio climático peligroso.
Esto a dos décadas después de que Naciones Unidas estableciera la
Convención Marco sobre Cambio Climático para “prevenir la peligrosa
interferencia de la mano del hombre en el sistema climático de la
Tierra”.
La velocidad del
calentamiento supera ya a la de adaptación natural de los ecosistemas
árticos. Además, las comunidades esquimales están viendo peligrar su
seguridad, su salud y sus actividades culturales tradicionales. Según
los investigadores, el Ártico sufre ya algunos de los efectos que, de
acuerdo con el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), se corresponden con un “cambio climático peligroso”.
Los
expertos reclaman un esfuerzo para desarrollar indicadores que alerten
con tiempo de estos cambios, mitigar sus causas y reconstruir la
capacidad de adaptación y recuperación de ecosistemas y comunidades.
CAMBIO CLIMÁTICO PELIGROSO
“Nos
enfrentamos a la primera evidencia clara de un cambio climático
peligroso y, sin embargo, parte de los científicos y los medios de
comunicación están sumidos en un debate semántico sobre si el hielo
oceánico del Ártico ha alcanzado o no un umbral de inflexión.
Todo
ello está distrayendo la atención de la necesidad de desarrollar
indicadores que alerten de la proximidad de futuros cambios abruptos y
de la formulación de políticas para evitarlos, verdadero objetivo de
desarrollar indicadores que alerten de futuros cambios abruptos”- señala
el investigador del CSIC, Carlos Duarte, autor del artículo.
Los
umbrales de inflexión (tipping points) se definen como puntos críticos
dentro de un sistema cuyo estado futuro puede verse alterado
cualitativamente por pequeñas perturbaciones. Por otro lado, se
denominan elementos de inflexión (tipping elements) a aquellos
componentes del sistema Tierra que pueden mostrar puntos de inflexión.
Según
los científicos, el Ártico presenta la mayor concentración de elementos
de inflexión potenciales del planeta, entre ellos el hielo oceánico, la
placa de hielo de Groenlandia, las regiones de formación de aguas
profundas del Atlántico Norte, los bosques boreales, las comunidades de
plancton, el permafrost y los hidratos de metano marinos.
“El
Ártico es, por todo ello, una región particularmente propensa a mostrar
cambios abruptos y trasladarlos al sistema Tierra global. Es necesario
buscar señales de alerta temprana que nos avisen de la proximidad de
umbrales de inflexión para el desarrollo y el despliegue de estrategias
adaptativas. Todo ello contribuiría a adoptar políticas más
preventivas”- asegura Duarte.
EFECTOS EN EL CLIMA GLOBAL
En
otro trabajo publicado en el último número de la revista Cambio, Duarte
y otros investigadores del CSIC detallan los elementos de inflexión
presentes en el Ártico y aportan evidencias de que muchos de ellos han
entrado ya en una dinámica de cambio que puede llegar a ser abrupto en
la mayoría de los casos.
Según el
estudio, es posible observar numerosos elementos de inflexión que
impactarían en el sistema climático global de ser perturbados.
“En
este trabajo aportamos evidencias de que muchos de estos elementos de
inflexión están ya en marcha e identificamos cuáles son los umbrales de
cambio climático que podrían acelerar el cambio climático global. La
propia reacción humana al cambio climático en el Ártico, dominada por un
aumento de actividades como el transporte, la navegación y la
explotación de recursos podría contribuir a acelerar los cambios que ya
están sucediendo”- explica el científico del CSIC.
Los
científicos creen que cerca del 40% de las emisiones de metano de
origen antropogénico podrían ser mitigadas a un coste cero o con un
beneficio económico neto. “A largo plazo, restringir las emisiones
acumulativas de dióxido de carbono es esencial para ralentizar elementos
de inflexión como la placa de hielo de Groenlandia”- sentencian. Ambos
artículos se han elaborado en el marco del proyecto con financiación
Europea Arctic Tipping Points.
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