La polémica decisión de penalizar en la Unión Europea el petróleo extraído de las arenas conocidas como bituminosas por ser altamente contaminante ha sido pospuesta y no se prevé que vuelva a discutirse hasta junio.
Las negociaciones a nivel técnico en Bruselas no han logrado un
consenso suficiente para dar luz verde a la propuesta de la Comisión
Europea (CE), que plantea revisar la directiva de calidad de los
combustibles, para establecer un valor medioambiental en función de lo
que contamina cada uno.
La CE pretende que los combustibles
provenientes de estas arenas sean calificados como más contaminantes con
respecto a otro tipo de combustibles fósiles, debido a que su
extracción causa un gran impacto medioambiental, al ser necesario
excavar grandes extensiones de tierra para conseguir suficiente
petróleo.
El sistema de calificación, ya aplicado en el caso de
los biocombustibles, establece un valor para cada combustible en función
de los gases de efecto invernadero que produce su uso, de modo que el
petróleo procedente de arenas bituminosas se "encarece" frente al crudo
convencional.
La iniciativa ha provocado la alarma en Canadá, país
que ha hecho una apuesta en firme por las arenas bituminosas ya que
dispone de importantes cantidades de este recurso, lo que le ha llevado a
ejercer una gran presión sobre Bruselas para evitar salir perjudicado
por la revisión legislativa.
La cuestión es tan delicada que se
yergue como uno de los mayores obstáculos que impiden a la Unión Europea
y Canadá finalizar las negociaciones iniciadas en 2009 para firmar un
acuerdo bilateral de libre comercio, que en principio se esperaba para
finales del año pasado.
Aunque el portavoz comunitario de Cambio
Climático, Isaac Valero, evitó en una rueda de prensa calificar los
"continuos contactos" entre Bruselas y Toronto sobre las arenas
bituminosas como presiones, la comisaria europea de Acción por el Clima,
Connie Hedegaard sí reconoció el cabildeo canadiense ante la Unión
Europea.
"Con todo el 'lobby' que se ha hecho en contra de la
propuesta de la CE, temía que los expertos de los Estados miembros
rechazaran la iniciativa en la reunión de hoy, me alegro de que no haya
sido el caso", señaló Hedegaard en una nota de prensa.
La
comisaria defendió que la propuesta europea está basada en parámetros
científicos y no es discriminatoria, mientras que Valero recalcó que
ésta no supondrá ninguna prohibición sobre la importación de estos
productos.
La decisión final está prevista para el próximo junio,
tras las discusiones políticas que se llevarán a cabo en el seno del
Consejo de la Unión Europea.
"Espero que los gobiernos se den
cuenta de que los combustibles no convencionales (como las arenas
bituminosas) tienen que responder por las emisiones considerablemente
más altas que producen", defendió Hedegaard.
Según Greenpeace, las emisiones de este combustible son hasta un 23% superiores.
Esta
asociación ecologista y Amigos de la Tierra han coincido en expresar su
preocupación por el "punto muerto" al que han llegado las negociaciones
sobre las arenas bituminosas y apuntan a la presión de Canadá y la
industria petrolera como las responsables.
La extracción del crudo
implica el dragado de gigantescas extensiones de terreno (se necesitan
dos toneladas de tierra por cada barril de petróleo producido) y el uso
de enormes cantidades de agua y energía para separar la arena del
petróleo.
Se calcula que las arenas bituminosas de la provincia de
Alberta (Canadá) contienen entre 1,7 y 2,5 billones de barriles de
petróleo, aunque sólo una fracción es recuperable con la actual
tecnología, lo que las convierte en una de las mayores reservas de crudo
del mundo. EFE
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