El auto está
impulsado por un motor de corriente continua de 500W, que se alimenta de
la energía generada en las celdas fotovoltaicas y de la energía
almacenada en el banco de baterías que posee el vehículo.
ECOticias.
Un vehículo impulsado por energía solar y humana, desarrollado
en la Facultad Regional Santa Fe de la Universidad Tecnológica Nacional,
obtuvo el segundo puesto en la primera competencia latinoamericana de
vehículos impulsados por energía solar -Atacama Solar Challenge-
disputada en el desierto de Atacama, al norte de Chile. Con un diseño
exterior en forma de torpedo y tres fuentes de energías limpias, el
vehículo completó los 1.060 kilómetros de carrera con excelentes
resultados.
El auto está impulsado por un motor de corriente continua de 500W,
que se alimenta de la energía generada en las celdas fotovoltaicas y de
la energía almacenada en el banco de baterías que posee el vehículo.
Además, cuenta con el aporte de la energía humana producida mediante un
sistema mecánico de pedaleo. Estas tres fuentes pueden ser aplicadas en
simultáneo o en forma individual.
Además, posee un sistema de monitoreo que le permite al conductor
visualizar en todo momento la cantidad consumida de cada uno de los
tipos de energía, como así también la energía remanente en el banco de 4
baterías.
El diseño exterior tiene forma de torpedo y es el resultado de un
estudio aerodinámico realizado mediante software de simulación numérica
de dinámica de fluidos vehicular, donde se buscó reducir al mínimo los
gastos de energía causados por el roce dinámico.
La construcción de esta carrocería fue realizada con tela entrelazada
de fibra de vidrio y el aporte de resinas. En cuanto al chasis, que
sustenta todos los esfuerzos del vehículo, fue construido en aleación de
aluminio y su diseño y tamaño también se obtuvieron mediante software
de diseño y simulación numérica.
Los paneles solares fueron fabricados con una base especial de fibras
y resinas aptas para soportar las altas temperaturas del desierto.
Estas celdas están conectadas para poder alimentar al motor y al banco
de baterías, de manera que toda la energía no consumida para fraccionar
el vehículo se almacena en las baterías para ser utilizada en los
momentos de baja radiación.
El vehículo fue desarrollado por el Grupo Tecnológico Automotor (GTA)
del departamento de Ingeniería Mecánica de la UTN Santa Fe y colaboró
en su construcción el laboratorio de Electrónica de la Facultad Regional
Paraná de la UTN.
La Ruta Solar-Chile 2011
El auto compitió en la categoría “La Ruta Solar 2011” -en la que, por
reglamento, el presupuesto empleado en el vehículo no debía superar los
U$S 7.000-. Se trata de la primera competición latinoamericana de
vehículos impulsados por energía solar y humana, y se realizó en el
norte de Chile por el alto nivel de radiación que existe en la zona.
La carrera se llevó a cabo entre el 30 de septiembre y el 2 de
octubre a través de las ciudades de Iquique, Calama y Antofagasta. Tuvo
una extensión aproximada de 1.060 kilómetros, entre tramos cronometrados
y tramos de enlace, con condiciones ideales por el nivel de radiación
solar.
Algunas de estas ciudades fueron paso de los autos y camiones del
Rally Dakar. La competencia busca fomentar el desarrollo de vehículos de
bajo costo en universidades latinoamericanas. El ingeniero Andrés
Giuliani, jefe del GTA, explicó a InfoUniversidades: “Después de
terminar la primera jornada, que tenía los picos más altos para subir, y
al ver que sólo tres autos habían finalizado esa etapa, nos
ilusionamos. Mantuvimos en toda la competencia el segundo puesto, con un
promedio de 24 kilómetros por hora en las partes más empinadas y de 39
km por hora en la última etapa”.
Los nueve integrantes del equipo, compuesto por estudiantes e
ingenieros de la UTN Santa Fe y Paraná, se manifestaron conformes con el
resultado y con haber completado los 1.060 kilómetros de carrera. En la
categoría “Ruta Solar” había 15 autos anotados, pero sólo nueve pasaron
las pruebas técnicas y de clasificación.
La intención del GTA, afirmó Giuliani, es perfeccionar las
tecnologías que utilizan energías alternativas, aquellas que a futuro se
proyectan como “indispensables para reemplazar los combustibles
fósiles, principales causantes de los efectos secundarios sobre el medio
ambiente, como el calentamiento global”.
El desarrollo del proyecto involucró a estudiantes de una manera
activa en cada una de las áreas, tanto en el cálculo y el diseño como en
la construcción. Todas estas actividades fueron supervisadas por
docentes responsables del grupo. Para la realización del prototipo y su
participación en el Atacama Solar Challenge colaboraron empresas
nacionales, locales y organismos gubernamentales.
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