Arturo Beltrán Retis, director de Restauración y Fomento Forestal de la
Protectora de Bosques del Estado de México (Probosque), reconoció que
existe la idea equivocada de que comprar un árbol de Navidad natural es
un atentado contra la vida y el medio ambiente.
Sin embargo, explicó que adquirirlo es una contribución ecológica, pues gracias a las plantaciones comerciales, dedicadas a la producción de árboles de Navidad se reintegran ecosistemas forestales, se conservan especies de plantas, hongos, mamíferos y aves diversas.
Un ejemplo es el caso de Amecameca, donde debido a la importante presencia de plantaciones comerciales el águila ha vuelto a habitar los bosques de la zona.
Informó que en el Estado de México hay 4 mil 116 hectáreas dedicadas a la producción de pinos, lo que genera servicios ambientales invaluables como la captación de agua.
Estas hectáreas comprenden 453 plantaciones autorizadas que favorecen la infiltración de mil 726.3 millones de litros de agua al año, lo que equivale a la dotación diaria de agua para más de 6 millones de mexiquenses.
Destacó que los bosques son considerados como un elemento de seguridad nacional, por su importante relación con el agua, pues sin ellos no habría posibilidades de retención del líquido vital, ni se formaría la humedad requerida para favorecer las lluvias.
Comentó que entre otros de los beneficios que las plantaciones de árboles de Navidad ofrecen es la retención del suelo, pues las raíces de los que se establecen para la temporada navideña, conservan 35 mil 167 toneladas de éste, lo que evita la erosión y reduce las posibilidades de inundaciones y deslaves.
Además, mediante el proceso de fotosíntesis, generan el oxígeno para que 167 mil personas respiren aire limpio en un día. Por este mismo proceso se captura el carbono suficiente para mitigar la contaminación que producen alrededor de 120 mil vehículos sin verificar, durante un año.
Sin embargo, explicó que adquirirlo es una contribución ecológica, pues gracias a las plantaciones comerciales, dedicadas a la producción de árboles de Navidad se reintegran ecosistemas forestales, se conservan especies de plantas, hongos, mamíferos y aves diversas.
Un ejemplo es el caso de Amecameca, donde debido a la importante presencia de plantaciones comerciales el águila ha vuelto a habitar los bosques de la zona.
Informó que en el Estado de México hay 4 mil 116 hectáreas dedicadas a la producción de pinos, lo que genera servicios ambientales invaluables como la captación de agua.
Estas hectáreas comprenden 453 plantaciones autorizadas que favorecen la infiltración de mil 726.3 millones de litros de agua al año, lo que equivale a la dotación diaria de agua para más de 6 millones de mexiquenses.
Destacó que los bosques son considerados como un elemento de seguridad nacional, por su importante relación con el agua, pues sin ellos no habría posibilidades de retención del líquido vital, ni se formaría la humedad requerida para favorecer las lluvias.
Comentó que entre otros de los beneficios que las plantaciones de árboles de Navidad ofrecen es la retención del suelo, pues las raíces de los que se establecen para la temporada navideña, conservan 35 mil 167 toneladas de éste, lo que evita la erosión y reduce las posibilidades de inundaciones y deslaves.
Además, mediante el proceso de fotosíntesis, generan el oxígeno para que 167 mil personas respiren aire limpio en un día. Por este mismo proceso se captura el carbono suficiente para mitigar la contaminación que producen alrededor de 120 mil vehículos sin verificar, durante un año.
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