Canadá se prepara para recibir un ‘regalo’ tardío de Navidad, pero poco
deseado: una gran montaña de escombros y basura proveniente de Japón
está a punto de alcanzar la costa occidental del país norteamericano.
La provincia canadiense que se encuentra más en alerta es la Columbia
Británica, cuyos habitantes ya fueron avisados por las autoridades
locales de la aproximación inminente de varias toneladas de basura,
arrastradas por el Océano Pacífico, tras el devastador desastre vivido en Japón en marzo de 2011.
Hasta el momento los objetos aparecidos en Canadá eran ligeros. Los
materiales que no han parado de llegar a distintos puntos de la costa,
tanto canadiense como estadounidense, van desde botellas hasta listones
de madera. Sin embargo, esta vez las autoridades temen no tener la
maquinaria suficiente para enfrentarse a una oleada de basura de estas
dimensiones.
Las
consecuencias de la catástrofe en Japón, que acabó con las vida de más
de 14.000 personas, mientras que más de 23.100 se encuentran
desaparecidas, aún continúan. Según las evaluaciones de los
expertos, la montaña de escombros que flota en el Océano Pacífico tiene
una dimensión similar a la superficie del estado de California.
Además, a principios de este mes en la planta nuclear japonesa de Fukushima-1 se registró un importante escape de agua radiactiva. El líquido, que se filtró a través de los muros de la sala de purificación, también podría llegar al Océano Pacífico.
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