Trabaja en la
búsqueda de las condiciones óptimas para llevar a cabo la
biotransformación, así como en la obtención de una cepa super-productora
de etanol e hidrógeno.
ECOticias.
Investigadores del grupo TEP 105: Reactores Biológicos y Enzimáticos
de la Universidad de Cádiz, dirigidos por el catedrático Domingo
Cantero Moreno, trabajan en un Proyecto de Excelencia concedido por la
Junta de Andalucía, que bajo el nombre “Aprovechamiento de la glicerina
por vía fermentativa: alternativa de viabilidad para la industria del
biodiesel” tiene como objetivo revalorizar la glicerina tratando de
desarrollar vía microbiana un proceso para la producción de etanol e
hidrógeno, a partir de este subproducto generado en el proceso de
producción del biodiesel.
Para entender mejor este estudio es importante señalar que dentro
del proceso de producción de biodiesel se origina un subproducto: la
glicerina. De hecho, por cada diez kilos de biodiesel, uno es de
glicerina, una sustancia que se ha convertido para muchas industrias en
un problema ya que aunque sirve para la elaboración de lubricantes o
cosméticos, la enorme cantidad que se genera ha inundado el mercado de
tal forma que en muchas ocasiones supone un elevado coste retirarla.
Por ello, “desde nuestro grupo de investigación, vemos la glicerina
como una fuente de carbono para los microorganismos, y por ello estamos
trabajando para revalorizarla”, como explica el profesor Domingo
Cantero.
Así, estos científicos de la Universidad de Cádiz han decidido usar
la glicerina como fuente de carbono para que un microorganismo,
concretamente la E. coli, produzca etanol e hidrógeno y que
pueda ser utilizado como fuente de energía renovable. Esta idea tiene
su origen en los trabajos previos del grupo de investigación con este
mismo microorganismo en el desarrollo de rutas metabólicas microbianas
como alternativa a la síntesis química de determinados compuestos de
alto valor añadido, concretamente los ácidos benzohidroxámicos.
“En este proyecto tenemos dos líneas de trabajo puestas en marcha:
una basada en biología molecular (en colaboración con el grupo CTS-596:
Estudio de Autoantígenos Humanos, que dirige el profesor
Jorge Bolívar), y otra centrada en temas más ingenieriles para la
optimización de los biorreactores y sus condiciones de operación”, como
comenta uno de los investigadores implicados en este proyecto, José
Manuel Gómez Montes de Oca. La primera de estas líneas de trabajo es
objeto de estudio en una tesis doctoral centrada en la sobre-expresión
del microorganismo utilizado (E.coli) para hallar una cepa
super-productora de etanol e hidrógeno. De esta forma, “lo que hacemos
es identificar los genes que están implicados en la ruta metabólica de
nuestro microorganismo. Esos genes se expresan a través de las enzimas,
por lo que trabajamos sobre ellas produciendo una sobre-expresión que
origina a su vez una sobreproducción de las mismas que va a favorecer a
que esa ruta metabólica aumente el flujo. De hecho, tenemos plenamente
identificados qué genes hay que introducir para ello en la enzima”,
como detallan desde la UCA. Con todo ello, “lo que haremos será obtener
un microorganismo o la manera en la que podemos sobre-expresar lo que a
nosotros nos interesa e incluso inhibir lo que no. Si nosotros
conseguimos una cepa que produzca más etanol, éste podrá ser utilizado
como biocombustible”, sentencian.
La segunda línea de trabajo consiste en buscar un medio de cultivo
para el crecimiento del microorganismo en el que la base carbonada sea
la glicerina que se obtiene como subproducto. Hasta el momento, se ha
conseguido optimizar la composición del medio de cultivo y se ha
conseguido producir mayor cantidad de biomasa y volumen de etanol e
hidrógeno con respecto a otros trabajos que se han publicado con
anterioridad en esta línea.
A pesar de que el proyecto está en las primeras etapas del
desarrollo, se han obtenido resultados muy interesantes, lo que hace
pensar que los resultados podrían ser destacables dentro del sector de
la generación de bioenergía ya que, “hasta el momento, hemos conseguido
un rendimiento del 30% de etanol con el uso de la glicerina cruda,
siendo este dato muy interesante a nivel industrial. El etanol obtenido
por esta vía podría incluso sustituir al metanol que se utiliza en la
propia producción de biodiesel, por lo que se ahorrarían un reactivo”,
concluye Gómez Montes de Oca.
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