Apenas recuperada la capital de Rusia de una nevada
récord, en la que en menos de 48 horas cayeron las precipitaciones de un
mes, la temperatura del aire en Moscú alcanzó hoy su marca más alta de
la historia en un 27 de diciembre y se situó en 4.1 grados centígrados.
Se ha superado el registro más alto de toda la historia desde que se realizan las observaciones meteorológicas, casi un grado por encima de los 3.3 que señalaban los termómetros el 27 de diciembre de 1898.
Los pronósticos auguran que este 27 de diciembre la temperatura puede llegar hasta los 5 grados en algunas zonas de la capital y hasta los 7 grados en el extrarradio.
"Un potente frente cálido del ciclón atlántico ha alcanzado el centro de Rusia", informó el portal "Meteonovosti", del Servicio Meteorológico de Rusia.
Las temperaturas derriban marcas históricas en la parte europea de Rusia: en San Petersburgo, donde los 3.9 grados de 2003 han sido superados con mucho por los 6.6 grados de hoy, al igual que en Kaliningrado (9.2 grados), Smolensk (4.4 grados) y Pskov (8.5 grados).
Los más de treinta centímetros de nieve que hasta hace unas horas cubrían calles y parques de Moscú se deshacen bajo los pies de los moscovitas, que hacen malabarismos para no resbalar sobre el hielo que se formó por la noche con el agua de la nieve derretida.
En la madrugada de hoy, los servicios municipales de la capital recogieron de las calles 390 mil metros cúbicos de nieve, según el Ayuntamiento.
En San Petersburgo, la segunda urbe de Rusia, el huracán Patrick, fenómeno meteorológico atípico tanto para la zona geográfica como para esta época del año, dañó hoy las azoteas de más de 70 edificios.
Los habitantes de la parte europea de Rusia se preparan para el Año Nuevo y la Navidad ortodoxa con la esperanza de que vuelvan la nieve y el frío, sin los que estas fiestas no son lo mismo para los rusos.
Miengtras, en Siberia los temporales de frío han situado las temperaturas cerca o incluso por debajo de los 40 grados bajo cero.
Algunos ríos de Siberia se han congelado "casi hasta el fondo" por las bajas temperaturas inusuales, anunció hoy en rueda de prensa el ministro de Situaciones de Emergencia, Serguéi Shoigú.
La ciudad sobre el río Neva, mientras tanto, vive también uno de los inviernos más cálidos en años, algo que preocupa sobre todo a los médicos, que advierten de que las temperaturas bajo cero, de las que se ven privados muchos rusos esta temporada, evitan la propagación de algunas enfermedades.
"Con este tiempo tan cálido es fácil costiparse, ya que el frío nos protege de algunas infecciones", aseguró Dmitri Jomiakov a la agencia RIA Novosti.
A la gripe se suman los problemas psicológicos, que estos días se ceban con las personas emocionalmente inestables.
"Tradicionalmente, durante los últimos diez días de diciembre se da uno de los mayores índices anuales de suicidios. Probablemente el ambiente festivo afecte de manera muy negativa a las personas solitarias e inestables", apuntó Dmitri Shárov, médico forense.
La falta del manto de nieve en las calles tiene un impacto negativo adicional sobre el "grupo de riesgo", añadió Shárov, que recordó que este año, además, amanece una hora más tarde por la decisión de Rusia de eliminar el cambio de hora en invierno.
En Moscú, en estos días de diciembre con menos horas de luz en todo el año, el alba empieza a las diez de la mañana, mientras que en San Petersburgo, situada más al norte, lo hace incluso más tarde.
Las temperaturas han confundido hasta a la naturaleza y a los animales: los osos pardos del zoológico de San Petersburgo siguen despiertos, mientras que en las zonas verdes de la ciudad la hierba rebrota de la tierra y los brotes se hinchan en algunos árboles y plantas.
Las anomalías meteorológicas se hacen cada año más frecuentes y más 'normales' en Rusia, donde el cambio climático es desde hace tiempo una realidad que todo el mundo da por hecho.
A pocos días de 2012, el Ministerio de Situaciones de Emergencia adelantó hoy su pronóstico de desastres y anomalías naturales para el año que viene.
Terremotos en las regiones del Pacífico y el Cáucaso, inundaciones en Siberia y en el río Volga, sequías y olas de calor en Rusia central, incendios forestales: es la alarmante previsión adelantada por Shoigú en la entrevista publicada hoy por el diario "Rossiyskaya Gazeta".
Se ha superado el registro más alto de toda la historia desde que se realizan las observaciones meteorológicas, casi un grado por encima de los 3.3 que señalaban los termómetros el 27 de diciembre de 1898.
Los pronósticos auguran que este 27 de diciembre la temperatura puede llegar hasta los 5 grados en algunas zonas de la capital y hasta los 7 grados en el extrarradio.
"Un potente frente cálido del ciclón atlántico ha alcanzado el centro de Rusia", informó el portal "Meteonovosti", del Servicio Meteorológico de Rusia.
Las temperaturas derriban marcas históricas en la parte europea de Rusia: en San Petersburgo, donde los 3.9 grados de 2003 han sido superados con mucho por los 6.6 grados de hoy, al igual que en Kaliningrado (9.2 grados), Smolensk (4.4 grados) y Pskov (8.5 grados).
Los más de treinta centímetros de nieve que hasta hace unas horas cubrían calles y parques de Moscú se deshacen bajo los pies de los moscovitas, que hacen malabarismos para no resbalar sobre el hielo que se formó por la noche con el agua de la nieve derretida.
En la madrugada de hoy, los servicios municipales de la capital recogieron de las calles 390 mil metros cúbicos de nieve, según el Ayuntamiento.
En San Petersburgo, la segunda urbe de Rusia, el huracán Patrick, fenómeno meteorológico atípico tanto para la zona geográfica como para esta época del año, dañó hoy las azoteas de más de 70 edificios.
Los habitantes de la parte europea de Rusia se preparan para el Año Nuevo y la Navidad ortodoxa con la esperanza de que vuelvan la nieve y el frío, sin los que estas fiestas no son lo mismo para los rusos.
Miengtras, en Siberia los temporales de frío han situado las temperaturas cerca o incluso por debajo de los 40 grados bajo cero.
Algunos ríos de Siberia se han congelado "casi hasta el fondo" por las bajas temperaturas inusuales, anunció hoy en rueda de prensa el ministro de Situaciones de Emergencia, Serguéi Shoigú.
La ciudad sobre el río Neva, mientras tanto, vive también uno de los inviernos más cálidos en años, algo que preocupa sobre todo a los médicos, que advierten de que las temperaturas bajo cero, de las que se ven privados muchos rusos esta temporada, evitan la propagación de algunas enfermedades.
"Con este tiempo tan cálido es fácil costiparse, ya que el frío nos protege de algunas infecciones", aseguró Dmitri Jomiakov a la agencia RIA Novosti.
A la gripe se suman los problemas psicológicos, que estos días se ceban con las personas emocionalmente inestables.
"Tradicionalmente, durante los últimos diez días de diciembre se da uno de los mayores índices anuales de suicidios. Probablemente el ambiente festivo afecte de manera muy negativa a las personas solitarias e inestables", apuntó Dmitri Shárov, médico forense.
La falta del manto de nieve en las calles tiene un impacto negativo adicional sobre el "grupo de riesgo", añadió Shárov, que recordó que este año, además, amanece una hora más tarde por la decisión de Rusia de eliminar el cambio de hora en invierno.
En Moscú, en estos días de diciembre con menos horas de luz en todo el año, el alba empieza a las diez de la mañana, mientras que en San Petersburgo, situada más al norte, lo hace incluso más tarde.
Las temperaturas han confundido hasta a la naturaleza y a los animales: los osos pardos del zoológico de San Petersburgo siguen despiertos, mientras que en las zonas verdes de la ciudad la hierba rebrota de la tierra y los brotes se hinchan en algunos árboles y plantas.
Las anomalías meteorológicas se hacen cada año más frecuentes y más 'normales' en Rusia, donde el cambio climático es desde hace tiempo una realidad que todo el mundo da por hecho.
A pocos días de 2012, el Ministerio de Situaciones de Emergencia adelantó hoy su pronóstico de desastres y anomalías naturales para el año que viene.
Terremotos en las regiones del Pacífico y el Cáucaso, inundaciones en Siberia y en el río Volga, sequías y olas de calor en Rusia central, incendios forestales: es la alarmante previsión adelantada por Shoigú en la entrevista publicada hoy por el diario "Rossiyskaya Gazeta".
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