Las agencias meteorológicas temen que la proliferación y las
consecuencias que la tecnología inalámbrica y otras aplicaciones tengan
sobre el espectro radioeléctrico un impacto negativo en las bandas de
frecuencia que utilizan para predecir el tiempo, alertar de desastres y
vigilar el clima.
Los retos que plantea la creciente competencia que existe por el espectro radioeléctrico serán abordados en la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones, que tendrá lugar en Ginebra desde el próximo día 23 hasta el 17 de febrero, en el marco de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).
Preocupada por esa situación, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) anunció hoy que presentará en ese foro un documento en el que detalla los diversos usos de las frecuencias asignadas para fines meteorológicos y la importancia de mantenerlas protegidas.
Recuerda, asimismo, que los servicios meteorológicos, que dependen de las observaciones de la Tierra, la atmósfera y los océanos, contribuyen a evitar muertes y la destrucción de los medios de subsistencia de poblaciones frecuentemente pobres.
Sin embargo, nada de eso es posible sin la recopilación de datos, que depende a su vez de las frecuencias radioeléctricas.
Las agencias meteorológicas consideran que la fuerte demanda por esas frecuencias puede terminar afectando la calidad de las observaciones, la posibilidad de hacer pronósticos e, incluso, los esfuerzos dirigidos a entender y predecir el cambio climático.
"Si alguna de las bandas de frecuencias asignadas actualmente para fines meteorológicos se utilizase para otras aplicaciones radioeléctricas incompatibles con los usos meteorológicos, esas bandas podrían acabar resultando inservibles para los sistemas de predicción de desastres", entre otros, dijo el secretario general de la OMM, Michel Jarraud.
Agregó que, si se tiene en cuenta que los desastres meteorológicos, climáticos e hidrológicos (lluvias, inundaciones, sequías, huracanes y olas de frío o calor) representan el 90 por ciento de los desastres naturales, "las frecuencias radioeléctricas son esenciales para los sistemas de alerta temprana".
Los retos que plantea la creciente competencia que existe por el espectro radioeléctrico serán abordados en la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones, que tendrá lugar en Ginebra desde el próximo día 23 hasta el 17 de febrero, en el marco de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).
Preocupada por esa situación, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) anunció hoy que presentará en ese foro un documento en el que detalla los diversos usos de las frecuencias asignadas para fines meteorológicos y la importancia de mantenerlas protegidas.
Recuerda, asimismo, que los servicios meteorológicos, que dependen de las observaciones de la Tierra, la atmósfera y los océanos, contribuyen a evitar muertes y la destrucción de los medios de subsistencia de poblaciones frecuentemente pobres.
Sin embargo, nada de eso es posible sin la recopilación de datos, que depende a su vez de las frecuencias radioeléctricas.
Las agencias meteorológicas consideran que la fuerte demanda por esas frecuencias puede terminar afectando la calidad de las observaciones, la posibilidad de hacer pronósticos e, incluso, los esfuerzos dirigidos a entender y predecir el cambio climático.
"Si alguna de las bandas de frecuencias asignadas actualmente para fines meteorológicos se utilizase para otras aplicaciones radioeléctricas incompatibles con los usos meteorológicos, esas bandas podrían acabar resultando inservibles para los sistemas de predicción de desastres", entre otros, dijo el secretario general de la OMM, Michel Jarraud.
Agregó que, si se tiene en cuenta que los desastres meteorológicos, climáticos e hidrológicos (lluvias, inundaciones, sequías, huracanes y olas de frío o calor) representan el 90 por ciento de los desastres naturales, "las frecuencias radioeléctricas son esenciales para los sistemas de alerta temprana".
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