domingo, 30 de junio de 2013

La nueva PAC no garantiza el bienestar animal

Para el portavoz de ANDA, Alberto Díez, este acuerdo de la Presidencia europea, el Parlamento Europeo y la Comisión Europea implica que la agricultura y la ganadería de los Veintisiete "continuarán siendo cada vez más intensivas".
 ECOticias.
La Asociación Nacional de Defensa de los Animales (ANDA) ha lamentado que la nueva Política Agrícola Común (PAC), pactada este miércoles en la Unión Europea no incluya cambios sustanciales en favor de la agricultura sostenible y advierte de que será "negativa" para el bienestar animal
   Para el portavoz de ANDA, Alberto Díez, este acuerdo de la Presidencia europea, el Parlamento Europeo y la Comisión Europea implica que la agricultura y la ganadería de los Veintisiete "continuarán siendo cada vez más intensivas".
   Así, la organización estima que la "única esperanza" es que la aplicación de la reforma a nivel regional y nacional dé lugar a programas de desarrollo rural que integren medidas para mejorar el bienestar animal. Para ello, sería necesario trasferir alrededor del 15 por ciento de los fondos del primer al segundo pilar, de forma que los métodos más sostenibles de agricultura y ganadería tengan dinero suficiente en el período 2014-2020.
   De este modo, señala que estas medidas ayudarían a mejorar la competitividad de los productos europeos, ya que, según asegura, los consumidores demandan cada vez más la calidad y el buen trato hacia los animales como valores fundamentales a la hora de hacer sus compras.

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Tigres nevados

El Lejano Oriente Ruso es una de las regiones más salvajes del planeta: enormes tigres patrullan los bosques cubiertos de nieve y el búho más grande del mundo acecha sobre los congelados ríos. Situados en la región limítrofe con el norte de China y de Corea del Norte, los bosques de Primorye son conocidos por su diversidad de hábitats, que incluyen los bosques costeros del Mar de Japón, los vastos bosques de coníferas de las montañas Sikhote-Alin e incluso estepas. La diversidad ecosistémica hace de estos bosques un punto caliente (hotspot) para especies amenazadas como el tigre de Amur (Panthera tigris altaica), el búho pescador de Blakiston (Bubo blakistoni) y el leopardo de Amur (Panthera pardus orientalis), uno de los grandes felinos más escasos del mundo, con una población que apenas alcanza entre 30 y 50 ejemplares.

Aunque aún remotos y silvestres, las amenazas están aumentando en estos bosques: los cazadores furtivos están matando tigres en niveles record, los caminos madereros están permitiendo el acceso a zonas previamente inaccesibles, la abundancia de las especies presa se ve constantemente amenazada por la cacería excesiva y bosques enteros están en peligro debido a la tala no sustentable y los incendios. Aun así, la fauna silvestre de Primorye cuenta con sus campeones defensores.

Jonathan Slaght vino por primera vez a esta región en 1995 y posteriormente regresó a ella con el Cuerpo de Paz, donde permaneció por tres años. Rápidamente fue cautivado, no por los grandes felinos, si no por las aves, en particular por el búho pescador de Blakiston, el peso completo entre los búhos del planeta. Después de recorrer estos bosques durante años como observador de aves, Slaght viajó a obtener su doctorado en Conservación de Fauna Silvestre y ahora trabaja para el Programa Ruso de la Sociedad para la Conservación de la Fauna Silvestre (Wildlife Conservation Society). Al tiempo que aborda proyectos sobre el tigre siberiano y el leopardo de Amur, Slaght continúa siendo uno de los principales expertos en el búho pescador de Blakiston.

Slaght habló recientemente para mongabay.com sobre su trabajo en los distantes bosques rusos, incluyendo temas como el aumento en el número de tigres cazados ilegalmente, posibles buenas noticias para el leopardo de Amur y los recientemente descubiertos hábitos de cacería y alimentación del búho pescador de Blakiston.

Retos ambientales de la agricultura

La producción de alimentos deberá incrementarse en un 50 por ciento de aquí al año 2050. Es una oportunidad única para países que, como Colombia, tienen el potencial de expandir sustancialmente su producción agrícola.
Pero satisfacer esa demanda y aprovechar esa oportunidad entrañan enormes retos, puesto que el destino de la producción de alimentos estará ligado a la forma como se afronte el cambio climático y se detenga el deterioro de los ecosistemas, de la biodiversidad y de los recursos de agua dulce. Así lo subraya el informe The great balancing act, del World Resources Institute (WRI), que muestra cómo estos factores ambientales están interrelacionados en forma profunda y compleja y han sido, con mucho, generados por la agricultura industrial y por la tradicional.
En primer término, la actividad agropecuaria genera el 24 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI) a través de diversos procesos: la deforestación, mayoritariamente fruto de la apertura de la frontera ganadera en el mundo tropical, que libera el CO2 capturado en el bosque; los sistemas tradicionales de labranza, que liberan CO2; la fertilización con nitrogenados, que libera los óxidos nitrosos, y la ganadería, que, a partir de procesos fermentativos del alimento que ingresa al rumen de los animales, emite metano, un GEI con un poder de calentamiento veinte veces mayor que el CO2.
A su vez, la agricultura da cuenta del 70 por ciento del agua dulce utilizada y extraída de las fuentes superficiales y subterráneas, de la cual el 90 por ciento no es reusada. Y la contaminación con los nutrientes utilizados en los cultivos crea, por escurrimiento, zonas degradadas o ‘muertas’ de agua dulce y costeras.
Según WRI, “si se fracasa en solucionar los impactos ambientales de la agricultura, se obstaculizaría severamente la producción de alimentos”. Se estima que el suelo degradado afecta el 20 por ciento del área cultivada y que la pérdida de bosques está generando sequías y escasez de agua en los ámbitos regionales. Y la destrucción del bosque y otros ecosistemas para dedicar sus suelos a actividades agropecuarias está generando una desestabilización del ciclo del agua, con el aumento de las inundaciones en épocas lluviosas y con el incremento de la escasez del líquido en las épocas secas. Y, a su vez, las mayores temperaturas están comenzando a producir extremos en las estaciones secas y de lluvias, olas extendidas de calor y cambios en los patrones regionales de lluvias, fenómenos todos que estamos presenciando y que se agudizarán a medida que avance el calentamiento global, ya inevitable. Además, la subida del nivel del mar destruirá suelos que hoy se dedican a la agricultura, y salinizará valiosos acuíferos costeros, arruinando una fuente de agua de intenso uso en los cultivos.
Si no se actúa, se produciría un negativo impacto en las cantidades producidas y en la productividad de los cultivos, y la meta de proveer de alimentos a los 800 millones de habitantes bajo la línea de nutrición y a los 2.300 millones en que se incrementará la población, hacia el año 2050, se podría convertir en una quimera.
Lo esperanzador del informe del WRI es que muestra que es factible detener el deterioro de los ecosistemas y restaurar aquellos que son críticos por los servicios que prestan a la actividad agropecuaria –como el agua, el control de plagas y la polinización (recuérdese la actual crisis de las abejas)–, hacer un uso más racional del agua, reducir sustancialmente las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse a aquellos impactos inevitables del clima cambiante.
Lograrlo es un reto formidable, pero se puede. Y, en el caso de Colombia, este reto hay que enfrentarlo en forma integrada con los cambios que el proceso de paz, de concretarse, introduciría en el desarrollo agrícola del país.

Ayahuasca, la planta "sabia" de la Amazonia, ayuda a adictos a las drogas

Esta región de la selva amazónica en el norte de Perú se hizo conocida por su producción de cocaína, pero también lo es ahora por el uso de plantas medicinales como la ayahuasca, que curanderos de la zona utilizan para tratar la adicción a las drogas.
Imbuido en la vegetación tropical que rodea Tarapoto, un centro de tratamiento para adictos recibe a jóvenes desesperados que llegan de todo el mundo a intentar una curación con ayahuasca, la planta de la Amazonía considerada "sabia" por indígenas que la emplean desde hace 3000 años.
Utilizada en un preparado que se bebe, esta liana permite visiones de la vida pasada y ayuda a trabajar sobre problemas psíquicos, según chamanes que la emplean, aunque sus críticos la consideran un alucinógeno y cuestionan su uso como medicinal tradicional.
"Esta sustancia, cuando se toma en condiciones adecuadas, permite al paciente visualizar su mundo interior y conocerse a sí mismo en forma de visiones, sensaciones, percepciones, una agudización de la inteligencia y capacidad crítica", dijo Jacques Mabit, director del centro Takiwasi, en una entrevista con la AFP.
Mabit, un médico francés que llegó a Perú décadas atrás como parte de la organización Médicos sin Fronteras, se quedó a vivir en Tarapoto y fundó Takiwasi en 1992. Hoy es uno de los cuatro chamanes que realizan rituales curativos en este centro, conocido mundialmente por sus tratamientos con plantas amazónicas.
En las sesiones, que se realizan en las noches en un espacio circular, el chaman luego de dar a beber la ayahuasca conduce el ritual con oraciones e ícaros (canciones sanadoras) con notas repetitivas, a la manera de un mantra, y acompaña a quienes recorren un viaje introspectivo que puede durar varias horas.
"Cuando se toma ayahuasca se amplifican todas las percepciones de los sentidos: el oído, la vista, el olfato. Y todas las funciones psíquica internas", comenta Mabit.
"Es como si se pusiera un microscopio, y lo que usted no veía o veía chiquito, se va a amplificar y usted ya lo ve. Se hace más evidente su problemática emocional, sus problemas familiares o de salud. Uno puede tomar conciencia de elementos que se le escapaban", explica el médico, que toma el extracto de la planta desde hace más de dos décadas.
Por efecto de la ayahuasca ocurre "como si entrara en un sueño, salvo que en este caso uno no duerme y puede interactuar con lo que le está sucediendo. Puede movilizar su capacidad e ir buscado los problemas que le afectan en su vida".
Después quedará actuar, tomar las decisiones para hacer ese cambio, subraya. "Cuando existe voluntad para cambiar se pueden lograr curaciones muy interesantes a todo nivel psicológico, emocional y físico. Uno se reconcilia con uno mismo, con quien es", afirma Mabit.
DE LA COCAÍNA A LA AYAHUASCA
La región noramazónica peruana estuvo por décadas inundada de plantaciones de hojas de coca, que hoy van dejando cada vez más lugar a siembras alternativas de cacao y café.
Mientras la producción de cocaína y la incidencia del narcotráfico crecía en los 80 y 90 en el país, Tarapoto comenzó a ser conocido también por el uso milenario de estas plantas que sirven para contrarrestar los males del consumo de drogas.
Pedidos de adictos llegan desde todo el mundo para buscar un sitio en Takiwasi, que antes de aceptar a alguien para un tratamiento analiza cada caso y su historia.
Actualmente, el centro alberga un grupo de 16 jóvenes europeos, estadounidenses y latinoamericanos, que cumplen un programa de 9 meses en los que, junto a las terapias con las plantas, conviven y desarrollan todo tipo de tareas que sirven a su recuperación.
También llegan visitantes interesados en vivir la experiencia del uso de estas plantas, e indígenas de países vecinos.
"Venimos a aprender y compartir el uso de plantas medicinales que nosotros también empleamos en nuestros territorios. De esta forma nos enriquecemos mutuamente y podemos llevar más conocimiento a nuestras comunidades", dijo a la AFP Robinson Paí, indígena de la comunidad Awá, llegado de Nariño, Colombia.
"El ayahuasca en nuestro pueblo indígena es un vegetal sagrado. Es una planta poderosa que cura, que enseña, que abre los pensamientos. Nuestro creador ha dejado estas plantas para que nosotros aprendamos y podamos vivir mejor", opinó.
¿UN ALUCINÓGENO?
¿Qué responde a quienes dicen que el ayahuasca es una droga, un alucinógeno?, preguntó la AFP a Mabit.
"Les pido que experimenten. Mientras uno no experimenta puede decir muchas cosas. Este tratamiento apela a una referencia que está tan fuera de la vida cotidiana que no hay referente. Muchas personas proyectan sus dudas, pero no pasan por la experiencia. Esta medicina se utiliza hace miles de años en la Amazonía, no hay adicción, no provoca dependencia. Y ningún estudio antropológico ha descripto que los pueblos indígenas que utilizan esto se han vuelto locos".
Con el ayahuasca los indígenas hace 3000 años conocen los antidepresivos, destacan los curanderos que la emplean, aunque el uso de la planta también ha llevado a algunos casos trágicos de muerte, lo que sembró más dudas sobre su uso y conveniencia.
Un turista estadounidense de 18 años murió en septiembre de 2012 en la región amazónica de Madre de Dios (sudeste) luego de que un curandero se excediera en el suministro de ayahuasca, según un informe policial de entonces.
"Como en todo, puede haber un buen uso o un mal uso", dijo Mabit. "Hay una manera de utilizar la ayahuasca. Una técnica, una preparación, acompañamiento y seguimiento. Hay un conjunto de acciones. No se trata solamente de la ayahuasca, se trata de la forma como se usa", finalizó.

El vuelo de las jaulas hacia la libertad

En una estación de paso, en el Jardín Botánico, comienza el vuelo hacia la libertad de las aves condenadas a prisión en hogares del Valle de Aburrá. Sus delitos parecieran ser cantar, parlotear o tener vistosos plumajes. Allí se recuperan de sus enfermedades, se fortalecen y se preparan para volver a surcar los cielos con cantos libres.

Y es que el canto de un sinsonte, que parece alegrar la casa en las mañanas, bien podría ser un grito desesperado por la libertad, destaca el coordinador del Centro de Atención y Valoración a la Fauna Silvestre (CAV) del Área Metropolitana, Víctor Manuel Vélez Bedoya. En su opinión de biólogo, la melodía de los pájaros tras las rejas es el llamado a otros ejemplares de su especie, que, sin embargo no aparecen por ninguna parte en la pequeña jaula que cuelga del techo.

Así pasa también con loros, pericos, guacamayas y lechuzas, que están entre las aves silvestres que con mayor frecuencia se mantienen en cautiverio. Aves que no se reproducen encerradas, que en el mundo silvestre hacen falta para mantener en equilibrio algunos insectos y para desperdigar semillas, mientras cumplen una función ornamental en un balcón o en un patio, desde donde elevan al cielo su triste trinar.

Con un guante grueso para cuidarse de sus garras y utilizando largas pinzas, la veterinaria Lorena Correa, pone pequeños pedazos de carne en el pico de un águila sabanera, que minutos antes miraba en silencio tras las rejas de una jaula. Ahora abre las alas en todo su alcance. El ave llegó remitida por Corantioquia para comenzar su proceso de recuperación.

Con una pequeña jeringa, la doctora pone comida líquida en el pico abierto de un pequeño mayo que pía sin parar. Cuenta que llegó a la estación de paso después de que policías lo salvaran de una muerte segura al ver que se cayó del nido en un árbol rodeado de perros en un parque.

Después de comer e hidratarse y de una evaluación de su condición, junto con otros animales concentrados en el sitio, irán al CAV, en Barbosa, donde formarán familias y reaprenderán a vivir en libertad, para cuando llegue el momento.

—Si un pájaro en su entorno deja caer cada día una semilla, son 365 árboles que siembra en un año —el argumento del coordinador del CAV contrasta con el valor que muchas personas le dan a tener aves en sus casas—. Aunque el dueño no crea que hace daño a la naturaleza, esos árboles hacen un vacío, más grande con cada año que el ave pasa encerrada.

El amor por las aves
La lora parlotea, es graciosa; con el tiempo aprende groserías y apodos que despiertan la risa en la familia. La guacamaya despliega todo su colorido cuando abre sus alas. Los jilgueros dan la sensación de amanecer en el campo. Son atractivos que aprecian quienes tienen aves silvestres en sus casas: muchas de las personas que les dicen a los funcionarios de la autoridad ambiental "es que yo amo ese pájaro, no quiero desprenderme de él".

—¿Qué tipo de amor es ese, que tiene a un animal secuestrado? —Vélez Bedoya explica que el equipo de Fauna Silvestre actúa ante las quejas ciudadanas o recibe las entregas voluntarias. Cuenta que cada vez más las personas atienden las razones por las cuales los animales necesitan de la vida en su entorno. Hoy por hoy, el 70 por ciento de los ejemplares que recupera el Área Metropolitana son por voluntad de sus tenedores.

También entregan animales enfermos, viejos o demasiado grandes para tenerlos en casa. En lo corrido del año, la entidad ha recogido 4.704 animales silvestres, incluidas 1. 500 aves. En coordinación con otras corporaciones regionales como Corantioquia, Cornare y otras por fuera del departamento, y con el apoyo de la Fuerza Aérea hacen posible que se reintegren a su hábitat en compañía de los de su especie.

El director de Corantioquia, el ingeniero ambiental, Alejandro González Valencia, revela que muchos de los animales recuperados llegan con múltiples limitaciones tanto físicas como de comportamiento.

Con frecuencia tienen mutilaciones, afecciones de la piel, plumas o mucosas, atrofias musculares y deformaciones óseas. Muchas veces son mansos, ven al ser humano como su guardián y alimentador, y han perdido el instinto de sobrevivir en condiciones naturales. Olvidan reconocer a sus congéneres, sus enemigos y los alimentos en forma natural.

Explica que las aves silvestres recuperadas son clasificadas de acuerdo con las posibilidades que tengan de sobrevivir y no afectar los ecosistemas al ser liberadas en el entorno adecuado.

Cuando las aves no cumplen con las condiciones para ser liberadas tienen otras alternativas como su disposición en los CAV o entregas a zoológicos. Sin embargo entre las 12.002 aves que ha recuperado la entidad desde 1995, el 87 por ciento han vuelto a la libertad.

Reutilizar, restaurar, reciclar

Esa grieta en la pared llevaba años recordando el paso del tiempo. Muchos de los inquilinos que habían alquilado la vieja casa la habían mirado. Aunque todos habían reparado en ella, ninguno le había dado valor. A Gala, la grieta le gustaba, le contaba algo. Decidió enmarcarla. Cuando Asier Rua, fotógrafo de interiores y decoración, la vio, le pareció especial. “Le buscó un significado a algo feo, a algo que cualquier persona hubiera disimulado o hecho desaparecer. Dignificó la grieta. Ese gesto me recuerda a las fotos de Diane Arbus, que retrataba todo aquello que la gente no quería ver”, continúa Rua, que fotografió el objeto. La decisión de Gala se integra inconscientemente en unas de las últimas tendencias en decoración: el do it yoursef (háztelo tú mismo) y la triple R que invita a reutilizar, restaurar y reciclar todo lo que nos rodea.
Armonizar nuestro entorno en función de nuestras inquietudes es algo que el ser humano hace desde el origen de los tiempos. La manera de hacerlo ha cambiado. “Hace unas décadas, la decoración era estática y determinista: no permitía abrir el mundo de posibilidades que ahora tenemos. Los espacios son multifuncionales y la decoración forma parte implícita de la diversidad de usos que le quiera dar el que vive ahí”, dice el arquitecto Gonzalo Pardo.
Los recortes invitan a valorar más las cosas que tenemos y a no desestimar su utilidad
“Cuando organizamos el espacio, tenemos que pensar, por un lado, en el uso que le vamos a dar y, por otro, en lo que transmite”, agrega. Ese mensaje que envían los objetos puede estar dirigido a uno mismo o al público en general. “La casa de Gala estaba llena de intervenciones suyas: tiradores de cajones pegados en una pared incitando a abrirlos, pinturas en el suelo”, recuerda el fotógrafo. Casi todo hecho por ella misma.
La crisis económica ha obligado a la sociedad a reflexionar. Los recortes invitan a valorar más las cosas que tenemos y a no desestimar su utilidad a la primera de cambio. Acompañando a ese cuidado, se ha producido un cambio de mentalidad con relación a la estética. Los excesivos noventa incitaron al consumo sin miramientos. El diseño y la moda se volvieron aptos para todos los públicos con la única contrapartida de generalizarse. Así, mientras Zara vestía a una generación entera, Ikea conseguía instalar en todas las casas una estantería Billy. “Hemos sufrido una estandarización tan fuerte que ha generado una respuesta: la necesidad de individualizar y personalizar todo. Por eso, y por la caída de ingresos, la gente empieza a trabajar más con los recursos que tiene a su alrededor”, argumenta Juan López-Arangüena. Pertenece al colectivo Basurama. Desde hace 12 años se dedican a la investigación, a la producción y a la gestión cultural a través de los desechos y sus posibilidades creativas.
“Nos dimos cuenta de que puedes encontrar muchos objetos en la calle con la posibilidad de tener un nuevo uso en el ámbito doméstico: en casa o en el jardín. Nuestro trabajo se basa en la observación -para encontrarlos- y el cuidado -para darles otro uso-. En la calle hay cosas con mucho sabor; el uso les ha dado pátina”, reflexiona. ¿De ahí viene la tendencia vintage? “Esa corriente ha saturado un poco todo. Esto tiene más que ver con lo retro, que no implica que algo sea carísimo por ser viejo”, contesta.
Ultramarinos ‘cool’
Cazador es el último bar de moda, y de moderneo, en el madrileño barrio de Malasaña. Tres enormes cristaleras se abren desde el local a la tranquila calle de Pozas invitando a cruzar el umbral de su puerta. “Esto era un supermercado hace mucho tiempo, pero llevaba más de 15 años cerrado”, cuenta una de las vecinas de la calle mientras echa un vistazo al recién abierto local. Diáfano, austero, poco decorado, el espacio mantiene los baldosines del antiguo ultramarinos. En el patio interior, para uso privado, varios maceteros llenos de plantas y una silla de mimbre. Mobiliario tradicional de terraza tuneado a la moda.
“Hemos intentado intervernir muy poco”, cuenta Osama Mandy, uno de los fundadores. Una idea que Antonio Oboc, arquitecto responsable de la remodelación, respetó al máximo. En el hormigón desnudo resaltan un par de platos colgados y un cuadro clásico customizado con espray. Una colección de asientos, casi todos diferentes entre sí, rodean la decena de mesas de diversos tamaños y formas. Una imponente sillería de teatro, “perteneciente al antiguo teatro Lara y que estaban en la basura”, incita a sentarse y pedir un bloody mary.
Lo que hace dos décadas parecía inaceptable, ahora es cool
“Nos fuimos haciendo con objetos que nos solucionaban problemas. No importaba dónde los encontrásemos”, rememora su inspiración Kike McAllister, el otro socio del establecimiento. “Buscábamos en páginas web, en mercadillos de segunda mano, y el precio nos marcaba si podíamos comprarlo o no”, continúa. Muchas soluciones que hace años podrían parecer temporales, como construir un sofá con un par de palés, se han hecho tendencia en el siglo XXI.
Los maceteros, las hamacas y las bancadas de la madrileña plaza de la Cebada son viejos. Eran elementos, tubos, redes, contenedores y maderas que, gracias a la asociación de vecinos con la ayuda de colectivos de arquitectos como Zuloark, se han transformado en parte del mobiliario de la plaza pública. Lo que hace dos décadas parecía inaceptable, ahora se ha vuelto cool . “La decoración ha sido mal entendida. Mucha gente la confundía con adornar: colocar objetos inservibles por todo el espacio. A principios del siglo XX se construían montones de cosas inservibles con la simple finalidad de exponerlas. Hoy día eso no interesa nada; buscamos la funcionalidad. Frente a decorar, considero más importante generar una atmósfera”, sentencia el arquitecto Pardo. Una actitud que prevalece tanto en los interiores como en las zonas exteriores.
“Durante un tiempo, la decoración parecía una disciplina que se asemejaba con el maquillaje. La función estética es evidente, pero se le puede dar más contenido”, resume Alejandra Calabrese, arquitecta de interiores especializada en sostenibilidad y bioconstrucción y socia del estudio Sucursal Urbana Universo Sostenible. En una de sus intervenciones, construyeron el mobiliario de toda la casa aprovechando la madera que retiraron de vigas, puertas y ventanas. “La bioconstrucción ofrece un plus: nos aporta salud, respeto al medio ambiente y ahorro”, añade Calabrese. Quizá por eso no ha notado el golpe de la crisis.
Medio centenar de espacios de diferentes ciudades de España, Portugal y Reino Unido posan cada año para el objetivo de Asier Rua. Buhardillas, palacetes, casas okupas, casonas, estudios, bajos… Interiores que llaman su atención y luego publica en diversos medios. Algunos de sus trabajos permanecen inéditos. El fotógrafo les tiene reservado un lugar especial: Madrid interiors (Folch Studio), un libro dedicado al interiorismo de la capital de próxima publicación. La grieta enmarcada es una de esas fotografías. “Lo vintage tiene que pasar ya. Necesitamos apuestas más creativas por parte de la gente joven”, opina. Las acciones de colectivos como Basurama le parecen llenas de sentido y una tendencia que va a crecer. A pesar de ello, considera que “es preferible crear que recrear”.
“La bioconstrucción ofrece un plus: nos aporta salud, respeto al medio ambiente y ahorro”
En esa línea se inscriben las impresoras 3D, que esculpen piezas que se ensamblan y pueden formar desde un mueble hasta una pistola. “A pesar de la homogeneización, Ikea fue una revolución de diseño para el mundo del interiorismo. Pero eso no fue nada en comparación con las posibilidades que aportan estas máquinas. Empiezan a ser asequibles y van a cambiar por completo el paisaje doméstico”, vaticina José Luis Vallejo, perteneciente a Ecosistema Urbano, un equipo de arquitectos centrado en proyectos de espacio público y en su investigación. “El momento cultural que vivimos nos incita a ser cada vez más creativos”, añade.
Las lámparas fueron quizá el primer objeto que se popularizó con el “háztelo tú mismo”. Intervenidas con cuerdas, pantallas o austeras bombillas, decenas de blogs invitaban a iluminar de otra manera. Siguieron las mesas y las sillas. Y las mecedoras de Mecedorama (elaboradas con plásticos trenzados) son lo último para colocar en el patio. Nada se tira.
“El mercado de segunda mano ha aumentado. La gente no se deshace de las cosas tan rápido. Van a una tienda de bricolaje y lo reparan o lo tunean. Creo que estos negocios han crecido mucho. Han repuntando”, opina el decorador Guillermo García Hoz desde su tienda en la madrileña calle de Pelayo.
Una mujer con acento british interrumpe. Pregunta el precio de una jarra cuyo tapón se asemeja a la cabeza de una muñeca Barriguitas. Le encanta, pero no se la lleva porque le da miedo verla hecha añicos al descender del avión. En el espacio de García Hoz abunda la nueva cerámica. Un ejemplo: un jarrón estilo Talavera donde en lugar de lagarteranas aparecen marcianitos. “Con la crisis, los conceptos también se reutilizan, pero me parece más importante que las cosas tengan más de una vida, más de un uso. Esos objetos han recuperado su alma. Creo que casi la habíamos perdido hasta nosotros”, concluye García Hoz.
Esa reivindicación incita a revalorizar lo antiguo y a dotarlo de personalidad. Esa búsqueda de carácter de los espacios ocurre en casas, terrazas, jardines y calles. “Se trata de incorporar a los espacios abiertos los mismos conceptos de personalización que emplearíamos en el interior de nuestras casas”, resume el arquitecto Vallejo. Madrid Chair es un ejemplo de uno de los proyectos de Ecosistema Urbano.
“Son unas piezas individuales que, unidas unas a otras y combinadas de distintas formas, pueden crear infinitas posibilidades de uso del espacio urbano. Se pueden generar múltiples ambientes en función de nuestras necesidades. Normalmente, la ciudad se diseña pensando en un lugar de batalla más que en un espacio de ocio, juego y convivencia”, opina Vallejo. Esto es algo que influye considerablemente sobre nuestro comportamiento como ciudadanos. Los ambientes urbanos creativos y lúdicos transforman nuestras ciudades en lugares mucho más humanos y estimulantes.
Gala ya no vive en la misma vieja casa. Cuando se mudó, no pudo llevarse su grieta enmarcada. La dejó allí, moldura incluida, para el siguiente inquilino. La foto de Asier Rua es el último testigo de su acción decorativa, un detalle que consiguió cambiar la percepción de una zona de la casa. “La creatividad de la gente posee mucho potencial. Hay un mundo muy amplio que todavía está por explorar”, concluye Rua.

Una ración de grillos, saltamontes y larvas

Hace 10 años Laetitia Giroud dejó de comer carne. Esta licenciada en Marketing Internacional decidió que la carne animal no formaría parte nunca más de su dieta, concienciada por los daños que la ganadería causa a un planeta cuya población no para de crecer. “El 80% de nuestros recursos de agua son usados para la ganadería, que genera el 18% de los gases de efecto invernadero”, apunta esta francesa de 30 años natural de Toulouse. “Entonces busqué cómo equilibrar mi dieta e incluir las proteínas que dejaba de tomar por no comer carne”, recuerda. “Estaba en Estados Unidos y allí, por aquel entonces, ya se habían introducido los insectos para consumo humano. Probé los grillos, los saltamontes y los gusanos de harina y me encantaron”, recuerda Giroud.
Esta primera toma de contacto con los insectos comestibles y su concienciación con la conservación del medio ambiente le llevó a barajar la idea de convertirse en criadora, “en una ganadera de insectos”. Dejó su trabajo como directiva en una gran empresa de transporte internacional y se puso a investigar cómo montar una granja ecológica, para lo que contó con el apoyo de Julian Frederic Foucher, su socio en el proyecto y con cierta experiencia en el sector.
Pero su Francia natal no era el sitio adecuado para llevar a cabo su empresa. Necesitaban unas condiciones climáticas específicas y un lugar geoestratégico para asegurar la viabilidad de su negocio. “Los insectos tienen la sangre fría y necesitan una temperatura alta, entre los 28 y los 35 grados para crecer. Málaga cuenta con las condiciones adecuadas por su clima tan benévolo y además está perfectamente comunicada por tierra, mar y aire”, señala Giroud, que finalmente escogió el municipio de Coín para montar la granja.
“Miramos en otros pueblos de la comarca del Guadalhorce, pero en Coín hemos encontrado el respaldo de las autoridades y del Grupo de Desarrollo Rural de Pizarra, que nos ha ayudado en los papeleos y con una subvención para arrancar la granja de algo más de 5.000 euros”, añade.

Una fuente de proteínas

  • Conguitos de grillos, hormigas estofadas, pan de gusanos… Estas son algunas de las recetas a elaborar con insectos, platos de gran aceptación en México, China o Tailandia. La FAO calcula que hay 2.000 millones de personas que incluyen insectos en su dieta. Los expertos destacan que, además de barato, es un alimento nutritivo, con proteínas, aminoácidos, hierro y vitaminas. Y también calorías: un kilo de saltamontes equivale a 10 perritos calientes. Además, el riesgo de que transmitan enfermedades es menor que en otros animales, porque en ellos no se pueden producir combinaciones de virus peligrosas.
En apenas tres meses, Giroud y Foucher han montado su empresa, Insagri, que espera comenzar su actividad el próximo mes de agosto. Esta granja de ganadería ecológica de insectos es la primera de su tipo que abre en Andalucía y, según cree Giroud, también de España. “Sé que hay empresas que importan insectos de otros países como México, pero granja de cría para consumo humano no creo que haya”, dice esta emprendedora, ahora centrada en obtener todos los permisos necesarios para poder comercializar sus insectos. “Existe un vacío legal en cuanto a la comercialización. Hay un reglamento comunitario que regula las condiciones de producción, envasado, trazabilidad, transporte y comercialización de alimentos en genérico. Sin embargo, no hay una normativa específica de insectos, como la hay para otros muchos productos como la leche, el queso e incluso los caracoles, lo más parecido a un insecto que se consume en España, cuya cría y comercialización está reglada”, explica Giroud, que espera vencer las reticencias de la estricta legislación sanitaria acogiéndose al modelo que se aplica en las granjas de setas o de caracoles. “Es lo que aconseja la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para que los países faciliten la producción industrial de insectos”, resalta Giroud, quien colaboró en el informe que hace apenas un mes publicó este organismo recomendando la inclusión de los insectos en la dieta habitual.
Insectos que Giroud y Foucher ya han empezado a criar en su granja, que se ha especializado en la cría de cuatros especies: grillos, saltamontes, gusano de la harina y larvas de mosca soldado. El bajo coste de la producción industrial de los insectos —necesitan pocos cuidados y se alimentan de los restos de verduras y frutas libres de pesticidas que les ceden en las explotaciones ecológicas de la comarca—, y la rapidez del proceso de cría —un saltamontes es apto para el consumo en ocho semanas y una larva de mosca soldado en tres días— harán que este negocio sea rentable en poco tiempo.
“Tenemos previsto criar al año unas 15 o 20 toneladas y para este primer ejercicio esperamos un volumen de negocio en torno a los 55.000 euros, con una previsión de crecimiento del 35% anual”, explica Giroud sobre la empresa, que cuenta con dos líneas de productos. “La primera está centrada en suministrar harina de insectos a empresas de piensos de ganado, a explotaciones de aves, cerdos y granjas acuícolas. Para ellos es rentable, pues su coste es menor que los piensos tradicionales y su impacto medioambiental es mínimo. Los precios del maíz y la soja se han disparado en los últimos años y los ganaderos gastan el 65% de sus recursos en la alimentación de su ganado”, señala Giroud. “La otra vía comercial es la del consumo humano. Crearemos nuestra propia línea de productos hechos con harina de insectos, como cereales o galletas y venderemos los insectos deshidratados. Queremos vencer las reticencias de la gente a comer insectos a través de los restaurantes y cuando se cree la demanda expandir el negocio a mercados y tiendas de productos ecológicos, empresas de comida preparada o especializadas en alimentación para deportistas, ya que los insectos son una fuente de proteínas increíble. Si todo va bien, lo siguiente será llevar nuestros insectos a las cadenas de supermercados, algo que ya se hace en Holanda, donde la primera cadena de supermercados del país ha introducido una línea de insectos comestibles”, concluye Giroud.

La Reina visita el Vall d'Aran tras las inundaciones

La Reina Sofía ha visitado esta mañana las zonas afectadas por las riadas de la pasada semana en la Vall d’Aran, en el Pirineo de Lleida, y en el valle de Benasque, en Huesca, y ha podido ver algunas de las secuelas de la devastación dejada por los desbordamientos de los ríos Garona y Ésera.
Doña Sofía ha llegado pasadas la una de la tarde en helicóptero a Vielha y ha continuado por carretera hasta la localidad aranesa de Arties, donde ha sido recibida por las autoridades, entre las que se encontraban el Síndico del Aran, Carlos Barrera, el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, la vicepresidenta de la Generalitat, Joana Ortega, y la delegada del Gobierno central en Catalunya, María de los Llanos de Luna.
La Reina ha tenido un recibimiento cordial por parte de las decenas de personas que esperaban su llegada en Arties, población que conoce muy bien por sus estancias en la residencia invernal de La Pleta, en Baqueira. Nada más bajar del coche se han escuchado aplausos y algún “Viva la Reina”, al igual que en el momento de despedirse.
También ha saludado a muchos vecinos, entre los que se encontraban Remei Mourelos, propietaria de un restaurante al que suelen acudir los miembros de la familia real durante sus vacaciones en el valle. Doña Sofía se ha enternecido cuando la hija Marian de Moruelos le ha entregado una rosa que ha llevado en la mano durante la visita que ha durado unos 40 minutos. “Le gusta mucho la tortilla de patata”, ha dicho Remei.
En su visita relámpago, la Reina sólo ha podido ver a través de una exposición de fotografías parte de los daños ocasionados por la riada en edificios, industrias y carreteras del valle. En la iglesia gótica de Sant Joan d’Arties ha podido mirar con detenimiento los paneles que las autoridades del valle le habían preparado para que tuviera una visión global de la catástrofe. El Síndic Barrera le ha explicado el contenido de cada una de las imágenes.

“Los reptiles llevan una vida sin prisas”

Pregunta. He visto muchas monedas en el agua de los cocodrilos. Y luego dirán que hay crisis.
 Respuesta. La gente las lanza, no hay forma de que no lo hagan.
P. ¿Quién las recoge? Será un verdadero valiente.
R. Las sacamos al cambiar el agua. Te explicaré una historia: una vez vimos que alguien se había metido en el recinto de los aligátores. Había huellas en el barro. Resultó ser un mendigo que había recuperado un montón de monedas ante las fauces de los animales. Lo detuvieron al salir, empapado y con los bolsillos llenos. Le quitaron el dinero. Yo no lo hubiera hecho. Aquel hombre se merecía esas monedas.
P. ¿Cómo se manipula a un cocodrilo?
R. Cuando llegué aquí hace casi treinta años se hacía a lo bruto, en plan el cazador de cocodrilos. Nos tirábamos al cuello y entre varios lo inmovilizábamos. Era una escena muy dramática. No pasaban más cosas porque san Francisco velaba por nosotros. Hoy los hacemos meterse en un tubo o los dormimos, aunque la anestesia para cocodrilos no es muy buena...
P. He visto que tienen a la anaconda mudando. Los indios de La Apaya colombiana temen a la anaconda. ¿Hacen bien?
R. Sí. Son muy grandes. De tanto en tanto llegan noticias de que han atacado a alguien. También pasa con la pitón reticulada.
P. ¿Qué consejo le daría a Frank de la Jungla?
R. Que no le muerdan tanto. Es que le muerden todos los animales. Eso no puede ser bueno.
P. A usted también le han mordido.
R. Me mordió un cocodrilo. Un caimán juvenil, pegó un salto impresionante desde una cubeta y me atrapó la mano. Aquí tengo la cicatriz.
P. ¿A ver? Jo, que daño.
R. El caimán se quedó colgando, no se soltaba, fue una sangría.
P. ¿Cómo son los cocodrilos de cerca, dientes aparte?
R. Son agresivos, pero también muy comunicativos. Hay cuidado parental. Las crías llaman a las madres. Estas las transportan cuidadosamente en sus mandíbulas. Por otro lado, tuvimos el caso de aquella pareja que llevaban treinta años juntos, sin problemas, y un día él la mató a ella. Mi teoría es que al envejecer ella cesó de segregar hormonas y el macho dejó de reconocerla como hembra y la atacó. En fin, muy triste.

Perfil

La jornada con Manel Aresté (Barcelona, 1957) en el zoo del terrario de Barcelona, donde lleva 29 años y ha visto de todo, es intensa: hemos asistido al almuerzo de las crías de dragón de Komodo (se las ve komodas,le digo al biólogo, que parece dudar si lanzarme a las pitones que copulan alegremente). Los dragones se alimentan de ancas de rana bañadas en huevo. “Luego iremos a coger un cocodrilo”. ¡Yupi!
P. ¿Y las serpientes?
R. Son misteriosas, impredecibles, van a lo suyo. Las hay inofensivas como gatitos y otras que te envían al otro barrio solo con escupirte.
P. Provocan miedo.
R. Despiertan filias y fobias. Al que le gustan le gustan con pasión. Esa ambivalencia ya está en las mitologías, donde pueden ser seres malignos o salvíficos, representar la luz o la oscuridad. En muchos mitos son seres guardianes. Hay gente que viene aquí a curarse la fobia. Por cierto, ¿has visto el caso de ese alemán al que mató una víbora a la que manipulaba en una demostración para gente con fobia? Desde luego no se habrán curado...
P. ¿Es nuestra parte primate la que nos hace temerlas?
R. No creo que haya un miedo congénito pero indudablemente sí una predisposición a aprender a tenerles miedo.
P. ¿Tiene usted miedo a algún animal?
R. ¡Y tanto! A las arañas. No me hace gracia coger una migala. Una cobra tampoco, por supuesto. Pero una araña no tengo necesidad.
P. ¿Qué lección nos ofrecen los reptiles?
R. No sabría decirte, son tan distintos. La suya es una vida sin prisas.
P. ¿Sufren en el zoo, cautivos?
R. De hecho, imagino que sufren menos que en libertad. Tienen alimento, pareja, no los depredan. Los reptiles no son muy exigentes. ¿Se aburren? Quizá sí, pero me parece que eso es proyectarnos en ellos, antropomorfizar. No digo que todo en los zoos sea ideal y me parece muy respetable que se los critique, pero aquí hacemos un buen trabajo criando especies en peligro como los tritones del Montseny o la rana gigante de la isla caribeña de Montserrat, a la que inmunizamos antes de soltarla en su hábitat plagado de hongos invasores que la matarían.
P. ¿Hay cocodrilos en las cloacas del poder?
R. Muchos, demasiados. Si salieran todos... eso sí da miedo de verdad.

“El medio rural permite volver a una economía de valores”

Andalucía es la comunidad con mayor superficie de espacios protegidos. La Fundación Espacios Naturales de Andalucía, Andanatura, tiene la difícil misión de promover el desarrollo socioeconómico en el medio rural, pero siempre sin perder de vista los criterios de sostenibilidad ambiental. Pilar Pérez Martín (Sevilla, 1966) es su gerente desde hace tres años. Dirige un equipo interdisciplinar de 15 personas procedentes de diversas áreas de conocimiento y unidas por su compromiso con el medio rural.
Pregunta. Parece que ahora, con la crisis, se vuelve la mirada al mundo rural.
Respuesta. Más que al mundo rural en sí, creemos que se vuelve la mirada a la empresa de producción tradicional, a la economía productiva más que a la especulativa. Creo que ya hemos aprendido el riesgo tan alto que se asume en sectores que no son productivos. El mundo rural permite invertir en productos o servicios perdurables y con menos riesgo. Supone más trabajo a más largo plazo pero también más seguro. Se trata, en suma, de volver a una economía de valores.
P. ¿Pero de verdad hay futuro en el medio rural?
R. Sí. Tiene valor añadido, y eso permite ganar en bienestar y en empleo. A lo largo de nuestro trabajo con el empresariado rural no nos hemos encontrado un empresariado envejecido. Normalmente, son de mediana edad, aunque también hay jóvenes que deciden quedarse o volver al medio rural.
P. Pero el crecimiento demográfico se concentra en el litoral.
R. El litoral es parte del entorno rural y funciona como la puerta de entrada de nuestros clientes. De hecho, es el espacio en el que se desarrollan algunos negocios rurales de mucho interés, como el de la industria salinera. Es importante que funcione como elemento articulador y de llamada para disfrutar de la oferta del territorio: vamos a la playa pero también buscamos etnografía, gastronomía, artesanía…

El método canvas

  • Andanatura utiliza el método canvas para buscar los modelos de negocio entre los empresarios del mundo rural. Es un método donde se identifican nueve elementos o factores de negocio que se relacionan en un lienzo común para buscar respuestas diferenciadoras. “Por ejemplo, si yo conozco los nuevos canales de comercialización del agroturismo (webs, cajas de experiencia…) y estos se quedan con parte del precio de mi habitación, debo decidir fidelizar al cliente y ofrecerle una restauración que compense las pérdidas, pero también puedo aglutinar la oferta de mi entorno para dar mejor servicios a mis clientes”, explica Pilar Pérez. A su juicio, “las empresas son competitivas cuando las decisiones empresariales son equilibradas”. Andanatura ha identificado modelos de negocio rentables de unas 250 empresas rurales. Su objetivo ahora es consolidarlos.
P. ¿Vivir en un espacio protegido tiene trabas añadidas?
R. No son tanto trabas como las características propias de ese territorio. La conservación no puede cuestionarse, porque también aporta muchas ventajas. De hecho, los empresarios del medio rural la entienden como un elemento necesario para preservar su recurso, el propio espacio. Conservación y desarrollo no son dos cuestiones distintas sino dos caras de la misma moneda.
P. ¿Y hacia dónde se desnivela la balanza?
R.La Administración debe conservar recursos, los ciudadanos debemos inventar modelos de negocios compatibles con las circunstancias. Las empresas desarrollan sus productos sin entrar en conflicto con la conservación, pero eso no significa que los espacios protegidos sean ajenos al desarrollo.
P. Pero las infraestructuras de comunicación no son las mismas. ¿Existe igualdad de oportunidades?
R. Inevitablemente se producen desigualdades, pero no están motivadas tanto por el carácter rural como por la diferencia de acceso a la información de estas empresas. Existen multitud de herramientas de apoyo al empresariado pero no están adaptadas a las necesidades del entorno rural. Se necesitan canales de comercialización adaptados a ellas como los mercados de proximidad, o en el caso de las empresas agroalimentarias, sistemas que recojan la información de su saber hacer.
P. ¿No cree que muchas veces se ha gestionado de espaldas a los habitantes de estos territorios?
R. La gestión de la conservación de nuestra naturaleza se debe hacer basándose en criterios científicos y creo que esto en Andalucía se ha hecho de forma rigurosa y valiente. Debe haber una herramienta específica para trabajar con las empresas de estos espacios que permita que llegue de verdad la ayuda. Esto es lo que hace Andanatura: adaptar las herramientas de marketing a sus necesidades y poner a su disposición los instrumentos de gestión de las grandes compañías. Contamos con grandes recursos pero sólo serán productivos cuando sean accesibles al cliente.
P. ¿No cree que no se ha sabido cuidar la gallina de los huevos de oro en muchos de estos parques, con actuaciones urbanísticas muy cuestionables?
R. Las actuaciones especulativas se encuentran en lado opuesto de la economía tradicional o de producción, realmente no hemos visto ningún territorio que haya creado una oferta integradora de empresas y desarrollo estable basada únicamente en la construcción de viviendas.
P. ¿Lo del desarrollo sostenible es una utopía?
R. En los últimos años se ha acuñado como si fuera un solo término, y se usa mucho. Para nosotros tiene el sentido tradicional de lo que es la transformación de materia prima en productos, nuestros empresarios desarrollan productos sostenibles sin saberlo. Por ejemplo, si fabrico gazpacho en la Alpujarra, las cabras se comen los restos de las verduras. Se ha hecho siempre y se denomina sostenible, pero no es lo innovador, es lo normal.
P. ¿Cuáles son los modelos de negocio con mayor proyección?
R. Depende del territorio. Por ejemplo, Andalucía es una de las mayores productoras de leche de cabra del mundo y en ese sector tiene mucho potencial. Estamos convencidos de que en los territorios con una buena estrategia de desarrollo, las empresas tienen grandes modelos de negocio. Por eso en Andanatura identificamos esos modelos de éxito para ponerlos a disposición de las empresas.
P. El Gobierno quiere potenciar los usos turísticos en la nueva Ley de Parques Nacionales. ¿Cree que también sería conveniente en los parques naturales?
R. Los usos turísticos deben estar regulados por los criterios científicos que dictan la conservación. En ese sentido, nos gusta hablar de ecoturismo, que mezcla el criterio natural con el aprovechamiento económico del territorio.
P. ¿Se están invirtiendo adecuadamente los fondos europeos de desarrollo rural?
R. Estos fondos precisan de un documento que recoja las necesidades de las empresas para vender más. Es necesario innovar para permitir a la gente ganarse la vida, conectar los esfuerzos de los territorios y, en definitiva, mirar hacia una economía de lo local.