Galicia vuelve a enfrentarse a la construcción de una nueva incineradora de residuos, esta vez en O Irixo (Ourense). La primera pregunta que se nos ocurre es: ¿Pero con la que ya existe en Cerceda no se iba a resolver definitivamente el problema de la gestión de las basuras? Esto es al menos lo que prometieron quien la promovieron. Pues parece evidente que la respuesta es no.
Julio Barea
Así que, la solución que la Xunta promueve es construir una nueva incineradora. Los responsables de la gestión de residuos y los políticos de turno apuestan otra vez por la solución más fácil para ellos: emplear dinero público para esconder su incompetencia y beneficiar a unos pocos. Y esto no lo decimos gratuitamente, basta con ver lo ocurrido en el resto de incineradoras en funcionamiento en España. Triste ejemplo es la planta de Son Reus en Mallorca , como ya conté en post anterior.
Los mallorquines tienen una deuda de 90 millones de euros con la empresa que gestiona la planta. Y lo peor es que verán subir las tasas que pagan por sus residuos (que ya son las más altas del Estado), a partir de este mismo año hasta el 2041, plazo que la empresa tiene para amortizar la obra. Una hipoteca dejada por obra y gracias de algunos responsables políticos procesados por corrupción por esta gestión.
Hay que recordar que la incineración de residuos contamina aire, agua y suelo, perjudica nuestra salud, y destruye recursos naturales (muchos de ellos no renovables). Es la técnica más cara y no fomenta la generación de puestos de trabajo, incluso destruye los ya existentes. ¿Podemos permitirnos esto en un escenario de crisis como el que vive Galicia? Además, la incineradora supone un freno a políticas de “residuos cero” y una hipoteca económica por décadas.
Por eso, el próximo domingo 29, a partir de las 12.30 horas, Greenpeace junto con los vecinos de la toda la comarca de O Carballiño estará en la manifestación en contra la instalación de una incineradora en O Irixo. Queremos demostrar a los responsables y políticos de la gestión de los residuos en Galicia que las cosas pueden hacerse de otra manera. Con esfuerzo, mirando por el bien común y aplicando políticas de reducción, reutilización y reciclaje, que ya se realizan en otros lugares de Europa y de nuestro propio país.
Los mallorquines tienen una deuda de 90 millones de euros con la empresa que gestiona la planta. Y lo peor es que verán subir las tasas que pagan por sus residuos (que ya son las más altas del Estado), a partir de este mismo año hasta el 2041, plazo que la empresa tiene para amortizar la obra. Una hipoteca dejada por obra y gracias de algunos responsables políticos procesados por corrupción por esta gestión.
Hay que recordar que la incineración de residuos contamina aire, agua y suelo, perjudica nuestra salud, y destruye recursos naturales (muchos de ellos no renovables). Es la técnica más cara y no fomenta la generación de puestos de trabajo, incluso destruye los ya existentes. ¿Podemos permitirnos esto en un escenario de crisis como el que vive Galicia? Además, la incineradora supone un freno a políticas de “residuos cero” y una hipoteca económica por décadas.
Por eso, el próximo domingo 29, a partir de las 12.30 horas, Greenpeace junto con los vecinos de la toda la comarca de O Carballiño estará en la manifestación en contra la instalación de una incineradora en O Irixo. Queremos demostrar a los responsables y políticos de la gestión de los residuos en Galicia que las cosas pueden hacerse de otra manera. Con esfuerzo, mirando por el bien común y aplicando políticas de reducción, reutilización y reciclaje, que ya se realizan en otros lugares de Europa y de nuestro propio país.
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