lunes, 30 de enero de 2012

Un despliegue de redes de sensores será la herramienta que utilizarán un grupo de expertos de la Universidad de Sevilla para obtener datos con los que analizar el impacto que el cambio climático supondrá en  la Reserva Biológica  Doñana (RBD). Se estudian además otros fenómenos como  el nivel que alcanzarán las lagunas de dicho enclave y la fauna y flora que habita en la zona a través de un despliegue de estaciones y cámaras de visión artificial camufladas. 
 ECOticias
El director del grupo de investigación Tecnología Electrónica e Informática Industrial de la Universidad de Sevilla, Carlos León de Mora, explica que gracias al Proyecto de Excelencia de la Junta de Andalucía, eSAPIENS, se va a diseñar y construir un Sistema de Adquisición y Procesado Inteligente Integrado en Entornos Naturales que se instalará  concretamente en el Parque Nacional de Doñana, la mayor reserva ecológica de Europa.
"Desde 2010 trabajamos en esta tecnología con la que obtendremos información de alto interés para biólogos en tanto en cuanto podrán ayudar a predecir las variaciones climáticas de la zona”, afirma León de Mora.
Los sistemas inteligentes y dispositivos diseñados por los miembros del Departamento de Tecnología Electrónica de la US, en colaboración con la Cátedra de Telefónica Inteligencia en la Red, se localizan además actualmente en la Laguna del Ojillo de Doñana donde a través de lo datos de humedad, temperatura y dirección del viento, entre otros, y la aplicación de técnicas de inteligencia computacional y monitorización se puede prever el nivel que va a alcanzar el agua (http://artica.dte.us.es/artica-hmi/).
Tecnología inalámbrica de bajo coste y consumo
El sistema implantado en la RBD se basa en la tecnología emergente denominada Redes de Sensores Inalámbricos. Estos sistemas están constituidos por dispositivos  electrónicos con características muy especiales: bajo coste, bajo consumo, capacidad de comunicarse entre ellos inalámbricamente, capacidad de procesado de datos, capacidad de estar dotados de sensores y autónomos en el sentido energético. Todo ello, unido a su reducido coste (unas decenas de euros) hace que sea posible hacer un despliegue de cientos de nodos con el fin de cubrir extensas áreas.
Asimismo, este grupo de expertos trabaja en el proyecto IBIS para la vigilancia de espacios naturales mediante cámaras de visión artificial. Este proyecta tiene como objetivo la captura de las imágenes proyectadas en un sensor óptico. Posteriormente se transfiere dicha imagen a un sistema electrónico. Así, y de forma camuflada “para que las aves no se asusten”, se puede determinar qué especies se encuentran en la zona, el número exacto de ejemplares y el momento en el que llegan o se marchan de dicho hábitat.
El espacio natural protegido español de Doñana, en la provincia de Huelva, cuenta con 104.970 hectáreas y comprende tanto el Parque Nacional de Doñana (creado en 1969) como al Parque Natural de Doñana (también llamado Parque Natural del Entorno de Doñana o pre-parque, creado en 1989, y ampliado en 1997). Su gran extensión de marismas acoge durante el invierno a numerosas especies de aves acuáticas, que suelen alcanzar cada año los 200.000 individuos.
Debido a su privilegiada situación geográfica entre dos continentes y su proximidad al lugar de encuentro del Atlántico y del Mediterráneo, el Estrecho de Gibraltar, en Doñana se pueden observar más de 300 especies diferentes de aves al año, al ser lugar de paso, cría e invernada para miles de ellas (acuáticas y terrestres) europeas y africanas. Aquí reposan aves acuáticas de toda Europa Occidental, localizándose infinidad de especies en las marismas y alrededores procedentes de África y Europa.

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