Un despliegue de redes de sensores será la herramienta que utilizarán
un grupo de expertos de la Universidad de Sevilla para obtener datos
con los que analizar el impacto que el cambio climático supondrá en la
Reserva Biológica Doñana (RBD). Se estudian además otros fenómenos
como el nivel que alcanzarán las lagunas de dicho enclave y la fauna y
flora que habita en la zona a través de un despliegue de estaciones y
cámaras de visión artificial camufladas.
ECOticias
El director del grupo de investigación Tecnología Electrónica e
Informática Industrial de la Universidad de Sevilla, Carlos León de
Mora, explica que gracias al Proyecto de Excelencia de la Junta de
Andalucía, eSAPIENS, se va a diseñar y construir un Sistema de
Adquisición y Procesado Inteligente Integrado en Entornos Naturales que
se instalará concretamente en el Parque Nacional de Doñana, la mayor
reserva ecológica de Europa.
"Desde 2010 trabajamos en esta tecnología con la que obtendremos
información de alto interés para biólogos en tanto en cuanto podrán
ayudar a predecir las variaciones climáticas de la zona”, afirma León de
Mora.
Los sistemas inteligentes y dispositivos diseñados por los miembros
del Departamento de Tecnología Electrónica de la US, en colaboración con
la Cátedra de Telefónica Inteligencia en la Red, se localizan además
actualmente en la Laguna del Ojillo de Doñana donde a través de lo datos
de humedad, temperatura y dirección del viento, entre otros, y la
aplicación de técnicas de inteligencia computacional y monitorización se
puede prever el nivel que va a alcanzar el agua (http://artica.dte.us.es/artica-hmi/).
Tecnología inalámbrica de bajo coste y consumo
El sistema implantado en la RBD se basa en la tecnología emergente
denominada Redes de Sensores Inalámbricos. Estos sistemas están
constituidos por dispositivos electrónicos con características muy
especiales: bajo coste, bajo consumo, capacidad de comunicarse entre
ellos inalámbricamente, capacidad de procesado de datos, capacidad de
estar dotados de sensores y autónomos en el sentido energético. Todo
ello, unido a su reducido coste (unas decenas de euros) hace que sea
posible hacer un despliegue de cientos de nodos con el fin de cubrir
extensas áreas.
Asimismo, este grupo de expertos trabaja en el proyecto IBIS para la
vigilancia de espacios naturales mediante cámaras de visión artificial.
Este proyecta tiene como objetivo la captura de las imágenes proyectadas
en un sensor óptico. Posteriormente se transfiere dicha imagen a un
sistema electrónico. Así, y de forma camuflada “para que las aves no se
asusten”, se puede determinar qué especies se encuentran en la zona, el
número exacto de ejemplares y el momento en el que llegan o se marchan
de dicho hábitat.
El espacio natural protegido español de Doñana, en la provincia de
Huelva, cuenta con 104.970 hectáreas y comprende tanto el Parque
Nacional de Doñana (creado en 1969) como al Parque Natural de Doñana
(también llamado Parque Natural del Entorno de Doñana o pre-parque,
creado en 1989, y ampliado en 1997). Su gran extensión de marismas acoge
durante el invierno a numerosas especies de aves acuáticas, que suelen
alcanzar cada año los 200.000 individuos.
Debido a su privilegiada situación geográfica entre dos continentes y
su proximidad al lugar de encuentro del Atlántico y del Mediterráneo,
el Estrecho de Gibraltar, en Doñana se pueden observar más de 300
especies diferentes de aves al año, al ser lugar de paso, cría e
invernada para miles de ellas (acuáticas y terrestres) europeas y
africanas. Aquí reposan aves acuáticas de toda Europa Occidental,
localizándose infinidad de especies en las marismas y alrededores
procedentes de África y Europa.
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