Los servicios de rescate que se preparaban para
extraer miles de toneladas de combustible del crucero Costa Concordia,
encallado en una pequeña isla en el oeste de Italia, tuvieron que
suspender su trabajo el sábado después de que el estado del mar lo
volviese inseguro, según las autoridades.
Además, los buzos localizaron el cadáver de una mujer, lo que eleva el número de fallecidos oficiales a 17.
Una gabarra que llevaba equipos de bombero y que había
sido sujeta al barco tuvo que ser retirada, aunque las tareas podrían
reanudarse por la tarde, según las condiciones del mar.
"Las condiciones de viento y las olas de más de un
metro nos han obligado a interrumpir el trabajo, pero comenzaremos de
nuevo cuando mejoren", dijo Antonino Corsini, uno de los buceadores de
los servicios de emergencia de la empresa holandesa de rescates SMIT.
A pesar de la interrupción, continuaba la búsqueda de
más cadáveres en el buque, que se encuentra semisumergido bajo unos 20
metros de agua en una repisa rocosa cerca de la isla de Giglio, en la
costa de la Toscana. No hay esperanzas de encontrar supervivientes, por
lo que el objetivo principal es evitar un desastre medioambiental en
esta isla, un popular destino de vacaciones que también es reserva
marina.
Antes de suspender el trabajo, los equipos estaban
instalando válvulas para ayudar a bombear seis de los tanques del barco,
que contienen alrededor de la mitad de las más de 2.300 toneladas de
diesel. El bombeo, que se esperaba que se iniciase hoy, podría
retrasarse hasta el domingo. Se espera que todo el proceso de extracción
del combustible se prolongue al menos un mes, según las autoridades.
El Concordia, un crucero de 290 metros de eslora que
llevaba más de 4.200 pasajeros y tripulantes, se hundió hace dos semanas
tras chocar con una roca que desgarró el casco.
El accidente, que se espera que dé pie a la reclamación
aseguradora marítima más cara de la historia, ha desatado una batalla
legal en la que abogados italianos y estadounidenses preparan una
demanda conjunta y otras por separado contra el operador, Costa
Cruceros.
En un intento de limitar los daños, Costa, una división
de Carnival, - el mayor operador de cruceros del mundo - ha ofrecido a
los más de 3.000 pasajeros 11.000 euros a cada uno como compensación si
renuncian a emprender medidas legales.
El capitán del buque, Francesco Schettino, está bajo
arresto domiciliario como sospechoso de causar el accidente al llevar la
nave demasiado cerca de la costa, y afronta cargos por homicidio
múltiple y abandonar el barco antes de que hubiese terminado la
evacuación. El primer oficial, Ciro Ambrosio, también ha sido
interrogado por los fiscales, pero la empresa no se ha visto implicada
en la investigación de momento.
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