lunes, 26 de diciembre de 2011

Árboles navideños artificiales, enemigos por naturaleza

Los abetos artificiales no son sostenibles ni beneficiosos para el medio ambiente, mientras que la mejor opción son los árboles cultivados en viveros especiales. Así lo advierten los ecólogos rusos.
Estos días muchos rusos se preparan para la Nochevieja y adornan sus casas con árboles navideños, que acompañarán la fiestas familiares, no solo en el momento de dar la bienvenida al nuevo año, sino también durante la Navidad ortodoxa, que se celebra el 6 de enero, y, según la tradición, estarán en los hogares hasta el 19 de enero (día de la Epifanía).
A la hora de elegir el “protagonista” de las fiestas invernales, los ecólogos advierten que los árboles artificiales, aunque no aprueban la tala de árboles naturales, son peores para el medioambiente. Según explica el director del programa forestal de Greenpeace Rusia, Alexey Yaroshenko, para la producción de abetos artificiales se utiliza petróleo, se agregan compuestos químicos tóxicos, y estos árboles son difícilmente reciclables.
Los especialistas llaman a utilizar los árboles naturales, cultivados legalmente. Según los ecólogos, los abetos y pinos naturales no son alérgenos, y, en cambio, llenan la casa no solo con el aroma de la frescura del bosque, típico de las fiestas invernales, sino también con fitocidas, compuestos químicos de las plantas que impiden el desarrollo de microorganismos patógenos.
El 20 de diciembre en Moscú abrieron cerca de 300 mercados de árboles navideños. Hasta el 31 de diciembre proveerán de un gran surtido de pinos y abetos de almácigas rusas, canadienses y danesas. También se puso en marcha la operación "El abeto", enfocada en la lucha contra la tala ilegal de coníferas, en vísperas de las fiestas navideñas.

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