lunes, 27 de febrero de 2012

La solución para que España no sea un desierto pasa por los sumideros de carbono

Durante las últimas décadas, los esfuerzos realizados en agricultura para incrementar la producción de alimentos con el fin de paliar las necesidades de la sociedad,
 ECOticias.
Un tercio de la superficie de suelo situado en zonas semiáridas tiende hacia la desertificación, especialmente en la vertiente mediterránea. Los esfuerzos en agricultura para incrementar la producción de alimentos han supuesto una excesiva presión sobre el suelo, provocando su degradación y pérdida de calidad y fertilidad. Se revela básico preservar la biodiversidad de los suelos. Los científicos señalan que es necesario eliminar racionalmente los residuos orgánicos que generamos mediante el reciclado de los mismos, fijando carbono a dichos suelos. 
Investigadores del CEBAS-CSIC, dirigidos por el científico Carlos García Izquierdo, han desarrollado diversos estudios donde se pone de manifiesto que la calidad y fertilidad de suelos degradados del sureste español, pueden ser recuperados si se les incorpora soluciones orgánicas basadas en residuos orgánicos de diverso origen (animal, agrícola o urbano). Como estrategia para evitar la desertificación, el equipo del Dr. García Izquierdo propone aumentar los niveles de materia orgánica de los suelos mediante la incorporación a los mismos de residuos orgánicos previamente tratados, con objeto de incorporar materia orgánica estabilizada y así fijar carbono en dichos suelos, consiguiendo hacer de ellos verdaderos sumideros de carbono y mitigando así las pérdidas de CO2 a la atmósfera y el temido efecto invernadero.
Durante las últimas décadas, los esfuerzos realizados en agricultura para incrementar la producción de alimentos con el fin de paliar las necesidades de la sociedad, han supuesto una desproporcionada presión sobre los recursos naturales, fundamentalmente sobre el agua y el suelo. Por ello, el suelo de diversas zonas españolas está sufriendo un importante proceso de degradación que influye en una pérdida de calidad y productividad, lo que está llevando a que un tercio de la superficie tienda a la desertificación.
Los científicos del CSIC han anunciado que si no se corrigen estos comportamientos, el futuro podría ser desolador ya que los suelos perderán su fertilidad y calidad, y en un futuro no muy lejano no podrán realizar funciones vitales como permitir el crecimiento de las plantas, regular el flujo de agua en el medio ambiente y tener cierta capacidad para atenuar los efectos nocivos de los contaminantes que llegan a dicho suelo, mediante procesos físicos, químicos y biológicos. 
Con la medida propuesta, se consigue eliminar residuos orgánicos de manera racional y ambientalmente consecuente (conversión de un residuo en un recurso), reciclándolos en los suelos como estrategia contra su desertificación. Dentro de este campo de investigación, la labor de las poblaciones microbianas del suelo es clave, y de ahí que el conocimiento y manejo de su biodiversidad se ha revelado fundamental.
Los estudios realizados por el grupo del CEBAS en el contexto del Proyecto Consolider Ingenio y aplicando tecnología punta de secuenciación masiva ha revelado que en los suelos enmendados se establecen nuevos microorganismos que favorecen la fertilidad de dichos suelos por medio de la estimulación de los ciclos biogénicos. Esta investigación se ha corroborado a nivel de metaproteómica (un área nueva que persigue establecer las proteínas de un hábitat en su conjunto). La investigación llevada cabo en el proyecto CONSOLIDER se encuadra dentro de la continuación de proyectos SENECA de la Comunidad Autónoma de Murcia, junto a diversos proyectos europeos.


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