jueves, 29 de septiembre de 2011

La mala actuación del hombre con especies exóticas puede terminar perjudicando su salud

Por el efecto estético o el rápido crecimiento, tanto particulares como administraciones públicas optan por determinadas especies exóticas para poblar los jardines. Muchas veces, éstas son las responsables del aumento de las alergias primaverales o del incremento de su duración entre la población del lugar en el que se ubican. Éste es uno de los muchos ejemplos de los daños que puede causar la flora y fauna importada de otros lugares del planeta en las personas, en las infraestructuras y en los ecosistemas de los sitios receptores. De estas especies invasoras y de otros temas relacionados con la ecología y con el cambio climático se está debatiendo estos días en el 12 Congreso de la Federación Europea de Ecología, que reúne en Ávila del 25 al 29 de septiembre a cerca de un millar de expertos en la materia.
 ECOticias.
Hace unos años, se empezó a comerciar la conocida como tortuga de orejas rojas o galápago de Florida (Trachemys scripta elegans). Esta especie fue comprada por un buen número de personas, muchas de las cuales con el tiempo la abandonaron en las riberas de los ríos, donde hoy se pueden encontrar colonias que conviven y comparten los mismos recursos con las especies animales autóctonas.
Caso paradigmático de las consecuencias negativas de seres exóticos en un ecosistema es el del cangrejo americano (Procambarus clarkii), un gran depredador y "agresivo en cuanto a su reproducción" que fue introducido en los ríos españoles en la década de 1960 y que desplazó a la especie más característica en España (Austropotamobius pallipes), además de dañar considerablemente a algunas especies vegetales y peces de pequeño tamaño de los que se alimenta, ha destacado a DiCYT Fernando Valladares, experto y uno de los organizadores del congreso.
La lista de errores del ser humano respecto a estas especies es larga y encuentra ejemplos tanto en fauna como en flora. Hoy, por ejemplo, varias especies de acacia están prohibidas en Portugal después de que se demostrara que eran excesivamente dañinas con algunas especies del hábitat en el que se introdujeron, sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XX con el objeto de frenar el avance de las dunas, ha afirmado.
En otros casos, la pretensión de hacer negocio mediante el asentamiento de cultivos en zonas de los que no son originarios ha causado daños en el medio ambiente, pues para mejorar la polinización se ha utilizado abejorros -polinizadores exóticos- que han alterado el ecosistema al actuar también sobre estas especies y han producido "efectos devastadores" sobre la economía de determinados lugares, ha apuntado.
Mejillón cebra
Por su elevada capacidad de reproducción, una de las especies colonizadoras más peligrosas es el mejillón cebra (Dreissena polymorpha). Procedente de los mares Negro y Caspio, donde habita en equilibrio biológico, y llegado a las aguas continentales de España -se cree- adherido a la parte inferior de las embarcaciones, causa un gran desequilibrio ecológico por su enorme número de individuos y puede llegar a suponer un grave problema para embalses, presas, tuberías e instalaciones de riego, ha manifestado.
La puesta en funcionamiento de sistemas de alerta que se activen en caso de la detección de esta especie en un determinado hábitat, es decir, el establecimiento de un método preventivo, es el mecanismo que se debería llevar a cabo para evitar la proliferación de esta especie, pues una vez se expande es muy difícil de eliminar y las medidas que se aplican contra ella son muy costosas y escasamente efectivas.
Picudo rojo
Una de las últimas plagas de especie exótica de las que más se habla en este momento en España es la del picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus), un gorgojo aterrizado en España desde Asia a través de la madera importada que en relativamente poco tiempo mata a las palmeras. El insecto, color marrón y de 2,5 a 5 centímetros de largo, excava en su estado larvario galerías en el tronco de estos árboles de hasta un metro de longitud que, si dañan la yema apical de la palmera, provocan su muerte.
Las especies invasoras, que muchas veces son introducidas en un determinado medio por los beneficios económicos que reportan, caso de en las explotaciones de madera, suelen también estar detrás de desequilibrios en los ecosistemas. Muchas de ellas, además, causan perjuicios a la salud de los seres humanos. Especies utilizadas en jardines o parques por sus características estéticas o por su rápido crecimiento se ha demostrado que están detrás del incremento del número de pacientes de alergias primaverales. La falta de adaptación del hombre a estas plantas exóticas y el hecho de que su polinización ocurra antes o después de la de las especies autóctonas están detrás del alargamiento de estas patologías y de su mayor presencia en algunos puntos, ha aseverado.

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