
Gustavo Villarrosa, vulcanólogo de la Universidad del Comahue (Argentina) y miembro de la Comisión Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), comenta que lo más probable es que el motivo del cambio de coloración sea el movimiento telúrico del 2 de enero de 2011. Precisa que podría haber tenido lugar un deslizamiento subacuático que provocó desmoronamientos y liberó partículas finas.
En el fondo del lago hay sectores "más inestables" cuyas capas durante épocas acumularon distintos tipos de sedimentos: "Hay (...) sedimentos gruesos, finos, de ceniza volcánica". Ante un movimiento del terreno estas capas "pueden entrar en suspensión y estar así varios días".
El caso no es el único. Tras el sismo en Chile del 27 de febrero de 2010 otro lago, Huechulafquen, situado a unos 400 kilómetros al norte del Nahuel Huapi, mostró un efecto similar. Aquella vez Villarrosa y su equipo tomaron muestras del fondo y del agua para realizar un análisis detallado de los sedimentos. A partir de su estudio compusieron un mapa tridimensional del fondo del lago. El mapa comprobó que se habían producido "importantes deslizamientos" que provocaron el fenómeno.
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