miércoles, 24 de agosto de 2011

Elegidos los mejores proyectos ambientales del año

Medicinas sacadas de escorpiones y un filtro hecho con residuos del arroz fueron los ganadores.

 ECOticias.

Óscar Darío Beltrán Vélez, estudiante de ingeniería química de la Universidad Nacional de Medellín, y Angélica Sabogal Arango, quien adelanta estudios de biología en la Universidad Javeriana, de Bogotá, ganaron el Encuentro Juvenil Ambiental 2011, que premia los mejores proyectos ambientales liderados por universitarios.
Este galardón, que se ha convertido en uno de los más prestigiosos del país, es organizado por la multinacional alemana Bayer y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
Los trabajos de los dos jóvenes fueron escogidos entre un centenar de propuestas de todo el país. En un primer paso, el jurado escogió 10 finalistas. Y ayer se dieron a conocer a los dos triunfadores que recibieron como premio un viaje a Alemania, donde además de conocer las instalaciones de Bayer, situadas en Leverkusen, participarán en un encuentro mundial de jóvenes que, como ellos, también están desarrollando ideas con enfoques ecológicos y sostenibles. Allí también recibirán conferencias y capacitación en el manejo de residuos y la protección ambiental.
Óscar Beltrán ganó con el desarrollo de un filtro que busca limpiar los vertimientos de aguas residuales que caen a los ríos, estrictamente aquellas que contienen tintes de la industria textil. Este filtro funcionaría con cascarilla de arroz, material que se encargaría de absorber los colorantes.
"Generalmente, la cascarilla de arroz ha sido un desecho, un residuo que los industriales queman, pero que ha alcanzado porcentajes de remoción de contaminantes superiores al 90 por ciento", explicó Beltrán.
Angélica Sabogal Arango, por su parte, está investigando los usos que puede tener el veneno de escorpiones y anémonas marinas para curar enfermedades como la esclerosis múltiple y el cáncer.
Los detalles de la investigación son altamente especializados, pero ella les da sustento al decir que se basan en la importancia de los servicios ecosistémicos que prestan estos organismos generalmente olvidados. La esclerosis es una enfermedad del sistema nervioso central por la cual resulta comprometida la habilidad de los nervios para conducir las órdenes que imparte el cerebro. Por eso, quienes la padecen (cerca de 2,5 millones de personas en el mundo) pueden sufrir parálisis en sus extremidades.
"Sabemos que el veneno del escorpión puede detener las causas que llevan a que una persona empiece a tener problemas para mover sus brazos o sus piernas debido a la esclerosis. Si alcanzamos un entendimiento en términos moleculares sobre cómo se da el reconocimiento de las neurotoxinas, que estos organismos implementan para cazar o defenderse, lograremos tener un mayor entendimiento sobre la relación entre las estructuras moleculares y sus actividades biológicas, que es uno de los desafíos más grandes que se presentan en la actualidad en el área de la biofísica y la bioquímica computacional y teórica", explicó.

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