miércoles, 10 de agosto de 2011

Tropas estadounidenses convierten en un basurero la ‘Ciudad de las Mezquitas’


La emblemática ‘Ciudad de las Mezquitas’, como el mundo árabe desde hace tiempo apoda a la urbe iraquí de Faluya,  se ha transformado en una ciudad repleta de basura a consecuencia de la invasión occidental que comenzó en 2003. Aunque se trata de residuos domésticos e incluso desperdicios militares, lo cierto es que conforman auténticas montañas artificiales.

Ahora el mecanismo de retirada de las tropas estadounidenses de Irak, anunciado por el gobierno de George W. Bush, ya está en marcha. Pero basta pasar unas horas en este país para que surja la sensación de que aún sigue bajo su control. Esa sensación se debe en mucho a los ‘recuerdos’ que las tropas estadounidenses dejaron por todas partes, al invadir el territorio. Su presencia se hace notar especialmente en los vertederos.

Algunas piezas incluso son recicladas y están a la venta. Mientras unos no tienen interés alguno en adquirirlas, otros, menos escrupulosos, se alegran por esta inesperada oportunidad de generar ingresos.

“Los precios son atractivos, muy razonables”, advierte uno de los vecinos de Faluya.

“En cuanto a mi —objeta el otro— no compraría nada aquí. Nosotros, los iraquíes, no necesitamos esta basura. Ya hemos solicitado que retiren todo esto de aquí”.

En general las improvisadas subastas no parecen causar furor. Muchos no se dejan seducir por los bajos precios y tienen sus razones.

“La gente odia a Estados Unidos”, explica el analista político Fadhil Al Badrani. "Se teme que estas cosas pueden estar contaminadas y provocar enfermedades".

Sin embargo EE. UU. más que promover la economía de mercado que utiliza en el resto del mundo, en Irak no perdió la oportunidad de obtener beneficios provenientes de la basura. Al-Badrani sostiene: “los americanos no han dejado nada gratis. Todas estas cosas son antiguos objetos estropeados. Los americanos ya no pueden usarlos. Los carros de combate [que el experto también cataloga de deshechos] que el Ejército Iraquí ha recibido de las tropas estadounidenses, han sido comprados, no regalados”.

El problema de los vertederos es solo la ‘cima del iceberg’. La enorme cantidad de armas usadas durante varios años de la lucha han causado una grave contaminación ambiental, y los ecologistas están en alerta. Además, los viejos proyectiles pueden producir explosiones en cualquier momento. Así incluso en medio de una paz relativa, las nuevas generaciones corren el peligro de morir a causa de las secuelas del intranquilo pasado de su patria.



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